Tras la presentación del nuevo proyecto de crédito para la educación superior, las críticas no se hicieron esperar. Ahora es un rector quién se une a ellas al ver afectadas sus ganancias.
Domingo 15 de julio de 2018
El rector de la Universidad Mayor, Rubén Covarrubias, salió a pronunciarse en contra del nuevo proyecto de créditos para la educación superior, el Sistema de Financiamiento Solidario (SIFS). Pero no salió a criticar, por ejemplo, la creación de un nuevo “DICOM estudiantil” ni la retención de sueldos para pagar dicho crédito, sino las políticas que tocan el bolsillo de los empresarios de la educación.
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Dado que el nuevo sistema de créditos prohíbe el copago del arancel a los alumnos del primer al sexto decil, mientras el margen entre el arancel real (lo que realmente vale una carrera al año) y el referencial (el valor estimado que pone el gobierno y el monto máximo que cubre este crédito) debe ser cubierto por créditos o becas internas de la universidad. Según Covarrubias es imposible de realizar, ya que “una universidad no tiene ni experiencia ni los instrumentos necesarios para hacer una cobranza adecuada, es decir, es una letra muerta”.
Agrega además que: “Los menores ingresos que vamos a percibir son del orden de los $ 5 mil millones con este crédito. Estos menores ingresos va a significar adoptar medidas y postergar proyectos de desarrollo y, en definitiva, con el nuevo crédito estamos en presencia de una verdadera bomba de tiempo que en algunos años va a explotar, y eso va a generar un déficit generalizado en las universidades chilenas y una baja sustancial en su calidad. ¿Eso es lo que queremos? Claramente no.”
Es interesante que Covarrubias se preocupe de los menores ingresos, tomando en cuenta que en 2014 quedó en evidencia como su empresa “Inmobiliaria e Inversiones Río Manso S.A”, que maneja junto con el Vicerrector de la U. Mayor, Erich Villaseñor Maldonado, le arrienda los terrenos a la universidad por 1.650 UF mensuales ($44.859.491 mensuales y $538.313.892 anuales) por 25 años.
Lo que demuestra claramente, que su preocupación no es por la educación de las y los estudiantes, sino, por no ver perjudicados los negocios que aprovecha de hacer con la administración de la casa de estudios.
Cabe destacar que no es el único rector de una universidad privada que se posiciona en contra de este CAE 2.0, ya que, según La Tercera, un grupo de ellos se prepara para llevar sus apreciaciones al congreso.
Los estudiantes sabemos que este nuevo crédito no es una solución a la larga lista de problemas que encontramos en la educación y menos una salida para el endeudamiento que tenemos que llevar a cuestas para poder acceder a la educación superior. Debemos seguir planteando que queremos educación gratuita y no sexista de calidad, que no segregue por el nivel socioeconómico y que se acabe el negocio de la educación y para esto exigir un plan de financiamiento integral a la educación pública.