Luego del paso a fase 4 en muchas comunas del país, numerosos estudiantes y trabajadores de la educación se han visto en la obligación de volver a clases presenciales. Sin embargo, muchos liceos han constatado la falta de condiciones mínimas de seguridad en los liceos.
Domingo 15 de agosto de 2021
Durante la pandemia hemos visto cómo la educación se ha visto gravemente afectada, ya sea porque debido a las cuarentenas muchos profesores y estudiantes, tuvieron que adoptar una modalidad online para poder continuar con sus clases, pero sin tomar en consideración que muchas familias no tenían las condiciones económicas para pagar internet, comprar Tablet o Pc, para realizar efectivamente estas clases, al igual que muchos de los docentes que no contaban con instrumentos tecnológicos acordes, junto a la poca o casi nula preparación digital para realizar sus clases.
Esta situación ha afectado delicadamente el nivel de aprendizaje y conocimientos de las y los estudiantes, que hoy se encuentran menos preparados para poder enfrentar el mercado laboral.
Pasado un año y medio, esta situación no ha mejorado, debido a la poca ayuda que ha entregado el gobierno, junto con el escaso financiamiento que existe desde mucho antes de la pandemia para los establecimientos educativos y que hoy se hace más visible, frente al retorno a clases presenciales.
Es en esta línea que diversos comités paritarios de las y los profesores han dejado en evidencia que no se están cumpliendo los requisitos mínimos dispuestos por el protocolo de limpieza y desinfección de ambientes.
Tomando en cuenta que los protocolos entregados hacia las y los docentes se encuentran desactualizados, sin considerar las nuevas variantes del coronavirus como lo son la cepa Delta y Lambda, que se han visto en aumento debido a los relajos que existen respecto a los protocolos de sanidad.
Es por lo que la agrupación Nuestra Clase hace un llamado a no aceptar un retorno presencial a clases presenciales sin que se cumplan las condiciones mínimas, ya que expone las vidas de trabajadores de la educación y de las y los estudiantes y sus familias.
Contrario al discurso de que las y los docentes no quieren retornar a clases por “flojos” como muchos sectores de la derecha y otros detractores se han encargado de decir, situación que no se puede encontrar más alejada de la realidad.
Lo que más preocupa a las y los trabajadores de la educación es tener que lamentar alguna catástrofe fatal, por un apresurado y descuidado retorno a clases promovido por el ministerio de Educación y las Corporaciones municipales que intentan a toda costa forzar un retorno a clases sin garantizar condiciones mínimas como un seguro Covid-19, la correcta implementación de delimitaciones o asegurar mascarillas e implementos de protección.
Es por esto que necesitamos organizarnos como trabajadores de la educación, apoderados y estudiantes, para evitar una catástrofe que ponga en riesgo la salud de todos y exigir que no se siga naturalizando la precarización y la educación de mercado que solo busca aumentar sus ganancias en desmedro del conocimiento de las y los estudiantes.