Capacitará a vigilantes en la UNAM para cercar al movimiento estudiantil.
Miércoles 20 de noviembre de 2019
El Secretario General de la Universidad Nacional Autónoma de México, anuncia luego de la toma de protesta del rector Enrique Graue Wiechers, conformar una comisión especial de seguridad que incluya la contratación de vigilantes. Asegura que la “UNAM capacitará a vigilantes para repeler ataques” y que para llevar a cabo dicha “capacitación” se han ofrecido tanto la Fiscalía General de la República como la Secretaria de Seguridad Ciudadana (SSC), incluyendo a la Guardia Nacional.
En el marco de las recientes movilizaciones y paros por facultades contra la violencia patriarcal, el Secretario General de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, dio a conocer que una comisión especial de seguridad del Consejo Universitario presentará un nuevo plan de seguridad para la institución. Este plan incluye la contratación, capacitación y entrega de equipo represivo para repeler “agresiones”.
“Se va a retomar la idea de dar una capacitación especial al cuerpo de vigilancia y, tal vez, será necesario contratar nuevos vigilantes con un perfil muy específico, incluso en términos de edad y condición física para poder enfrentar situaciones complejas. Hay unos a quienes aunque se les entrene, por su edad y su condición física no pueden enfrentar situaciones de riesgo”, dijo.
El plan que anuncia el Secretario General de la UNAM, apunta a que -en términos claros- se forme un cuerpo equivalente al de granaderos en la Universidad Nacional Autónoma de México, ya que incluso no descartó el uso de escudos y entrenamiento para los vigilantes, que incluiría defensa personal y medidas de contención de masas. Es decir, la UNAM propone la creación de un grupo antimotines, con el previsible perfil de que será un grupo dedicado a la represión.
Históricamente el movimiento estudiantil se ha pronunciado en contra de estas medidas y cuerpos represivos formados en la UNAM. La huelga del CGH de 1999 demandaba en su pliego petitorio: "Desmantelamiento del aparato represivo y de espionaje montado por las autoridades y anulación de todo tipo de actas y sanciones en contra de maestros, estudiantes y trabajadores que participamos en el movimiento." Es decir, que se cuestiona ante todo el carácter político de esta represión sobre el movimiento estudiantil.
¿Cómo funciona vigilancia UNAM?
Hay una diferencia categórica entre un vigilante que está en una caseta de estacionamiento o de acceso a una dependencia, que hace rondines por pasillos, oficinas, vías de circulación, salones, y se coordina con sus compañeros de trabajo de intendencia, de labores administrativas y académicas, y el carácter de clase y represivo de los cuerpos policiales al servicio de Rectoría y las autoridades universitarias. Quienes los equiparan, comenten el error de hacer una visión simplista y reduccionista que nada tiene que ver con la realidad de esta materia de trabajo en la UNAM.
Es conocido que la dirección del área de Vigilancia y Auxilio UNAM está coordinada con la dirección de movilidad y protección civil, y que quienes las conducen asumen un rol abiertamente represivo hacia la comunidad universitaria.
Es necesario señalar que muchos trabajadores de vigilancia han denunciado que por las labores que implica su materia de trabajo, por muchos años las autoridades y jefes que son autoridades, han utilizado a personal irregular que se presta a las labores de hostigamiento y espionaje contra los sectores estudiantiles organizados; que hay elementos que están plenamente implicados en todo tipo de actos ilícitos para controlar, solapados y alentados por Rectoría, como sucede con los porros y la manera en cómo operan.
Hoy existen múltiples denuncias de hostigamiento y tortura por vigilantes de auxilio UNAM, cuerpo de seguridad que en múltiples ocasiones ha sido objeto de denuncias por agresión a estudiantes, particularmente activistas, y por reclutar a ex policías para el cargo.
Militarización del país, larga condena de violencia contra las mujeres
Las medidas securitarias que hoy impone la UNAM desde su aparato antidemocrático son eco de la militarización, hoy convertida en la Guardia Nacional, que exponenció desde el 2006 el feminicidio en un 800%.
La policía y el ejército son instituciones naturalmente represivas y permiten que los intereses de la clase dominante se impongan sobre el descontento de las masas. Nunca estarán del lado de las mujeres, la juventud y la clase trabajadora. Basta recordar Atenco 2006, cuando policías violaron a las mujeres por protestar, a las maestras en Guerrero violadas por oponerse a la reforma educativa, o la más reciente violación a una menor de edad por cuatro elementos de la SSC, adscrita a la Guardia Nacional, que desató el movimiento de la diamantina.