A propósito del debate abierto en torno a la “austeridad” del Ejecutivo y sumado al amplio cuestionamiento a las excesivas dietas parlamentarias, el presidente de RN, Mario Desbordes, ha apuntado a las rentas vitalicias que reciben quienes han pasado por la presidencia.
Domingo 8 de julio de 2018
A propósito del debate abierto en torno a la “austeridad” del Ejecutivo y sumado al amplio cuestionamiento de las excesivas dietas parlamentarias, el presidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes, ha apuntado a las rentas vitalicias que reciben aquellos que han pasado por la presidencia.
En ese sentido Jorge Durán (RN) presentó a la cámara baja un proyecto que busca rebajar el pago a los ex mandatarios (que asciende sobre los $9 millones mensuales) argumentando que “el problema está en que aquella renta vitalicia está dentro de las más altas de Latinoamérica”.
Incluso con Desbordes afirmando que la propuesta busca hacer una revisión de todas las abombadas remuneraciones a las autoridades en el sector público tanto en Gobierno, Poder Judicial, Universidades estatales, Ministerio público y empresas del Estado.
Pero esto, que si bien es una iniciativa correcta para comenzar a desnaturalizar los privilegios y beneficios que la casta política chilena, no es más que una maniobra política para mejorar la imagen pública de quienes ya han sido cuestionados hasta el cansancio por su corrupción e impunidad.
Sin ir más lejos, desde el 2015 decenas de figuras de prácticamente todos los partidos tradicionales se vieron involucradas en casos de financiamiento irregular de campañas políticas. Los llamados casos Penta y SQM fueron el mayor escándalo “político” de los últimos años, develando la corrupción principalmente entre las filas de Chile Vamos, pero sin dejar de lado a la entonces Nueva Mayoría, con casos desde el PS a la DC.
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Todos estos cuestionados casos, que llenaron los bolsillos de los representantes de Chile, quedarán probablemente en la total impunidad, pudiendo incluso cerrarse con el pago de multas acordadas con los imputados y libertad vigilada.
Finalmente, por más actos para limpiar imagen que quiera hacer la derecha, la nueva mayoría o incluso el frente amplio, mediante el “cuestionamiento” a sus excesivos sueldos, no debemos olvidar la contracara de esa moneda: los empresarios dueños de Chile y sus riquezas, pagan la lealtad de los políticos que llenan sus bolsillos en secreta corrupción e impunidad.
