Una estimación de mayor cantidad de fallecimientos y casos a nivel mundial. En que se avanzó y en qué no en la respuesta al coronavirus en el país.

Osvaldo Vera @eslou._
Martes 7 de julio de 2020 23:47
Foto: La Voz
Con el parte proporcionado por el Ministerio de Salud el martes por la noche, se informó que la cantidad de personas diagnosticadas con Covid-19 fue de 2979 con 62 fallecimientos. En total suman en el país 83.426 contagiados y 1.644 personas que perdieron la vida.
Según distintos especialistas se espera que la cifra de fallecidos y contagiados continúe en aumento. Desde mediados de junio se comenzó a registrar un nivel que superaba los 1.000 contagios diarios. Este martes en su número más alto llegaron a los casi 3 mil y se espera que esa cifra sea aún mayor de acá a unas semanas o meses.
De la actual cifra de contagios se deduce que en unas semanas la cantidad de fallecidos podría ser mucho mayor, ya que las muertes actuales corresponden a pacientes que fueron diagnosticados hace un mes atrás aproximadamente, cuando el la cantidad de contagios diarios se acercaba a los 1.000, es decir menos de la mitad.
En una entrevista a La Nación el infectólogo y director de la Fundación Huésped Pedro Cahn, señaló que "el número de fallecidos tiene un cierto retraso porque desde el momento en que se los diagnostica hasta que los pacientes se ponen graves, pueden pasar entre cinco y 10 días y luego tiene una internación promedio de tres a cuatro semanas en terapia intensiva. En ese curso algunos van a fallecer".
Actualmente Argentina presenta una tasa de letalidad del 2 % y una tasa de mortalidad de 34 por cada millón de habitantes. La primera mide la cantidad de fallecidos en relación al total de positivos en el país, mientra que el segundo indicador se refiere a la cantidad de muertes por millón de habitantes. Con estas cifras Argentina se encuentra entre los países en los que la pandemia ha afectado en menor medida hablando en términos sanitarios. Para tener de referencia, en otros países de la región, como Chile y Brasil, la tasa de mortalidad es aproximadamente de 300 por millón.
Sin embargo son varios los aspectos a los que el Gobierno no dio prioridad y que podrían haber evitado la gran cantidad de contagios que se dan en estos momentos. Entre ellos la realización de testeos masivos y el rastreos de contactos. Hace tan solo unas semanas, el propio ministro de Salud Ginés González García reconocía el retraso en aplicar la búsqueda activa de casos mediante tests y rastreo. Pasaron dos meses desde el inicio del aislamiento obligatorio, hasta que desde el Gobierno se comenzara a realizar una búsqueda activa de casos. Algo que hubiera contenido fuertemente la expansión del virus en las primeras etapas de su llegada al país.
Hoy en día sin embargo los testeos siguen siendo escasos y de acuerdo al protocolo son negados a contactos y personas asintomáticas, como denunciaron los vecinos de los barrios populares y miles de testimonios de contactos de casos positivos. En esos barrios la falta de acceso al agua potable y a la red cloacal se convierte en un agravante mortal, como ya se vio en varios casos como el de Ramona en el barrio Mugica. La falta de testeos en los lugares de trabajo declarados esenciales, vueltos hoy en día verdaderos focos de contagio, también es una constante.
Esta situación que viven las mayorías contrasta fuertemente con el tratamiento que reciben altos funcionarios, como el caso del el intendente de Lomas de Zamora Martín Insaurralde, quien al ser diagnosticado de Coronavirus, todo su entorno fue rápidamente testeado y aislado.
Junto con la realización de tests de forma masiva, la unificación del sistema de salud, disponiendo de todos los recursos existentes entre la esfera privada y pública bajo control de sus trabajadores, es algo imprescindible para evitar estar constantemente ante el riesgo de un colapso sanitario.
Actualmente la distribución de los centros de salud en el país es de 20.000 en manos privadas mientras que solamente 1.800 pertenecientes a la esfera pública. El derecho al acceso a la salud para la población en un contexto de pandemia no debería estar sujeto a la lógica de la salud como una mercancía y fuente de ganancias.
Junto a un vaciamiento de décadas en el sistema sanitario argentino, el déficit presupuestario, la falta de insumos, de personal y de condiciones edilicias adecuadas que persisten y se ponen en evidencia con la crisis actual, se suma la triste cifra de 20 trabajadoras y trabajadores de la salud fallecidos y 5.316 contagios. Haberle dado prioridad a destinar fuertes partidas presupuestarias al sistema de salud, garantizando personal, elementos de protección, el pago de salarios adecuado y mejores condiciones laborales, podría haber evitado esas cifras.
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En declaraciones de este martes, la propia secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti señaló que en estos más de cien días transcurridos desde el inicio del aislamiento social obligatorio, las camas de terapia intensiva aumentaron de de 8521 a 11.668, y que en estos momento las ocupación de la mismas vienen en un "aumento persistente", llegando al 58,8 % en AMBA. Es decir que en estos más de tres meses, sólo 3.000 camas fueron agregadas al sistema de salud.
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Según un informe de Lucía Ortega en el programa Se Tenía Que Decir, realizado en conjunto con especialistas sanitarios, serían necesarias un total de 24.000 camas de terapia intensiva e intermedia con una cantidad total similar de respiradores (Vizzotti informó 8.600), para poder dar respuesta a una eventual situación de 200.000 personas contagiadas. Una cifra que aunque parezca elevada, sería alcanzada en un mes y medio, calculando un nivel de contagios diarios de alrededor de 2.500.
Las estimaciones de un mayor numero de contagios y fallecimientos por la pandemia que afecta al mundo desde fines del año pasado, no son solo para Argentina. Según el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, "la pandemia se está acelerando y aún no se llegó al pico". Y esto se debe a que el número de casos a nivel global va en aumento a un ritmo cada vez mayor con el correr de las semanas. Para graficar esta idea señaló de forma contundente que al Covid-19 "le tomó 12 semanas al mundo llegar a los 400 mil casos, mientras que durante el fin de semana, hubo más de 400 mil casos en todo el mundo”.
Según las cifras que maneja la organización, el promedio semanal de muertes descendió y se encuentra entre las 30.000 y 34.000, lejos de las 51.229 que se registraron en la segunda semana de abril. Pero por el lado de los contagios, éstos van en aumento a nivel global. Desde mediados de junio superaron el millón a la semana, y llegaron en la última del mes a un millón doscientas mil, el máximo número de contagios desde que comenzó la pandemia.
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Osvaldo Vera
Integrante de Agrupación Marrón de Coca Cola-Femsa