Durante su discurso presidencial en la Asamblea Nacional, Maduro lanzó un brutal ataque contra el Partido Comunista de Venezuela (PCV), reivindicando la intervención judicial que realizó el gobierno vía el TSJ e insinuando acuerdos de este partido y su diputado y secretario general, Óscar Figuera, con sectores del imperialismo estadounidense, una calumnia. Tal como rechazamos en su momento la intervención judicial, repudiamos este nuevo ataque.
Viernes 19 de enero
El lunes 15, en medio de la entrega de la Memoria y Cuenta en la Asamblea Nacional, Nicolás Maduro arremetió contra los dirigentes del Partido Comunista de Venezuela (PCV) que rompieron con su gobierno a mediados de 2020. Durante su mensaje anual, Maduro hizo un apartado para saludar a Henry Parra, ex militante del PCV, quien ahora, por obra de la intervención orquestada por el Gobierno Nacional, es presidente de la junta ad hoc del “PCV” paralelo, nombrada arbitrariamente por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), luego de la intervención judicial .
“Traidor es traidor, así se disfrace de rojo”, dijo, en referencia a Figuera, presente en la sesión, y al distanciamiento que el PCV tuvo del Polo Patriótico, la alianza electoral de los partidos que apoyan al Gobierno. Esta, entre otras afirmaciones de mayor fuerza, al tiempo que felicitaba al “nuevo presidente” impuesto por el TSJ, por “rescatar desde las bases” la tolda política.
El detestable espectáculo fue acompañado por el entusiasta aplauso de las diputadas y diputados del Gobierno a los ataques y calumnias que lanzaba Maduro. Incluso, como el diputado Figuera respondiera a viva voz desde su lugar, en un inusual, ilegal y grave gesto, funcionarios de Casa Militar (encargada de la seguridad del Presidente de la República) se acercaron en actitud intimidante hasta donde este estaba. Luego de terminado el discurso de Maduro y la sesión, estos funcionarios militares abordaron al diputado para que se quedara para “hablar con él”, a lo que éste se negó y abandonó el recinto, como el resto de los diputados y diputadas.
A mediados de agosto del año pasado el gobierno de Maduro llevó a cabo un zarpazo bonapartista contra el PCV, cuando le arrebató la legalidad, realizando el ya acostumbrado montaje de intervenir partidos políticos vía TSJ. Para ello, un grupo de personas subordinadas al Gobierno-PSUV, encabezados por Henry Parra, algunos otros ex militantes del PCV y militantes del partido de gobierno y de Somos Venezuela -colateral del PSUV-, introdujeron ante el TSJ un recurso para solicitar que dicho tribunal impusiera una nueva junta directiva transitoria. Como era de esperar, en tiempo récord del tribunal respondió entregándole a esos operadores del Gobierno la personería legal del PCV y nombrándolos al frente de una írrita “junta directiva ad hoc”.
Un día antes del discurso de Maduro, representantes del PCV denunciaron que el Gobierno pretende expulsar de la Asamblea Nacional al único diputado que la formación tiene en el parlamento, como continuación de la intervención judicial. Lo denunciaban en alusión a que Henry Parra pidiera a la AN que Óscar Figuera, secretario general del PCV, no sea reconocido como militante del mismo, , revelando que el propósito de Parra es "arrebatarle la diputación al PCV ante la AN”.
Los ataques, la proscripción de partidos o inhabilitación de candidatos y organizaciones políticas son una práctica ya común por parte del Gobierno de Maduro, en función de su sostenimiento en el poder. Una práctica que corre en simultáneo con la violación de otros derechos democráticos elementales, como el derecho a la protesta, a la huelga, a la organización sindical, entre otros.
Desde la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS), que impulsa La Izquierda Diario, rechazamos y condenamos este nuevo ataque contra el PCV por parte de Maduro, tal como lo hicimos cuando le asestaron el golpe bonapartista reaccionario, vía intervención del TSJ, imponiendo una dirección para arrebatarle la legalidad e impedir que se presenten a elecciones.
Si el gobierno de Maduro antes no atacaba de esta manera al PCV ni buscaba sacarle la legalidad, tal como hacía con otros partidos, era porque este lo venía acompañando, ya sea como parte del Polo Patriótico o como organización individual, incluso hasta las elecciones presidenciales del 2018, cuando apoyaron electoralmente a Maduro, distanciándose abiertamente a finales del 2020. Pero los ataques y las inhabilitaciones políticas que se han aplicado a diversas organizaciones o dirigentes que cuestionan al gobierno por izquierda, vienen de años atrás.
Estamos ante un gobierno capitalista caracterizado por aplicar ajustes que destrozaron como nunca el salario, los derechos laborales y las condiciones de vida del pueblo trabajador, operando un curso reprivatizador y entreguista al capital transnacional, acompañado todo esto de coacción y represión a los trabajadores y comunidades que protestan tal como lo vimos recientemente con la detención de representantes del sector magisterial en medio de sus protestas.
Una vez más llamamos a la defensa de los derechos democráticos, rechazando toda restricción a las libertades democráticas, a las proscripciones políticas. ¡Basta de la intervención del Estado en las organizaciones políticas! Llamamos a las organizaciones políticas de izquierda y que genuinamente estén por defender los derechos democráticos, a unir fuerzas y parar estos ataques contra el PCV y contra las corrientes y organizaciones sindicales y políticas que se reivindican de la clase trabajadora y el pueblo pobre.