El gobierno ofreció un 27% de aumento y provocó paros masivos y escalonados. Frente al reclamo de mejores salarios y contra la precariedad laboral el kirchnerismo respondió con conciliación obligatoria y maniobras rompehuelgas a cargo de periodistas muy bien pagos.
Daniel Satur @saturnetroc
Sábado 11 de julio de 2015
Foto: ATRANA
En Radio Nacional hace semanas se discuten paritarias. Mientras el gobierno ofrece como todo aumento salarial un 27,4%, los gremios que representan al personal de la emisora desarrollan un plan de lucha en todo el país reclamando una mejora real del salario y rechazando la precarización laboral que hace años sufren cientos de empleadas y empleados de la mal llamada “radio pública”.
Las medidas de fuerza gremiales fueron escalonadas. La semana pasada hubo un paro de 24 horas y esta semana se paró lunes y martes. La Izquierda Diario habló con Gerardo Mazzochi, delegado de la comisión interna de Prensa de la radio estatal, quien brindó detalles de lo sucedido en las últimas horas. “El miércoles, después del paro por 48 horas, teníamos una reunión pautada por la paritaria. Pero, al igual que lo hizo las cuatro veces anteriores, la empresa no sólo no trajo ninguna propuesta sino que no respondió a la propuesta que nosotros habíamos hecho en su momento. Entonces las distintas organizaciones gremiales que participan en esta paritaria nos reunimos y decidimos lanzar un paro por tiempo indeterminado. Pero mientras estábamos llegando a la radio para comunicar la medida de fuerza a los compañeros nos avisaron que el Ministerio de Trabajo había dictado la conciliación por 15 días”, relató Mazzochi.
Las respuesta de los trabajadores de Radio Nacional Buenos Aires no se hizo esperar. “Ayer hubo una asamblea masiva en la que se ratificó todo lo pedido en las anteriores asambleas”, dijo Mazzochi. Y agregó que “mientras dure la conciliación obligatoria decidimos empezar una campaña masiva de difusión del conflicto y a su vez continuar con asambleas informativas día por medio en la radio como para ir viendo si evolucionan las negociaciones. El miércoles que viene tenemos una nueva reunión en el Ministerio de Trabajo”.
Vale aclarar que no hay un sindicato que nuclee a todo el personal de Radio Nacional del país. Incluso en una misma radio participan varios gremios, entre ellos el de locutores, el de prensa y el de operadores. De allí que la discusión democrática y el desarrollo de las medidas por parte de todos los trabajadores de la radio sean dispares. Por caso, el personal de Radio Nacional Rosario (una de las más grandes del interior) no tiene asambleas y a lo sumo participa de charlas informales o se entera de las negociaciones a través de carteles que la dirigencia sindical pega en las paredes.
Pero la demanda de mejores salarios y condiciones laborales es muy sentida. De allí que el paro, más allá de las decisiones y métodos de las dirigencias, haya alcanzado un acatamiento masivo en todo el país. Mazzochi explica la profundidad del reclamo. En cuanto a lo salarial, “la empresa ofreció un 27,4% de aumento, acorde a la pauta oficial. Un 17,4% a paritaria vencida, que ya lo pagarían de forma unilateral, a cuenta de lo que se firme en la paritaria. Pero como nosotros no reconocemos esa pauta dijimos que si quieren pagar que lo paguen, pero no lo reconocemos como una respuesta a nuestra propuesta. Nosotros propusimos que, si no se mueven del 27,4%, entonces que ese mismo porcentaje lo apliquen a los adicionales y a su vez mejoren los adicionales que no son impactados por el aumento.”
Y en cuanto al pedido de que el Estado deje de precarizar a parte de su personal, Mazzochi dijo que “reclamamos también la regularización de la situación de los compañeros. Bajo el amparo de la ley a muchos trabajadores los mantienen con contratos a plazo fijo, que el 30 de diciembre se terminan. Incluso esos compañeros están un poco mejor que otros que directamente están en negro, que son monotributistas y tienen que facturar. Pero la empresa va más allá. El 27,4% que ofrece en cuotas sólo es para el personal efectivo, ni siquiera para todos.”
