Pescadores, profesores y organizaciones sociales de Quintero y Puchuncaví se manifestaron contra los episodios de contaminación vividos en la zona y exigen medidas efectivas contra la contaminación que sigue afectando sus vidas.
Jueves 1ro de junio de 2023
Una multitud enfurecida se congregó ayer en la comuna de Quintero para denunciar la incesante contaminación industrial que asola la zona. Con consignas llenas de rabia y carteles que exigían justicia, cientos de personas se unieron a marchar para exigir acciones inmediatas y efectivas contra la crisis medioambiental que enfrenta la comuna.
Quintero y Puchuncaví han sido víctimas durante años de una situación intolerable: una concentración excesiva de instalaciones industriales en un espacio reducido que representa la bahía de Narau. En las últimas semanas, la situación ha alcanzado niveles críticos, con episodios recurrentes de contaminación extrema que han devastado la calidad de vida de los habitantes. Las escuelas se ven obligadas a cerrar sus puertas, mientras los niños sufren las consecuencias de la intoxicación, siendo arrastrados a hospitales en un con consecuencias a su salud que arrastraran por el resto de sus vidas.
En medio de la manifestación, el clamor por justicia resonaba desde diferentes sectores de la comunidad. El Colegio de Profesores alzó su voz, convocando a una marcha enérgica y decidida en contra de la contaminación que envenena el aire y daña la salud de las futuras generaciones, mientras la Federación de Pescadores Artesanales de la bahí de Narau, guardianes del mar, tomaron la bahía como símbolo de resistencia y protesta, rechazando la instalación de una desalinizadora que solo profundizará la zona de sacrificio.
La manifestación tuvo lugar durante la mañana en la comuna y movilizó a comunidades enteras, pues la urgencia de la situación no admite espera. Las demandas de los manifestantes son claras: el Estado debe frenar de manera inmediata la instalación de la desalinizadora, pero también asumir su responsabilidad por años de inacción frente a la contaminación. No basta con declarar estados de emergencia ambiental que no implican cambios reales, es necesario un compromiso verdadero con la salud y el bienestar de los habitantes de Quintero y Puchuncaví.
Las autoridades, hasta ahora, han mostrado una respuesta insuficiente y evasiva ante la catástrofe medioambiental que vive la comuna. Desde la delegación presidencial se limitaron a decretar una “Gestión de Episodio Critico” para fiscalizar las empresas cercanas. Pero declaraciones vacías y medidas superficiales no son suficientes para enfrentar el desafío que representa la contaminación industrial. La presencia policial durante la manifestación fue notoria, pero ¿dónde están cuando se trata de proteger la salud de los personas? La inacción de las autoridades es una traición a la confianza depositada en ellas.
La lucha no ha terminado. Los pescadores artesanales y las organizaciones sociales de la zona han dejado en claro que continuarán movilizados, dispuestos a resistir tanto en el ingreso a la desaladora como en las calles de Quintero y Puchuncaví. La contaminación no puede seguir siendo un costo aceptable para el desarrollo industrial y económico que solo beneficia a unos pocos. La comunidad exige un cambio radical y medidas drásticas para detener esta masacre medioambiental.
Quintero clama por justicia. Los habitantes no descansarán hasta que se haga justicia por los niños intoxicados y se restaure la calidad de vida en la comuna. La lucha es ardua, pero la esperanza se mantiene viva en cada corazón que ansía respirar un aire limpio y disfrutar de un entorno sano. Es momento de que las autoridades escuchen el grito desesperado de Quintero y actúen con contundencia para enfrentar la contaminación industrial que amenaza su existencia.