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Red Internacional
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Estudiantil. Reacciones de dirigentes estudiantiles ante criminalización

En el movimiento estudiantil también tuvieron repercusiones los eventos del pasado 9 de junio, en el que se destruyó una figura de la Iglesia de la Gratitud Nacional. Dirigentes respondieron a la ofensiva criminalizadora impulsada por los políticos patronales.

Daniel Vargas

Daniel Vargas Antofagasta, Chile

Martes 14 de junio de 2016

Los eventos del pasado 9 de junio dieron pie para que diversos políticos aprovecharan el momento para criminalizar la movilización estudiantil e impulsar con mayor ofensiva una agenda represiva que busca golpear con mayor fuerza las protestas.

Sobre esto, se pronunciaron diversos dirigentes del movimiento estudiantil. Por una parte, Marta Matamala, vocera de la Confech y presidenta de la Federación de Estudiantes de la Usach, declaró a la prensa, refiriendose a los dichos de la presidenta Bachelet, que “yo le podría decir que ella controla a Carabineros, porque tenemos casos de cinco estudiantes torturados el último mes. Yo le podría decir a la presidenta que haga una reforma digna que impida que nosotros salgamos a las calles”, denunciando la represión del gobierno.

“Hay muchas cosas que nosotros le podríamos decir a la Presidenta, pero en definitiva yo hoy entiendo que la movilización es una herramienta como tal y la vamos a seguir ocupando en medida que no existan respuestas”, enfatizó Matamala.

José Corona, vocero de la Confederación Nacional de Estudiantes Secundarios y militante de las Juventudes Comunistas, declaró que "las demandas estudiantiles fracasarán si no cuentan con apoyo ciudadano. Los encapuchados están demostrando ser nuestro peor enemigo porque nos alejan de la empatía con la gente", sembrando parte del discurso criminalizador en contra de los encapuchados, muy parecido al tono del Gobierno. Continúa planteando que "hacemos el llamado a que los encapuchados no participen dentro de esta movilización. Dejen de utilizar los movimientos sociales para poder hacer daño. Son los únicos que le han hecho daño al movimiento estudiantil y hemos perdido el encanto con la ciudadanía por ellos mismos".

Por su parte, Gabriel Iturra, vocero Confech y presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Central, si bien, criticó los sucesos de la marcha, emplazó también a las autoridades a responder por las “problemáticas de represión que hemos vivido los estudiantes”.

De todos modos, pareció repetir el discurso criminalizador al declarar que “este no fue un acto del movimiento estudiantil, fue por un grupo minoritario que no entendió por qué estábamos marchando hoy”. “Creo que la figura de Cristo refleja todo un simbolismo de lo que significa una lucha por transformar una sociedad distinta, y eso no lo entendieron las personas que ejecutaron un acto”, adhirió el dirigente.

Los hechos de la marcha pasada abrieron un debate en el seno de la dirección del movimiento sobre lo que la prensa a llamado “reencantar a la ciudadanía”, cosa que ha hecho caer en la trampa política del Gobierno y de sectores reaccionarios que quieren mayor represión en contra de las movilizaciones.

El movimiento estudiantil, para "reencantar a la ciudadanía", debe reconquistar las calles con masividad y con mayor organización y coordinación para impulsar ofensivamente las tomas y los paros, demostrando decisión y la adhesión de sectores concretos como los profesores y los trabajadores. Así fue como el 2011 fuimos miles en las calles a nivel nacional, sumando al Colegio de Profesores y la Central Unitaria de Trabajadores.

Responder al discurso represivo para "reencantar a la ciudadanía" solo puede llevar agua al molino de la impunidad represiva.