Mientras los docentes de la UNAM y de otras universidades continúan denunciando los bajos salarios y las condiciones de precarización, el Presupuesto 2022 apenas aumenta un porcentaje mínimo a las universidades.

La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Viernes 24 de septiembre de 2021
El Presupuesto de Egresos Federal para el 2022 prevé un aumento, en términos reales, de apenas un 1.1% para la UNAM y de un 0.05% para las universidades públicas estatales.
En el marco de que hay al menos diez universidades estatales en crisis, este “aumento” resulta no solamente insuficiente, sino que es una muestra de la jerarquía que la da realmente la 4T a la educación pública superior.
Por otro lado, el aumento de apenas un punto porcentual a la Universidad Nacional, deja claro que, por parte de las autoridades federales, la problemática que empujó paros universitarios en casi la mitad de los planteles de la UNAM el semestre pasado, el problema de la falta de pagos, bajos salarios y condiciones precarias para más del 70% de la planta docente, no existe alguna intensión de revertir esta realidad.
Si a este “aumento” miserable, le sumamos la forma en que las autoridades en cada centro de estudio distribuyen el presupuesto, con enormes sueldos para directivos (como el rector de la UNAM con un sueldo mayor al del presidente) o desvíos de recursos, el panorama para pensar la educación superior como un derecho elemental se vislumbra más complejo.
La única forma de lograr un aumento de presupuesto para la educación, es la organización y la lucha construyendo una potente alianza entre estudiantes, profesores y trabajadores.
En el marco del regreso a clases presenciales, el presupuesto debería contemplar garantizar todas las condiciones edilicias, de seguridad e higiene en los planteles, sin embargo, tal parece que la salud de comunidad universitaria no es importante.
Desde la Agrupación Juvenil Anticapitalista, consideramos que es muy importante organizarse para defender el presupuesto y luchar por un aumento del mismo a partir de dejar de pagar los millonarios intereses de la eterna deuda externa e imponer impuestos progresivos a las grandes fortunas, confiando en que con la fuerza de estudiantes y trabajadores podemos conquistar condiciones dignas de estudio.