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Red Internacional
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Crece la lista.... Reabren proceso contra cura abusador protegido por Bergoglio

Las denuncias por abuso sexual contra el cura y artista jesuita esloveno Marko Rupnik datan de los años 80 hasta 2018. Una investigación canónica lo excomulgó pero a los días dieron marcha atrás con la expulsión del sacerdote. Con nuevas víctimas del “artista de Dios” y la explosión mediática del caso, iniciarán una nueva investigación. Otro escándalo que deja en evidencia el afán encubridor del máximo jefe de la Iglesia Católica.

Valeria Jasper

Valeria Jasper @ValeriaMachluk

Martes 21 de febrero de 2023 20:26

Un nuevo escándalo sacude la sotana de Jorge Bergoglio, luego de conocerse el informe sobre los casi 5.000 menores abusados por parte de integrantes de la iglesia católica portuguesa. Marko Iván Rupnik, sacerdote jesuita de origen esloveno y una de las figuras artísticas más importantes dentro la Iglesia Católica, fue acusado de abusar sexualmente de, al menos, una veintena de monjas. "Un voluminoso dossier de 150 páginas con las historias de ’violencia psicológica, abuso de conciencia, abuso en el ámbito sexual y emocional, abuso espiritua’ cometido durante 30 años, desde 1985 hasta 2018, contra numerosas mujeres y monjas", afirmaron en un comunicado emitido por la Compañia de Jesús, orden a la cual pertenece Rupnik.

“El artista de Dios”

Reconocido internacionalmente como referente del arte contemporáneo católico, Marko Rupnik fue director espiritual de una comunidad de monjas en Eslovenia donde habrían ocurrido algunos de los abusos denunciados. Uno de los casos que se conoció a través de medios italianos, es el testimonio de Anna, quien conoció a Rupnik cuando tenía 21 años. Allí dio detalles de los escabrosos crímenes de los cuales fue víctima y que se volverían una constante en el accionar del sacerdote.

Habló de "juegos eróticos" en el taller de arte que Rupnik tenía en la ciudad de Roma, o luego de la celebración de la eucaristía o la confesión. Pidió “tener relaciones de a tres con otra hermana de la comunidad porque la sexualidad debía ser, según él, libre de la posesión, a imagen de la Trinidad”, relató la víctima. A su “obsesión sexual”, se sumaba el abuso de poder y la manipulación piscológica que ejercía sobre sus víctimas desde su rol como guía espiritual. "Si no hacía lo que (Rupnik) quería, rápidamente decía que mi camino espiritual se atascaba y me presentaba como ‘equivocada’ a los demás”. Cuando la mujer amenazó con denunciarlo, Rupnik le habría dicho que nadie le creería, porque era “tu palabra contra la mía”. La ex religiosa sostuvo que nadie la ayudó. “El Padre Marko era protegido por todos”.

Protección celestial

No solo impactó el tenor de las denuncias de las mujeres que, valientemente, hicieron públicas las vejaciones que sufrieron por parte del denunciado. Como era de esperar, la jerarquía eclesiástica lo sabía y protegió una vez más a sus delincuentes sexuales. "La Iglesia y la orden de los jesuitas sabían los hechos desde 1994, cuando llevé personalmente mi pedido de dimisión de los votos al Arzobispo de Liubliana, en los que denunciaba los abusos del Padre Rupnik”, aseguró una de las denunciantes. En 2019 la Compañía de Jesús lo sancionó con limitaciones en su tarea pastoral.

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Llamativamente, en 2020 fue excomulgado por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe –órgano que se encarga de perseguir los abusos sexuales–, pero en menos de un mes se dio marcha atrás con la medida. Todo parece indicar que Bergoglio- integrante de la misma orden- habría dado la orden para que se tomara esta decisión; algo a lo que nos tiene acostumbrado el jefe supremo de la jerarquía Católica.

En una reciente entrevista brindada a la agencia de noticias Associated Press Bergoglio se desentendió del caso negando haber ejercido alguna gestión en relación al levantamiento de la excomunión contra Rupnik. El sumo pontífice aseguró que “siempre” renuncia a la prescripción en los casos que afectan a menores de edad y a “adultos vulnerables”. "Cuando hay menores, la manga bien cerrada. No manga ancha, no, no", explicó. Francisco admitió que la Iglesia "tiene mucho que aprender", agregando que prefiere" una iglesia avergonzada porque descubre sus pecados, que Dios lo perdona. No una iglesia farisea que esconde su pecado, que Dios no perdona”. Hipocresía absoluta; basta con mirar el largo listado de criminales de sotana que, a lo largo del mundo, andan libres de culpa y cargo.

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Daniele Libanori, obispo auxiliar de la diócesis de Roma y comisionado para investigar los abusos de Rupnik afirmó días atrás que “las víctimas, incluso más de treinta años después, tienen derecho a escuchar de las autoridades una palabra definitiva que les devuelva la dignidad proclamando lo que es verdad, a saber, que eran víctimas”. Varias de las mujeres denunciantes enviaron cartas a Bergoglio buscando algún tipo de respuesta ante tanto manoseo, ninguna fue contestada.

Bergoglio, quien es presentado como uno de los más grandes luchadores contra los abusos, es uno de los mayores encubridores de curas, laicos y obispos abusadores como Gustavo Zanchetta, a quien no solo protegió llevándolo al Vaticano sino que envió asesores para su defensa en el juicio que lo condenó. En 2019 prometió “erradicar los abusos sexuales a menores” en el seno de la iglesia. Una promesa que desde entonces él mismo se ha encargado de incumplir.