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Red Internacional
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Política. Recuento del 2020: cuando el gobierno de Piñera demostró que lo puede hacer aún peor

Para el gobierno de Piñera, que viene de una profunda crisis heredada desde el estallido en octubre de 2019, el 2020 no fue un año mejor. Lejos de lo que se preveía, el gobierno ha caído en errores uno tras otro demostrando su fracaso a la hora de gobernar desde la política económica, sanitaria hasta comunicacional. ¿Cómo fue el 2020 para el gobierno del 7%?

Sábado 2 de enero de 2021

El manejo de la pandemia

Desde el inicio de la pandemia el gobierno cometió error tras error. Sin la preparación adecuada su respuesta a la pandemia -que llegó casi como de improviso para el gobierno-, fue tardía y mal aplicada.

Desde redes sociales se evidenciaba cómo los ricos chilenos viajaban y volvían al país sin ningún resguardo, sin cuarentena preventiva ni testeo. Ello, junto con la tardanza en la respuesta del gobierno provocó la rápida expansión del Covid 19 por Chile. La respuesta del gobierno, -sin aprender de los países que venían de una crisis sanitaria de proporciones, como lo fue España e Italia-, fue rápidamente la cuarentena, sin garantizar testeos masivos y la trazabilidad del virus, dos elementos esenciales a la hora de manejar la pandemia, como demostraron los mejores manejos de la pandemia a nivel mundial, como en Australia o Nueva Zelanda.

Desde la figura de un odiado ministro de Salud Jaime Mañalich, la respuesta a la pandemia demostró la improvisación del gobierno que primero buscó aplicar la estrategia de inmunización de rebaño (buscar que la población se contagie con tal de crear inmunidad al virus, posibilidad que demostró su fracaso en otros países dejando miles de muertos). Luego con el anuncio de un carnet Covid que no tenía ningún carácter sanitario sino más bien comunicacional y con el cual tuvieron que salir a retractarse rápidamente. El momento de mayor crisis sanitaria ante el colapso de un sistema de salud responder, sino que manipuló y mintió sobre las cifras durante meses, buscando ocultar miles de muertes y la realidad de los hospitales colapsados que se vieron en la necesidad de extender la atención a hospitales de campaña los que se llovían en pleno invierno.

El completo desastre ante el manejo de la pandemia lo pagó el gobierno con la salida de Jaime Mañalich y la investigación sobre el ministerio de salud y sus autoridades por el manejo de la pandemia, que incluso se negaron en poner a disposición la información de sus correos, evidenciando lo fraudulento de su actuar. Todo demuestra que las miles de muertes por Covid en Chile tienen de principal responsable a este gobierno asesino, corrupto, ineficiente y represor de Piñera.

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Los trabajadores de la Salud que dieron todo, y siguen estando en la primera línea frente a la pandemia han visto cómo la única respuesta del gobierno han sido aplausos, negándoles un bono por atención ante el covid que tanto han exigido los trabajadores de la salud más precarizados. Realidad que contrasta con los enormes bonos y beneficios que obtuvieron las fuerzas represoras del estado por su “esfuerzo en la pandemia”.

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A más de 9 meses del inicio de la pandemia el gobierno no ha invertido en la construcción de ningún hospital o en el fortalecimiento de la red pública hospitalaria. Es decir, no busca resolver el problema de raiz que también fue una de las demandas centrales del estallido, la garantía del derecho a la salud pública, universal y de calidad.

Política económica fracasada

Sin duda dentro de todo el fracaso de este gobierno que lo llevó a iniciar un 2021 con un rechazo del 87%, el ámbito económico es crítico. Terminamos un 2020 con más de 2,5 millones de personas sin empleo, es decir, casi un cuarto de la población laboral no tiene un ingreso en un escenario de pandemia.

La política del gobierno en materia económica fue tardía y con bajos recursos. Para que la cuarentena fuera efectiva se debería haber asegurado el ingreso familiar con anterioridad. Se debió resguardar los empleos buscando la inversión del Estado para hacer un plan de reactivación económica que implicara no sólo la recuperación económica sino la creación de nuevos empleos, como un plan de obras públicas. Sin embargo lo que hizo el gobierno en alianza con todos los partidos del parlamento, incluso del partido Comunista que dirige la CUT, fue la creación de una ley de suspensiones y despidos de Briones que permitió a los grandes empresarios echar a sus trabajadores y que éstos pagasen el costo de la crisis.

El apoyo a las Pymes también ha sido insuficiente, con préstamos bajos y con mucha letra chica. El conjunto de medidas adoptadas más la pandemia llevó a la contracción de la economía chilena en un 6% frente a la economía mundial que sólo se contrajo en un 4%. Se prevee que de no ser por ambos retiros del 10% de los fondos de pensiones, la contracción hubiese sido cercana al 9%.

El drama económico que están viviendo las familias trabajadoras chilenas, que han costeado con sus ahorros previsionales el costo de la crisis, tuvo su peor momento en mayo de 2020 cuando el hambre golpeaba la puerta de las poblaciones que tuvieron que hacerle frente con ollas comunes y la solidaridad que caracteriza al pueblo pobre y trabajador.

Todo este escenario se pudo y puede evitar a futuro (se prevee que la economía no se va a reactivar como lo esperado) con una ley de empleo que reparta las horas de trabajos entre ocupados y desempleados, para que todos puedan trabajar, con un sueldo mínimo acorde a la canasta básica familiar (500mil pesos) discutidos por los trabajadores y con un impuesto a la fortuna de los principales grupos económicos en Chile, que gracias a las políticas pro empresariales de este gobierno en alianza con la casta política, permitieron que incrementaran sus millonarias fortunas mientras el desempleo no da tregua.

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Respuesta a las demandas de octubre: represión y más represión

Las demandas y movilizaciónes de Octubre que comenzaron con todo este 2020, con un 8 de marzo multitudinario, se vieron coartadas por la cuarentena y las medidas represoras del gobierno de Piñera que se aprovechó de la pandemia para fortalecer a las fuerzas represivas. Con un irracional toque de queda que lleva más de 8 meses, Piñera ha buscado en todo momento responder a las demandas con golpes y balas. Incluso las protestas por el hambre fueron reprimidas, como también el primero de mayo y cada exigencia del pueblo por el retiro del 10%, por la libertad de los presos políticos y la represión. Un hecho impactante fue el ataque de carabineros al joven que tiraron al río mapocho y que costó la salida de director General de Carabineros, Mario Rozas, en completa impunidad por las enormes cifras de represión, muertes y torturas perpetrados por la policía desde el estallido. Impunidad que hasta el día de hoy se mantiene intacta.

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En definitiva el 2020 terminó un año de profunda crisis para el gobierno que se refleja en una aprobación de las más bajas en la historia. ¿Cómo se gobierna con un 7%? A punta de represión. Pero la principal duda que asalta es ¿por qué sigue Piñera en el gobierno después de todo su prontuario? La única respuesta es gracias a la ayuda de los partidos políticos, desde la derecha hasta la "oposición de izquierda” que le han votado sus leyes represivas y económicas pro empresariales y lo han dejado gobernar en completa impunidad.