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Red Internacional
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DESENCHUFARON EL FREEZER. Reabre la paritaria estatal pero ningún trabajador conoce la oferta

El gobierno busca una paritaria a la baja, que deje contento al FMI. La Agrupacion Marron Clasista exigió a las direcciones sindicales ponerse a la cabeza tanto de la pelea por el salario de les estatales, como de la exigencia de las miles de familias que se encuentran en las tomas de tierras en lucha por vivienda digna.

María Soledad Pagella @lamarisole - Delegada ATE Trabajo

Martes 22 de septiembre de 2020 10:04

El pasado Jueves 17, desde el gobierno notificaron a los gremios estatales, la reapertura de la mesa paritaria nacional que había sido suspendida en los primeros días de Mayo. La reanudación se llevara a cabo el día de hoy en una reunión presencial entre los funcionarios del Ministerio de Trabajo y los representantes de UPCN y ATE.

En mayo, el gobierno tomó la decisión de suspender las negociaciones de forma unilateral, con el acompañamiento pasivo de las direcciones sindicales que lo justificaron por motivo de la pandemia. Con esta decisión, les estatales de la administración pública nacional, quedaron con sus salarios congelados durante lo que va de 2020. La mayoría de ellos se encuentran por debajo de la línea de pobreza con salarios que no cubren la canasta familiar. Otros tantos se encuentran en condiciones de precarización laboral, como los trabajadores monotributistas que desde hace muchos años vienen exigiendo el pase a planta y que se los reconozcan como Estatales. En el caso de los monotributistas, que son una parte importante de la planta estatal, los aumentos salariales no tienen ninguna previsión y depende en general de la voluntad de las autoridades de distintos sectores. Los pagos en tiempo y forma hay casos en los que no se cumplen, y no están contemplados en las reuniones paritarias del sector.

El salario de les estatales figuró durante el gobierno de Macri en el podio de los sectores que más perdieron poder de compra. El cambio de gobierno, acompañado por las conducciones de los gremios, no significó un giro en este sentido. Les estatales sufrieron la inflación sin cesar, con sueldos atrasados que apenas recibieron magros bonos de suma fija durante el verano pasado. Como plantea un informe de ATE Indec, un hogar constituido por una pareja de 35 años con dos hijos necesitó, en julio de 2020, unos $ 70.616 para satisfacer sus necesidades. Este valor se compone de $23.029 necesarios para adquirir una Canasta Alimentaria Mínima y de $47.587 para acceder a otros bienes y servicios básicos. Se trata de una canasta de consumos mínimos para llegar a fin de mes. La misma familia necesita ingresos por $45.478 para no ser pobre. Un salario promedio de una categoría D2 de un estatal de nación, ronda sin embargo los $25.000 netos.

El ministro de Economía, Martin Guzmán, delineó una política de ajuste del gasto público en la presentación del presupuesto 2021 en el Congreso. Con estas directrices, el gobierno se prepara para cerrar aumentos salariales a la baja. La negociación abierta por la reestructuración de la deuda contraída con el FMI, opera como el principal factor condicionante de toda política pública. Una vez más, como ya se hizo con los bonistas privados, el gobierno de Fernández se encamina a una negociación donde mostrará voluntad para reducir el déficit fiscal, y no dudará en atacar el salario de los estatales para conseguirlo.

Frente a esta situación, el Gobierno cuenta con la siempre firme colaboración de UPCN. El gremio perteneciente a la CGT cuenta con dos votos en la mesa paritaria y con su decisión se han cerrado las negociaciones de los últimos años (todas a la baja). Por su parte, desde ATE, no se avizora una línea de acción muy distinta. Tanto la conducción nacional a cargo de Hugo “Cachorro” Godoy, y de seccionales como la de CABA, a cargo de Daniel Catalano, vienen presentando una tregua que ha permitido ataques a las condiciones de les trabajadores como el último pago de los aguinaldos, que se realizó en cuotas. Ambas fracciones de la conducción de ATE, aunque manifiestan rencillas internas por la representación, coinciden en maniatar la capacidad de movilización de les estatales. Ambas tienen intereses de los dos lados del mostrador ya que se definen antes que nada cómo integrantes de un mismo proyecto político y de país con el actual ejecutivo. De ellas no se puede esperar una actitud diferente en estas paritarias.

Meses atrás, los funcionarios del gobierno planteaban que los límites para ejecutar una recomposición salarial acorde a lo perdido en los últimos años, provienen de los efectos de la pandemia. En ese esquema, les estatales deberían aceptar sin chistar que su salario compita con los fondos destinados al pago del IFE y los ATP. En el gobierno tienen claro que para ajustar a les estatales, deben enfrentarlos falsamente con otres trabajadores. Pero lejos de una guerra de pobres contra pobres, la realidad se revela muy distinta. Las prioridad del gobierno es cumplir con los requerimientos del capital financiero y el FMI. Pero también con las grandes patronales, a quienes se les ha subsidiado una parte de los salarios del sector privado. El tan prometido impuesto a las fortunas, todavía no llega al Congreso Nacional. Los fondos obtenidos, en caso de aprobarse serán minúsculos ya que no se tocarán las ganancias extraordinarias de los bancos, como propone el proyecto presentado por el Frente de Izquierda Unidad.

Queda claro que las prioridades y los intereses del gobierno no son los de les trabajadores. Tras los anuncios de un plan de “seguridad” y reforzamiento del aparato represivo, las policías de distintas provincias se sintieron empoderadas y allí tomó la iniciativa la Policía Bonaerense, a cargo de Sergio Berni, realizando protestas que buscaban amedrentar y apretar, en pos de conseguir impunidad y mejores condiciones para seguir reprimiendo. Frente a estos aprietes, la respuesta del gobierno fue ceder y negociar el precio mediante el cual descargarán la represión sobre la clase trabajadora. Una reacción muy distinta a la que tuvo el mismo gobierno con les trabajadores de la salud. A la primera línea, que se encuentra enfrentando la pandemia con ausencia de recursos, expuestos al contagio y el estrés de jornadas extenuantes, se les ninguneó durante largos meses. Recién la semana pasada se anunció un miserable bono de 5 mil pesos. Inaceptable.

Es en este marco, que se llega a la reapertura de la negociación salarial. Durante meses, las conducciones de los sindicatos no hicieron más que funcionar como escribanías del gobierno nacional y hoy se oponen a cualquier tipo de movilización para imponer la fuerza de los trabajadores en las calles. Ni manteniendo el distanciamiento ni realizando una caravana de autos como se propuso en algunas asambleas. Las direcciones de ATE desorganizan a les trabajadores y acudirán a la reunión de hoy sin una pauta salarial propia. Ni hablar del reclamo por la incorporación en la paritaria de miles de compañeros monotributistas que deberían ser incorporados en la misma discusión.

Para avanzar en una verdadera recomposición, que contemple recuperar el 36% perdido durante el gobierno de Macri, y un aumento acorde a la inflación, como así también lograr el pase a planta y poner fin de la precarización laboral, es más necesario que nunca reagrupar a las fuerzas combativas y la izquierda, junto a trabajadores independientes de cada sector. Para imponer a las conducciones un plan de lucha que ponga a los sindicatos al servicio de todos nuestros reclamos. En ese camino, desde la Agrupación Marrón Clasista, se organizaron plenarios junto a compañeres de todo el país y también se organizaron diferentes acciones de solidaridad activa para con las familias que están realizando toma de terrenos en reclamo por vivienda digna. En esta unidad está la fuerza para que el aislamiento no se transforme en indiferencia.