Los cinco sindicatos de la mesa sectorial de Sanidad de la Comunidad de Madrid (SATSE, AMYTS, CCOO, UGT, CSIT-UP) han convocado huelga indefinida para el 25 de octubre contra el nuevo modelo de urgencias diseñado por Ayuso. Se suman a la huelga indefinida de los médicos de urgencia del Hospital Santa Sofía.
Juan Carlos Arias @as_juancarlos
Martes 18 de octubre de 2022
Los sindicatos registraron la convocatoria conjunta de huelga indefinida tras salir indignados de la mesa de negociación después de la tercera ronda de negociaciones, que resultó totalmente infructuosa.
Los sindicatos emitieron un comunicado contra la intención de Ayuso de poner en marcha los que ha denominado “Puntos de Atención Continuada” (PAC) en condiciones impuestas unilateralmente, sin negociación real y en sustitución de los 37 Servicios de Urgencias (SUAP), que ya cubrían eficazmente todo el espectro de las urgencias extrahospitalarias en el ámbito urbano mientras permanecieron abiertos, y los 41 Servicios de Atención Rural (SAR). Los SUAP se clausuraron al inicio de la pandemia para destinar su personal a los refuerzos del IFEMA y luego para los servicios de vacunación contra la Covid en Wizink Center, Wanda y finalmente Hospital Zendal, mientras los 41 servicios SAR del ámbito rural han permanecido abiertos todo el tiempo.
A la huelga están convocados 698 profesionales, incluyendo médicos de Atención Primaria (228), enfermeras (270) y celadores (200) de los Servicios de Atención Rural y Centros de Atención Primaria a los que la Consejería quiere cambiar ahora sus condiciones laborales para reabrir únicamente con este personal los antiguos SUAP.
Ayuso pretende cubrir el nuevo servicio de urgencias (PAC) con poco más de la mitad del personal que atendía antes la totalidad del mismo servicio, es decir atender 78 servicios con el personal de 41. Así, contará solo con el personal destinado a los SAR mientras que tan solo 16 adscritos a los SUAP se incorporarán a la Atención Primaria, el resto permanecerá en las Unidades de Atención Domiciliaria (UAD) que se abrieron con la pandemia. Lo que supondrá un total de 210 médicos frente a los 360 de antes, un 41,66% menos.
Ayuso tiene el descaro y el cinismo de abrir servicios sin ampliar el personal, deteriorando así gravemente la calidad del servicio para justificar y alimentar las externalizaciones, las privatizaciones y el incremento de los seguros privados. Otro capítulo más en la crónica anunciada de degradación de la sanidad madrileña.
El deterioro de la calidad y precarización de las urgencias extrahospitalarias
El nuevo modelo Ayuso, además del cambio de nombre (PAC), implica un ataque radical a los derechos esenciales de los y las trabajadoras de las urgencias extrahospitalarias de la Sanidad pública madrileña y, en consecuencia, a la calidad asistencial. Como han denunciado los sindicatos convocantes de la huelga se pretende incrementar la jornada laboral del personal de los denominados PAC en 106,5 horas al pasar de 1.536 horas anuales a 1642,5 horas. Todo para poder atender con la mitad de personal las mismas necesidades sanitarias en urgencias que antes. Dado que se van a cubrir los 78 servicios de urgencia con poco más que el personal de los 41 Servicios de Atención Rural. Sufrirán también la modificación radical de sus turnos de trabajo para reforzar las tardes y dejar las noches como actividad complementaria. Basándose en un estudio realizado desde la Consejería de Sanidad según el cual se ha detectado que los madrileños acuden a las urgencias en un 90% en horario diurno y un 10% en nocturno. Todo ello, acompañado de una más que probable reducción de las retribuciones salariales.
Tras poner el cuerpo durante las horas más duras de la pandemia y recibir aplausos por doquier, el personal de urgencias extrahospitalarias ahora recibe solo más precarización y maltrato laboral. Precarización y bajos salarios que, en muchos casos, ya están provocando muchas bajas por estrés y depresión.
Pero el daño es para toda la población. Son los usuarios de la sanidad pública madrileña los que padecen las externalizaciones de los servicios, las listas de espera de eternas para ser operados, para ser atendidos por especialistas, o incluso por el médico de atención primaria.
Por todo eso, ya hemos visto un sinfín de protestas de las y los trabajadores de la Sanidad madrileña. La huelga en la Atención Primaria contra la elevada carga asistencial, en marzo de 2021 o, el pasado mes de mayo, el paro de 10 días de especialistas y facultativos de la Comunidad de Madrid para demandar el fin de la temporalidad y ahora también la huelga de los médicos de Urgencias del Hospital Infanta Sofía de Madrid. Además, ha habido incluso un alto número de dimisiones en los puestos ejecutivos de confianza que la propia Ayuso ha colocado a dedo. Tal como en su día la directora general de Salud Pública responsable en su día de las políticas contra la Covid-19, o ahora la gerente de la Atención Primaria tras el fracaso de las negociaciones.
Huelga en defensa de la sanidad pública
Los sindicatos convocantes de la huelga defienden el mantenimiento de los 41 Servicios de Atención Rural (SAR) con sus actuales condiciones laborales y dotaciones de personal, incluyendo su jornada vigente, la adscripción geográfica y funcional con la que cuentan y trasladar este modelo a los 37 SUAP que permanecen cerrados para que se abran con carácter inmediato.
Defienden también la necesidad de ampliar las plazas de empleo público en los 78 puntos asistenciales de los Puntos de Atención Continuada en condiciones que respeten los derechos laborales de las y los trabajadores sanitarios. Sin que se produzcan pérdidas retributivas de ningún tipo derivadas de la reorganización.
Han planteado en definitiva que debe garantizarse en todo momento la calidad y la seguridad de la atención en las urgencias extrahospitalarias, asegurándose el mantenimiento de todos los puestos ante el riesgo grave e inminente de que dejen la sanidad madrileña por medidas como ésta que pretende implementar el Gobierno de Ayuso y que han calificado como “precipitada, impuesta y unilateral”
Más que nunca es importante apoyar firmemente la huelga indefinida convocada por los sindicatos que se iniciará el próximo día 25 de octubre para frenar las agresiones del Gobierno de Ayuso a la Sanidad Pública madrileña y defender sus derechos laborales esenciales. No obstante, es clave plantear que la huelga debería extenderse ante los ataques y la degradación generalizada que está sufriendo la Sanidad Pública madrileña. La falta de profesionales es evidente: se ha calculado una fuga al exterior de 18.000 médicos en los últimos diez años, mientras se espera la jubilación durante la próxima década de 80.000. También hace falta luchar por revertir todas las privatizaciones sufridas y la derogación de la ley 15/97. Además de plantear la creación de comités de defensa de la sanidad pública en cada centro sanitario. En la pandemia se vio la urgencia de plantear la nacionalización de todos los recursos de la sanidad privada y su gestión pública bajo control de trabajadores y usuarios. Una perspectiva para que no sean los grupos privados los que sigan haciendo ganancias a costa de nuestras vidas.
Juan Carlos Arias
Nació en Madrid en 1960. Es trabajador público desde hace más de 30 años y delegado sindical por UGT de la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid. Es columnista habitual de Izquierda Diario en las secciones de Política y Economía. milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.