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Red Internacional
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OPINIÓN. Randazzo ataca a los trabajadores ferroviarios, otra vez

Lo que intentan ocultar con las teorías conspirativas Randazzo o Aníbal Fernández es la total falta de un sistema de seguridad automática que actúe en caso de falla humana y evite estos accidentes.

Martes 9 de junio de 2015

Fotografía:DyN

Fotografía:DyN

Una vez más y como nos tiene acostumbrados, el ministro Randazzo culpabiliza a los trabajadores ferroviarios de un accidente totalmente evitable. A minutos de haber ocurrido el siniestro, desde el Ministerio del Interior y Transporte ya se acusaba al conductor del tren 2277 de pasar dos señales a peligro. Primera falacia: si el tren partió de la estación, sólo traspuso una señal.

Pero toda esta "teoría" se profundizó el día lunes en una lamentable conferencia de prensa donde el ministro-candidato nos acusa a todos los trabajadores de ser parte de una conspiración de las "mafias" que están en el ferrocarril para empañar su imagen electoral y el proceso de "revolución ferroviaria" que está encarando él y el gobierno de Cristina. Estas acusaciones causaron mucha indignación entre todos los compañeros que somos los que garantizamos cada día el transporte de miles de pasajeros, a pesar de tener que lidiar con una infraestructura obsoleta que dificulta nuestra tarea. Sin descartar algún tipo de error humano (posible en todo accionar) lo que sí está claro es la falta total de inversión en seguridad e infraestructura ferroviarias en los 12 años de gobiernos K. Lo que intentan ocultar con las teorías conspirativas es la total falta de un sistema de seguridad automática que actúe en caso de falla humana y evite estos accidentes, sistema que ya existe desde los años ‘80 en los trenes eléctricos de la línea Roca y que hubiera evitado las masacres ocurridas en los últimos años en la línea Sarmiento.

Randazzo y el gobierno nos quieren hacer creer que los accidentes son por causas políticas y llevados a cabo por kamikazes, trabajadores suicidas a los que nos encanta chocar trenes, lastimarnos y andar matando pasajeros con el solo objetivo de desacreditar la "revolución ferroviaria". La realidad es que las "causalidades", lejos de las conspiraciones, deben buscarse en la falta de inversión en seguridad e infraestructura ferroviaria. Así como el ministro dice no creer en casualidades, los trabajadores no creemos que sea casual que salga a atacarnos justo un día antes del quinto paro nacional que se le hace al gobierno del que forma parte.

La involución ferroviaria de Randazzo y la tercerización en el ferrocarril

Los nuevos trenes chinos que trajeron para la línea Roca no tienen habilitado el sistema de ATS (sistema de frenado automático de trenes). Es un verdadero sinsentido que nos retrotrae 40 años, ya que en el Roca las viejas formaciones eléctricas Toshiba sí cuentan con este sistema. Una vez más se demuestra que la seguridad de los trabajadores y pasajeros está muy por detrás de la campaña electoral de Randazzo.

Si ya nos habíamos sorprendido con que los trenes chinos no tengan frenado automático habilitado, doblemente nos sorprendimos cuando vimos que la custodia de los trenes nuevos la hace personal de seguridad tercerizado, cuando hay más de mil compañeros ferroviarios que realizan esa tarea, todo esto con el aval y complicidad de la verdadera mafia aplaudidora de la Lista Verde de la Unión Ferroviaria.

Aunque se llenan la boca hablando de la revolución ferroviaria, la misma deja mucho que desear como modelo a seguir. No es con falta de inversión en un plan estructural de seguridad ferroviaria y tercerización laboral como se solucionan los problemas; un primer paso sería que exista debate público y democrático entre trabajadores y usuarios definiendo las prioridades en base a su experiencia, para que se pueda llevar adelante un plan serio de modernización del ferrocarril.

El gobierno, y lógicamente el ministro Randazzo, van a estar en contra de cualquier discusión democrática seria sobre los problemas que tiene hoy el sistema ferroviario. Durante años se privilegió una política de garantizar las ganancias de los empresarios privados mediante un sistema descomunal de subsidios. Las posteriores inversiones y cambios fueron el resultado de la Masacre de Once, no de un plan previo.

Los ataques de Randazzo contra los trabajadores tienen el fin de justificar esa falta de previsión completa.

El autor es conductor de la dotación Temperley del Ferrocarril Roca