Declaración del Movimiento de Agrupaciones Clasistas ante la aprobación de la primera medida del gobierno.
Sábado 21 de diciembre de 2019 18:20
A menos de diez días de haber asumido la presidencia, Alberto Fernández anunció la suspensión de la “movilidad jubilatoria” por seis meses y anunció un bono por diciembre y enero. Aquellos que ganen la mínima de 14000 recibirán un bono de 5000 pesos y habrá un proporcional hasta completar los 19000. Para aquellos que cobran más de 19000 no habrá bono, según el proyecto oficial. La suspensión de la movilidad se da justo cuando el índice de aumento iba a favorecer a los jubilados. Qué casualidad.
O sea que 2,3 millones de jubilados no recibirán ni un peso. Y los que lo cobren seguirán siendo pobres: incluyendo el bono solo les alcanzará para comprar la mitad de la canasta de la tercera edad, hoy valuada en 38 mil pesos. Un insulto.
Durante su campaña Fernandez dijo que aumentaría un 20% a los jubilados y utilizaría las ganancias de los grandes bancos, que ganaron 243.000 millones de pesos este año. Hasta ahora no les pidió ningún “esfuerzo”.
Tampoco “harán un esfuerzo” las privatizadas: aunque se suspenden los aumentos que iban a aplicar en los próximos 6 meses, las tarifas impagables siguen vigentes. A los empresarios del campo solo les actualizaron las retenciones según el aumento del dólar, pero siguen ganando fortunas. Pero además, el gobierno propone bajarle las retenciones a las petroleras y a las mineras contaminantes. No solo eso, esta misma semana en Mendoza también reformaron una ley que protegía el agua para favorecer a las grandes mineras.
Es decir, un jubilado que cobra más de 20 mil pesos no tendrá aumento pero las grandes petroleras, que saquean nuestros recursos naturales y nos contaminan, van a pagar menos impuestos. Los “ganadores” del macrismo siguen siendo “ganadores”. Parece que la “emergencia” la tienen que pagar quienes menos tienen.
El proyecto no incluye ninguna medida para millones de trabajadores estatales, privados y no registrados. Hasta hoy no se conocen otras, a pesar de que la inflación se comió todos los aumentos salariales del último año. Las cúpulas de los gremios están dispuestas a “patear” las paritarias para darles tiempo al gobierno y los empresarios. ¿Con quién lo discutieron?
No es tan difícil darse cuenta a medida de quién está hecha la nueva ley. El propio proyecto reconoce en su artículo 2 que es para “dar sostenibilidad a la deuda pública” y el ministro de Economía Martín Guzmán dijo ante los medios que la aprobación de la ley “es necesaria para negociar con el FMI”. Macri se fue pero la deuda fraudulenta, el FMI y las grandes multinacionales siguen.
Durante los 4 años del gobierno anterior, el Movimiento de Agrupaciones Clasistas, que impulsa en decenas de gremios el PTS en el Frente de Izquierda Unidad, estuvo en cada lucha. Defendió los intereses de los trabajadores, los jubilados, las mujeres y la juventud. En diciembre del 2017 estuvimos en primera línea enfrentando el robo a los jubilados que fue la reforma previsional y la represión de Macri en el Congreso. Como dijo Nicolás del Caño cuando rechazó el proyecto, “diputadas y diputados que cobran 180 mil pesos votan una ley para ajustar a todos los jubilados. Son "solidarios" con la plata de los que laburaron toda su vida”.
La canasta básica familiar está en 55 mil pesos y la canasta básica de un jubilado en 38 mil pesos. La mitad de los trabajadores cobra en promedio 22 mil pesos y el 70% de los jubilados cobra la mínima.
Durante el gobierno de Macri las cúpulas sindicales hicieron la vista gorda. Pactaron con Macri y solo hicieron paros para descomprimir, mientras quienes nos rompemos el lomo todos los días veíamos como se perdían puestos de trabajo y nuestra plata valía cada vez menos.
Todos sabemos que las cúpulas de la CGT y las CTA apoyan al nuevo gobierno. Pero, ¿qué van a hacer ante estas medidas que no tocan las ganancias de los grandes empresarios, banqueros y privatizadas, mientras mantiene a millones en la pobreza? ¿Cuánto tiempo más guardarán silencio?
En los lugares de trabajo hay expectativas pero también preocupación. Por eso exigimos, antes que nada, asambleas en cada empresa, fábrica, escuela y gremio, para discutir cómo defender nuestros intereses. No queremos un nuevo pacto entre cuatro paredes para que la crisis la pague el pueblo trabajador.
Desde el Movimiento de Agrupaciones Clasistas, junto al Frente de Izquierda Unidad, seguiremos exigiendo: un aumento general de salarios con actualización automática según la inflación real hasta cubrir la canasta familiar básica; paritarias libres; prohibición de despidos; reincorporación de todos los trabajadores despedidos en los últimos años; la reapertura de las fábricas cerradas con control de sus trabajadores; apoyo a las gestiones obreras y todos los conflictos en curso; plata para trabajo, educación y salud, no para la deuda; anulación de los tarifazos; ningún acuerdo con el FMI.
Porque a la crisis la tienen que pagar los que generaron, no el pueblo trabajador.