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Red Internacional
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Empresarios estafadores. Reconquista: la historia de sus ganadores

El foco mediático de las tomas hoy apunta sobre los vecinos que no tienen vivienda, pero la ciudad de Reconquista cuenta con un empresariado importante como Vicentin, Buyatti, Padoan, Nardelli, y un largo etc de familias que año tras año aumentan sus facturaciones mientras la pobreza crece.

Sábado 17 de julio de 2021 20:58

Aceitera Vicentin, Algodonera Avellaneda, FRIAR, Buyatti SAIC, Emilio Alal, por nombrar algunas de las grandes empresas que año tras año aumentan sus facturaciones y llenan los bolsillos de las familias “caudillas” que utilizan su billetera para hacer y deshacer a su antojo leyes, evadir impuestos y fallos judiciales, operar en medios locales y nacionales, comprar amistades en la política, esconder “accidentes” laborales que se llevan la vida de obreros en sus fábricas y mandar a reprimir si alguno de ellos levanta la cabeza para reclamar lo que les corresponde.

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El caso más emblemático es el que estalló el ante año pasado cuando Mauricio Macri dejó la presidencia no sin antes beneficiar a través del Banco Nación a las que podríamos decir las familias más poderosas de la provincia. Vicentin S.A.I.C., encabezada en ese momento por Sergio y Gustavo Nardelli, Cristian y Máximo Padoan (hijos de Alberto Padoan,ex presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario durante el gobierno de Cambiemos), y Daniel Buyatti (empresario aceitero casado con una de las hijas de los Vicentín), “gente bien” como quien diría.

Vicentin obtuvo préstamos del Banco Nación (el Banco del Estado) que excedían los límites que la propia entidad tiene para prestar dinero, además no pagaba esos préstamos, a pesar de que en 2019 obtuvo exportaciones récord. Adujo estress financiero dos días después de vender el 16,6% de las acciones de la cerealera Renova S.A al grupo suizo Glencore. ¿Para pagar esos préstamos que le debía al Estado? No, la hipótesis más fuerte es que gracias a una serie de triangulaciones con empresas fantasmas en Paraguay lograron que esa plata desapareciera.

Mientras esto pasaba, generando obviamente una incertidumbre de niveles cuánticos a los trabajadores directos e indirectos del grupo a lo largo y ancho del país, Gustavo Nardelli uno de los flamantes CEOs de la firma (además de presidente de Terminal Puerto Rosario), era atrapado en pleno Paraná rompiendo la cuarentena en su lujoso yate llamado “champagne”. Carlos Menem, un poroto.

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Buyatti, familia “emprendedora” que empezó elaborando aceite de lino, en los 80 fundó la planta de molienda y extracción de aceite de soja en Puerto General San Martín, y participó como accionista fundador de otras cinco aceiteras, AGD entre ellas. Cerca de los 2000, se volcaron al negocio algodonero instalando 3 desmotadoras en Reconquista y Las Breñas, Chaco. Otros hijos han optado por volcarse a la producción de carrocerías y maquinaria para el agro. Hace poco volvieron a estar en boca de todos ya que la aceitera Buyatti en Puerto General San Martín cerró sus puertas, sus dueños adujeron que la planta trabajaba solamente para Vicentin, y con la crisis de este último dejó de “tener con que trabajar” dejando a más de 100 trabajadores en las calles, la realidad que denuncian los trabajadores es que querían renovar la plantilla de empleados, sacarse de encima a los de mayor antigüedad y contratar jóvenes para flexibilizar sus condiciones de trabajo. Que Daniel Buyatti esté casado con una de las hijas de los Vicentin... es pura coincidencia. El poder de estas familias se ve también en la rapidez con la cual el gobernador Omar Perotti mandó a la policía santafesina a enfrentar a los trabajadores que hacían un corte de ruta en la puerta de la empresa junto al sindicato aceitero.

Los trabajadores de la Algodonera Avellaneda también pueden decir quienes son los Vicentin. El año pasado protagonizaron una lucha por sus derechos laborales, cobrando entre 20 mil y 25 mil pesos, sin antigüedad, con turnos rotativos sin horario fijo. Incluso en junio de ese año habían reclamado porque la empresa pagaba parte del salario con carne del frigorífico FRIAR y aceite de Aceitera Vicentin, también propiedad de la compañía. Luego de ser hostigados por la prensa subordinada a los empresarios también recibieron el tratamiento exprés de la policía por estar haciendo un bloqueo pacifico de portones en las puertas del parque industrial de Reconquista, así como también fueron apretados por una patota pagada por Vicentin para desbaratar la medida.

Queda a las claras que estas familias, las familias “patricias” de la región inflan desmesuradamente sus cuentas bancarias gracias a la connivencia que encuentran en el poder político, jueces, y a los negociados con el Estado, donde algunos gobiernos más “amigos” les facilitan el acceso a esos beneficios y otros que posan de enfrentarse a los poderosos bajan el copete ante la primer marcha de tractores y 4x4 que estos grupos económicos impulsan. Esto se vio en el intento de estatización de Vicentin por parte de Alberto Fernández que duró un suspiro ante las presiones de los empresarios del campo junto a Perotti (del mismo signo político que Fernandez) que representa en la provincia los intereses de esas patronales y sectores económicos. Desde otro ángulo se ve el guiño de los gobiernos ante los reclamos de los trabajadores que protestan por su trabajo (Algodonera Avellaneda, Buyatti,) y las familias que toman tierras para hacer humildes casillas donde poder darle un techo a sus hijos (barrio Copello en Capitán Bermúdez, Barrios Belén y La Cortada en Reconquista, etc.) no dándoles soluciones concretas a sus reclamos y mandandoles la policía con topadoras para desalojarlas sin importarle que haya niños y niñas en las tomas.