Las críticas al régimen antidemocrático de la casta universitaria, la injerencia obscena de las empresas en la universidad y la reivindicación de la huelga de mujeres del 8 de marzo protagonizaron la sesión del Claustro de la Universidad Autónoma de Madrid celebrado el pasado 1 de febrero.
Viernes 2 de febrero de 2018
La sesión extraordinaria del Claustro de la UAM de este jueves fue precisamente eso, extraordinaria. Al menos en el sentido de que se dijeron verdades que no se acostumbran a oír en estos espacios.
En una jornada que tradicionalmente se presenta como un mero trámite en el que se eligen los estudiantes e investigadores en formación (PDIF) que se incorporarán a la Mesa de Claustro, el Consejo de Gobierno y la Comisión de Estatutos de la Universidad -tres de los principales organismos que emanan del Claustro-, las intervenciones y las protestas reivindicativas de algunos de los representantes rompieron la rutina de la tediosa burocracia académica.
José Carlos Batres, miembro de la lista estudiantil Revoluciona tu Universidad, impulsada por las agrupaciones Armas de la Crítica y Pan y Rosas, dio un encendido discurso denunciando el régimen de “la casta universitaria, antidemocrática, apoltronada en sus sillones, unida por mil lazos a las grandes empresas” y señalando el papel ficticio de “un Consejo de Gobierno que se encuentra secuestrado por el Consejo Social o, mejor dicho, el consejo directivo del BBVA, la farmacéutica Rovi y Endesa, desde donde se decide qué estudiamos, cuánto nos cuesta o qué se investiga”.
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Nuestra intervención en el Claustro de la @UAM_Madrid denunciando el régimen antidemocrático de la casta universitaria y su alianza con las grandes empresas del Consejo Social https://t.co/aCybmqx8Da
— Revoluciona UAM (@RevolucionaUAM) 2 de febrero de 2018
Aprovechó su intervención para recordar la lucha de los cientos de estudiantes trabajadores de la universidad, los mal llamados becarios, de los que el rectorado “se ha librado sin contemplaciones”. Denuncia a la que se sumaron varios estudiantes desde el público al grito de “menos credenciales y más contratos”, desplegando una pancarta en la que podía leerse “becarias en huelga”. También reivindicó la huelga de mujeres del 8 de marzo y criticó la ausencia de debate al respecto.
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En esa misma línea intervino la representante de PDIF, también integrante de “Revoluciona tu Universidad” y militante de la agrupación de mujeres Pan y Rosas, Lucía Hellín Nistal. Desde una crítica a una institución en la que la desigualdad es estructural, con mayoría de mujeres entre estudiantes e investigadores, pero minoría entre catedráticos, exigió al Claustro la paralización de las clases el 8 de marzo “para que no sea un día más, sino que se convierta en el comienzo de una organización y una movilización hacia conseguir una igualdad efectiva de la que aún estamos muy lejos”. Intervención que despertó un gran aplauso pero que obviamente no obtuvo respuesta desde las autoridades más que la incomodidad o el desdén.
Intervención de la compañera de Pan y Rosas @Lucia_Nistal en el Claustro de la @UAM_Madrid exigiendo la paralización de la universidad el #8M por la #HuelgaFeminista para que sea el comienzo de un gran proceso de organización y movilización de mujeres y estudiantes. pic.twitter.com/auSiVqsLmx
— Pan y Rosas Madrid (@panyrosasmad) 2 de febrero de 2018
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La lista Revoluciona tu Universidad fue una verdadera revelación en las últimas elecciones de la UAM. Impulsada por las agrupaciones Armas de la Crítica y Pan y Rosas (CRT + independientes) arrasó por un amplio margen en las elecciones a representantes estudiantiles en Junta de Centro y Claustro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UAM, defendiendo un programa de democratización radical de la universidad y una perspectiva anticapitalista, de autoorganización y unidad obrero-estudiantil. Unas elecciones en las que además la participación estudiantil batió récords, tomando en cuenta la baja participación que suele haber en este tipo de elecciones. En total votaron más de 560 estudiantes votaron, 13 veces más con respecto a las anteriores elecciones de 2015, en las que solo ejercieron el voto 43 estudiantes.
En el balance de las elecciones, los impulsores de la lista decían que “no tenemos ninguna expectativa de que este antidemocrático régimen de la casta universitaria, controlado por las empresas, se pueda transformar desde adentro. Las pequeñas posiciones conquistadas por la lista ‘Revoluciona tu universidad’, las pondremos al servicio, no solo de expresar nuestra rotunda crítica al interior de estas instituciones antidemocráticas, sino fundamentalmente para impulsar la autoorganización estudiantil en las aulas, espacios de debate y asambleas.” Eso mismo es lo que están haciendo.
La casta universitaria, antidemocrática y patriarcal, es un problema endémico de las universidades. Académicos de sillón manejan la Universidad como una verdadera casta medieval al servicio de las grandes empresas, mientras defiende un régimen monárquico y represivo que ha hecho de la educación y servicios públicos, los derechos laborales y las libertades democráticas el eje de sus ataques. Una alianza que se evidencia, por ejemplo, en la atenta felicitación de cumpleaños que el rector de la Universidad Autónoma de Madrid, Rafael Garesse, dedicó al rey Felipe VI.
Por ello, la crítica que comienza a realizarse a la mencionada casta académica resulta un hecho enormemente auspicioso, más cuando llega a sus propios organismos. ¿Significa esto el reverdecer de un movimiento estudiantil aplacado por las contrarreformas universitarias? A 50 años del Mayo Francés sería una gran noticia y el mejor homenaje que el estudiantado retomara la consigna “de la crítica de la universidad de clases al cuestionamiento de la sociedad de clases” junto a sus aliados naturales: las mujeres y la clase trabajadora.