El jueves la Subsecretaría de Cultura del Suteba Quilmes realizó un taller sobre los aspectos burocráticos en los que se sostiene el estatuto del sindicato, que por estos días son utilizados por Roberto Baradel para intentar controlar la lucha docente contra la evaluación educativa y la “armonización” del IPS.
Viernes 28 de octubre de 2016
En medio de la tregua de la CGT y los llamados a marcha sin paro de las CTA, se llevó adelante el segundo taller de estudio pro reforma de los burocráticos estatutos del Suteba central, organizado por la Subsecretaría de Cultura de la seccional quilmeña del sindicato docente de la provincia de Buenos Aires. La discusión comenzó en el mes de abril con un primer taller en el que se discutió la “consulta” -con la cual Baradel aceptó la propuesta salarial de Vidal- que fue incluida en la última reforma del estatuto del 2008 como forma de suplantar burocráticamente la asamblea, institución básica de la democracia de los trabajadores. En aquella oportunidad había quedado pendiente una discusión más profunda sobre los fundamentos estatutarios de la burocracia, cuestión que se fue volviendo cada vez más urgente ante la ausencia de asambleas convocadas por la conducción provincial para enfrentar la evaluación de Macri-Vidal y los intentos de transferencia del IPS (Instituto de Previsión Social).
¿Baradel se nace o se hace?
Para profundizar el debate propusimos dividirnos en grupos y comparar los estatutos del Suteba con los del Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Neuquén (modificados tras el triunfo de la Lista Marrón y la puesta en funcionamiento de la fábrica Zanon bajo control obrero en el 2002) alrededor de tres puntos: la relación del sindicato con el gobierno y el Estado, la rotación de los cargos en la Comisión Directiva y el orden de jerarquías en la toma de decisiones.
En cuanto a la primera cuestión, los asistentes observaron que en el caso de Suteba sólo se plantea “la autonomía del sindicato respecto a los gobiernos” (que por ejemplo con el kirchnerismo no se cumplió) mientras que en el caso del Soecn la independencia abarca “el Estado y sus instituciones, el gobierno y todas las organizaciones patronales”; es decir, se identifica claramente al Estado como un conjunto de instituciones al servicio de los patrones de las que el sindicato debe ser independiente. Esta posición, a su vez, está relacionada con el planteo político de los ceramistas que asumen la lucha contra las potencias imperialistas y por una sociedad sin explotados ni explotadores desde el marco de la lucha de clases. Mientras tanto el estatuto del Suteba “casualmente” no nombra a nuestra patronal que es el Estado y plantea como máximo objetivo político una vaga “liberación nacional” con la que se contrabandea la subordinación de los intereses de los trabajadores a los de los patrones nacionales, como vimos en la última Marcha Federal.
El otro grupo relacionó este vínculo del sindicato y el Estado con la formulación del Consejo Ejecutivo Provincial de Suteba, en el cual los cargos pueden ser reelegidos en forma indefinida, generando las condiciones para la creación de una casta atornillada a sus sillones, más preocupada por sus vínculos con el gobierno de turno que por representar a los trabajadores. En el caso del Soecn, mientras tanto, se plantea claramente que sólo se puede ser reelegido una vez y que, en el caso de ejercer un segundo mandato, se llevará adelante con presencia en el puesto de trabajo y sin la posibilidad de estar rentado. Otro aspecto que señalaron los compañeros es la posibilidad del acceso de las minorías a la Comisión Directiva -en el caso de los ceramistas- cuestión negada en la práctica en el estatuto del Suteba. En estos puntos desde la Marrón (PTS e independientes) planteamos que venimos discutiendo la necesidad de avanzar sobre estas cuestiones básicas de democracia sindical desde el mismo momento en que asumimos en las conducciones de los seccionales opositoras, ya que debemos dar el ejemplo de una práctica sindical claramente opuesta respecto a la burocracia enquistada en el Suteba central.
Finalmente se analizó la definición de la asamblea como máximo organismo en la toma de decisiones (Soecn) y se la comparó con el orden jerárquico de decisión del Suteba, en el que la asamblea aparece en cuarto lugar, habilitando la “dictadura” del Plenario de Secretarios Generales donde vale lo mismo el voto de una asamblea de mil compañeros que el de otra de veinte.
A manera de conclusión los asistentes remarcaron cómo los estatutos pueden favorecer -como en el caso del Suteba- la creación de burocracias ajenas a los intereses de los trabajadores y constituirse en un freno para la lucha, así como también pueden contener “antídotos” para evitar la burocratización, como en el caso del SOECN. Por todo lo expuesto también acordamos la necesidad de proponerle a todas las conducciones de los Suteba Multicolores lanzar un gran movimiento por una profunda reforma de los estatutos.
Asimismo, y a propósito del difícil momento que está atravesando la gestión obrera de Zanon, discutimos llevar adelante acciones concretas de solidaridad con sus trabajadores.