Se trata de Jordy Micheli, académico de trayectoria e ideología neoliberal que propuso la actual dirección del CIDE.
Miércoles 9 de febrero de 2022
Una nueva fricción ha ocurrido en el marco de la disputa por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Este nuevo episodio confrontativo se da a partir de la ratificación de Jordy Michelli como Secretario Académico del Centro de Investigación.
En dicha disputa, el gobierno de la 4T ha declarado, en voz de la Directora de CONACyT, María Elena Álvarez-Buylla, que el CIDE junto al propio consejo que ella dirige, fueron baluartes del Neoliberalismo en los sexenios pasados.
Desde ese punto de vista, el Gobierno de AMLO ha llevado a cabo cambios de funcionarios al interior del CIDE, así como del estatuto general de dicho centro de investigación.
Derivado de ello surgió un descontento a finales de noviembre pasado al darse el nombramiento de José Antonio Romero Tellaeche como Director del CIDE.
Buena parte de la comunidad estudiantil denunció el carácter antidemocrático del nombramiento, lo cual obedece a la propia naturaleza del CIDE, siendo este, formalmente, una Asociación Civil, cuya Asamblea General de Asociados, está conformada por el mencionado CONACyT, y las Secretarías de Hacienda, Educación, Energía y Economía, así como por el Colegio de México, el Fondo de Cultura Económica, el Banco de México y el Instituto Nacional Electoral (INE).
Asamblea que toma decisiones sin la necesidad de consultar a la comunidad estudiantil, es decir, desde una dinámica antidemocrática.
Ahora bien, de parte del Gobierno Federal no hay ninguna propuesta para cambiar esto último. De hecho, tampoco la hay para modificar la lógica neoliberal del quehacer científico del CIDE.
Trayectoria de Michelli
La propia trayectoria y producción académica de Jordy Michelli es totalmente neoliberal, de 1990 a 1991 fue subdirector de enlace con los sectores público y social en la dirección adjunta de Desarrollo Tecnológico de CONACyT y de 1991 a 1994 fue director editorial de la revista Tecno Industria del mismo Consejo. Es decir, un hijo pródigo del salinismo el sexenio de mayor auge del Neoliberalismo en México.
Eso no es todo. En su producción académica ha dejado claras sus ideas neoliberales. En el artículo “Digitofactura: Flexibilización, Internet y Trabajadores del Conocimiento”, publicado en 2002 en la revista Comercio Exterior, Micheli plantea que: Digitofactura es tanto un tipo de trabajo como un proceso “(…) en el que confluyen las tendencias de la flexibilización laboral de los profesionistas y las innovaciones tecnológicas que han desembocado en internet”.
El término “Flexibilización laboral” es sinónimo de la desregularización del mercado de trabajo, o sea, mayor flexibilidad tanto en la contratación como en el despido de trabajadores por parte de empresas.
Tomando esto en cuenta, Micheli continúa desarrollando sus ideas, identificando aquellas áreas empresariales donde la Digitofactura sea más factible en un primer momento. Dentro de estas áreas ubica a trabajadores telefonistas, así como aquellos que laboran en el “periodismo de masas”, “periodismo especializado” y venta de automóviles.
Finalmente se posiciona planteando que la Digitofactura es una innovación laboral y un “enfoque” que “(…) deberían adoptar tanto las instituciones públicas como los agentes de la economía”.
Necesidad de la democratización
Tal como lo planteamos aquí, y tomando en cuenta los aspectos antidemocráticos del CIDE, así como la trayectoria de quienes actualmente lo dirigen, las medidas que propone la 4T, lejos de contraponerse a lo que en los hechos ha implicado el neoliberalismo para la ciencia, la tecnología, la investigación y la educación superior, ha profundizado estas condiciones, pues no dicen una palabra sobre la producción académica, la vinculación y la filiación que en su trayectoria tienen quienes dirigen hoy al CIDE y en el caso de las universidades estatales, aunque promete hacerlas gratuitas, esto no será posible con el presupuesto raquítico y la falta de recursos para el fondo que garantizaría su gratuidad y obligatoriedad, tal como establece la Ley General de Educación Superior (LGES).
En ese sentido se requiere poner a discusión los contenidos de lo que se enseña en el CIDE mediante la democratización, que en realidad es una medida que se necesita para todas las universidades del país. Suprimiendo las juntas de gobierno (y en este caso la “Asamblea General”) que son quienes monopolizan las decisiones importantes sin permitir que el grueso de las comunidades se involucre en el rumbo que va a tomar su universidad.
Por lo que estas comunidades requieren construir gobiernos tripartitos (compuestos por profesores, trabajadores y estudiantes) que eliminen las burocracias académicas, siendo órganos que funcionen de forma independiente de los partidos del régimen. Tanto los neoliberales como el PRI, PAN o PRD, así como el Morena, quien como se puede ver en este caso, representa continuidad de lo anterior.
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