Este 23 de julio se termina el plazo para acceder a las moratorias, también conocidas como "jubilaciones para amas de casa". Lo que las economistas dijeron en las redes.
Jueves 16 de mayo de 2019 00:42
En estos días se recordó en los medios periodísticos y redes sociales que próximamente vencerá el plazo de vigencia de la última moratoria previsional del año 2014. La misma sólo había quedado habilitada para las mujeres por un plazo de tres años en la mal llamada "Ley de Reparación Histórica" del año 2016.
Es el 23 de julio la fecha exacta en que caduca dicha moratoria. Esto significa que el único ingreso previsto para quienes no lleguen con los 30 años de aportes al sistema previsional (8 de cada diez personas en edad de jubilarse no alcanzan) será el cobro de la Pensión Universal para el Adulto Mayor. Esta pensión no sólo significa un monto 20 % más bajo que la jubilación mínima, sino que tiene condiciones que limitan su acceso, y para las mujeres implica esperar hasta los 65 años para intentar entrar, en lugar de los 60 años, que es la edad actual de jubilación.
2- En Argentina, el 34% del trabajo no está registrado, y la cifra asciende al 37% en el caso de las mujeres. En este contexto, darle fin a las moratorias previsionales significa limitar el acceso a la jubilación, y con mucho más énfasis en el caso de estas últimas.
— Centro CEPA (@ctroCEPA) 15 de mayo de 2019
La economista del Centro CEPA, Julia Strada, tuiteaba que "sólo rige esa moratoria para mujeres que cumplan la edad jubilatoria (60 años y menores de 65 años) según el art. 37 Ley N° 24.241. PERO: ya tenía una fecha de finalización de vigencia en la propia normativa, que era hasta el 23 de julio de 2019."
4) Si no hay una decisión gubernamental de prorrogar las moratorias que tienen preestablecido este vencimiento, no habrá posibilidad de acceder a una jubilación sin los aportes correspondientes. Esto es grave para un país que tiene el 34% de los/as laburantes sin aportes.
— Julia Strada (@Juli_Strada) 14 de mayo de 2019
5) El fin de la moratoria para las mujeres afecta a aquellas que trabajaron toda su vida y su patrón se ahorró los aportes. O que trabajaron sin remuneración como amas de casa de sus hogares, en un mundo machista donde ese trabajo no vale. No podrán jubilarse: castigo patriarcal.
— Julia Strada (@Juli_Strada) 14 de mayo de 2019
Así también, la economista Mercedes D´Alessandro, recordaba que el fin de la moratoria perjudica mayoritariamente a las mujeres y aumenta la brecha de género. De acuerdo a una nota publicada a propósito de la reforma previsional de diciembre de 2017, indicaba que "Entre los más de 2 millones y medio de personas que accedieron a jubilarse sin habar completado los 30 años, la mayoría son mujeres. El 85%. Mujeres que, como mi mamá (o la tuya), trabajaron en el hogar."
La economista Lucía Ruiz, columnista de este medio, señalaba también en Twitter que "la suba de la edad jubilatoria es lo que está en prioridad para el FMI y el gobierno y los gobernadores ya dieron dos fuertes avances".
1. Con la Reparación Histórica que aumentó la edad a 65 para las mujeres para poder cobrar una pensión universal.
2. Con la Reforma Previsional, que aumentó a 70 años para todxs la posibilidad de trabajar sin que te intimen a jubilarte (no es lo mismo q aumentar la edad jubilatoria pero es un paso más).
¿Para qué quisieran las trabajadoras extender la edad de jubilación si la mayoría tiene un trabajo precario? Evidentemente esta medida no fue pensada para beneficiar a las mujeres.
— Lucía Ruiz (@LucuRuiz) 15 de mayo de 2019
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El sistema jubilatorio argentino y de la mayor parte del mundo está basado en una lógica de “premios y castigos”. No se reconoce al trabajador por su rol fundamental en la producción como creadores de valor, sino que se debe pasar un examen que ya viene contestado de antemano para acceder a una jubilación: cuántos años se “aportó” en blanco al sistema y en qué condiciones se hizo.
El pequeño detalle es que nadie elige estas dos condiciones. Nadie elige cobrar menos o estar “en negro” como empleado. Hace tiempo que quedó refutada la idea de que el trabajador elige entre “ocio y consumo” para definir su salario y condiciones de trabajo. Pero además, tampoco la mujer elige ser doblemente explotada en el trabajo y en su hogar, siendo quien todavía se encarga en mayor medida de realizar las tareas domésticas y de cuidado.
Se otorgaron así más de 2,6 millones de jubilaciones a partir de la primer moratoria y casi 700 mil con la segunda. En su mayoría las beneficiarias fueron mujeres (73 % en la moratoria I y 90 % en la moratoria II). Por ello a la moratoria se la suele llamar "jubilación de las amas de casa".
Pero lejos de reconocer el trabajo doméstico de las mujeres, la particularidad es que, como las amas de casa y otros colectivos laborales mayoritariamente femeninos no cuentan prácticamente con aportes en el sistema, para la mayoría ello significa un ingreso en el haber mínimo. Este ingreso, hoy de $ 10.400, no alcanza a comprar ni un tercio de la canasta de los jubilados que calcula la Defensoría de la Tercera Edad.
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