Según los cálculos de los delegados de Radio Nacional, en situación de precariedad hay “unos 300 compañeros en todo el país. Y en los últimos cinco años la empresa fue sumando cada vez a más personal, con lo que no podemos siquiera dimencionar qué porcentaje representa realmente la cantidad de trabajadores precarios. Porque incluso hay mucha gente que fue sumada a la plantilla de Radio Nacional pero ni siquiera trabaja en la radio”, denuncia Mazocchi.
Carneros con k
Sabiendo que lunes y martes en Radio Nacional no iba a volar ni una mosca, la dirección a cargo de María Seoane decidió grabar el domingo a la noche un programa de análisis de las elecciones porteñas con el fin de ser emitido las primeras horas del lunes. De ese programa participaron los periodistas ultraoficialistas Cynthia García, Roberto Caballero y Ariel Lijalad y el historiador Hernán Brienza.
La grabación se lanzó al aire casi como si se tratara de un programa en vivo, dando a entender a cualquier desprevenido que en Radio Nacional todo estaba funcionando con normalidad. Ninguno de los participantes de ese “enlatado” podía desconocer la maniobra montada por la dirección de la radio.
En medio del duro conflicto gremial, era de esperar una reacción masiva a semejante “carnereada”. Fue así que la asamblea de los trabajadores de toda la radio de Buenos Aires decidió declarar “personas no gratas” a García, Caballero y Lijalad, demostrando cuán lejos quedaron los propagandistas a sueldo del gobierno de sus propios compañeros de tareas.
El delegado Mazzochi, privilegiando con razón el fondo de la cuestión, no le da mucha vuelta al asunto. “Nosotros preferimos no entrar en debate con esos comunicadores. Nuestra evaluación es que ese hecho respondió a una estrategia de la empresa, que quiere cambiar el eje de la discusión y colocar como víctimas a estos periodistas, que participaron de una maniobra destinada a romper la huelga. Nosotros lo que queremos es visibilizar un conflicto en el que la empresa hace dos meses que no da respuestas a los trabajadores en el marco de la paritaria ni a nuestros reclamos contra la precarización laboral a la que someten a cientos de trabajadores de la radio.”
Durante las últimas horas Cynthia García y el resto de quienes fueron declarados “personas no gratas” salieron a mostrarse ofendidos y hasta buscaron deslegitimar a la asamblea que los repudió. “No voy a permitir que me traten de carnera”, dijo García y agregó “las autoridades nos propusieron hacer un programa grabado para respetar el vínculo con los oyentes. Tenemos un compromiso político, no se podía silenciar el análisis electoral en un momento tan importante”. Una justificación que, aunque quiera, no desmiente el rol carnero de la maniobra.
Nada extraño viniendo de periodistas que acostumbran cada vez más a desdecirse con tal de acompañar los bruscos golpes de timón del gobierno nacional. Fue Cynthia García la que, después de despotricar durante meses en 678 contra Daniel Scioli, reculó en chancletas cuando la jefa espiritual del kirchnerismo cerró filas con el gobernador bonaerense y armó la fórmula presidencial. “Vi un Scioli diferente, no es el mismo que el del 2010 o 2013, comunicacional y políticamente", dijo, en un claro acto de genuflexión frente a su futuro patrón.
De Caballero hace tiempo nada sorprende. Sólo como muestra de su vocación antiobrera, vale recordar que fue él quien en 2011, como director del diario Tiempo Argentino, organizó un operativo de prensa contra los trabajadores del Ferrocarril Sarmiento, publicando supuestas “pruebas” que involucraban a Rubén “el Pollo” Sobrero en actos de sabotaje y atentados contra trenes y vías. Una operación que acompañaba el accionar del Estado contra el dirigente ferroviario, que incluyó una detención e incomunicación durante todo un fin de semana. Años después Sobrero terminó absuelto en la causa que le inició el kirchnerismo, por no existir pruebas en su contra. Sin embargo Caballero jamás pidió disculpas por su bochorno.
El conflicto en Radio Nacional de estas semanas muestra de qué lado está cada quien. Por un lado, los que luchan por sus derechos laborales, con quienes La Izquierda Diario se solidariza una y otra vez. Por el otro, el gobierno, las patronales, las burocracias sindicales... y los periodistas carneros a sueldo del mejor postor.
El delegado Mazzochi concluye diciendo que "lo que nos interesa dejar en claro es que María Seoane está implementando desde hace tiempo en Radio Nacional la misma política que durante muchos años implementó en Clarín". Una síntesis casi perfecta.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).