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Red Internacional
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CRÓNICA DE LUCHA. Recuerdos y reflexiones a 25 años de la fundación de HIJOS

Surgió a partir de un homenaje a las y los estudiantes y trabajadores desaparecidos de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP. Paralelamente se fundaron en todo el país organizaciones similares que dieron comienzo a una coordinación nacional.

Lunes 20 de abril de 2020 20:09

Marcha por Jorge Julio López 2006

En aquel momento nos encontramos un nutrido grupo de hijas e hijos de desaparecidos y asesinados de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica y también en el período inmediato anterior a ella, pusimos fecha y lugar a nuestro primer encuentro para organizarnos, nuestra primer asamblea.

Al principio nos reuníamos en Plaza Moreno, para pronto hacerlo en el local de SUTEBA. Luego hubo otros lugares como un bar de militantes de los ‘70, la Facultad de Trabajo Social, un local de un partido de Izquierda.

Nuestros objetivos comenzaron a plantearse al calor de esos encuentros en los que compartíamos nuestras vivencias de crecer sin nuestras madres y padres, fue muy fuerte socializar nuestra orfandad cuyo motivo era el genocidio.

Foto: María Victoria Prigione Greco - Escrache a Miguel Osvaldo Etchecolatz en 2018, Mar del Plata.

Compartíamos cómo nos habían contado la verdad, cómo esperábamos a nuestras madres y padres, cómo lo contábamos o no en la escuela, cómo sufrimos el silencio social, cómo nuestras familias y nosotros nos habíamos ilusionado con su regreso, cómo fuimos entendiendo los motivos profundos de su lucha por otra sociedad. La organización estaba integrada también por hijos e hijas de presos políticos y exiliados.

Habíamos aprendido mucho de las Madres, las Abuelas, de muchos sobrevivientes y de la Izquierda que a lo largo de los años ‘80 y principios de los ‘90 habían luchado denodadamente contra las leyes de impunidad, también de nuestras propias madres y padres.

Nacimos como un organismo de derechos humanos con características particulares: postulamos diez principios básicos entre los que se destacaba la reivindicación de la lucha de nuestras madres y padres, la búsqueda de nuestras hermanas y hermanos apropiados, la independencia del Estado. Acompañamos la pelea por derechos sociales de ese nuestro presente, que en la década del ‘90 eran sistemáticamente vapuleados en la forma de desocupación, represión, ajuste y pobreza. Nos constituímos con una visión amplia de los derechos humanos, desde una perspectiva similar a la de nuestras madres y padres que quisieron cambiar el sistema de raíz.

Foto: María Victoria Prigione Greco - Marcha por Jorge Julio López a 8 años de su desaparición.

En el transcurso del año ‘95, cuando la mayoría éramos jóvenes rondando los 20 años, se constituyeron las regionales de HIJOS en todo el país. Siempre nos atravesaron muchas discusiones políticas pero durante largos años caminamos juntos.

Hicimos de todo: defendimos y visitamos a los presos políticos, peleamos junto con el movimiento estudiantil del que la mayoría formaba parte y sufrimos la brutal represión y detención en un destacamento de la policía bonaerense, que fue durante la dictadura un campo de tortura. También realizamos una obra de teatro en plena impunidad peronista y radical para denunciarla y luchar por la condena social como camino a la condena legal a los genocidas, les hicimos escraches en sus casas y lugares de trabajo buscando el apoyo barrial.

Así mismo, viajamos a Cutral-Có a apoyar a las y los trabajadores en su pueblada, también acompañamos diferentes luchas de trabajadores a lo largo de todos estos años. Participamos de los juicios a partir de lo que logramos, junto con los organismos de derechos humanos que venían de décadas de lucha y el apoyo de los partidos de izquierda, que se anulen las leyes de punto final y obediencia debida votadas en el gobierno alfonsinista y los decretos de indultos de Menem. Participamos de largas noches y días en las Marchas de la Resistencia.

Foto: María Victoria Prigione Greco - Charla organizada por HIJOS 2014 en la Facultad de Trabajo Social UNLP

Los escraches merecen un párrafo particular. Fue un método de lucha que parimos frente al horror de tanta impunidad, para denunciar cómo los genocidas seguían en total libertad, gozando de sueldos de privilegios y jactándose en televisión de las atrocidades cometidas, de sus crímenes de lesa humanidad.

Esta intensa lucha contra la impunidad que sumamos a la ya existente y mencionada hizo que en el ‘98 con total hipocresía el gobierno menemista derogara las leyes de impunidad, medida que solo tenía efecto para crímenes de lesa humanidad futuros.

Luego de las jornadas de lucha del 2001 que puso en vilo al régimen en su conjunto y para legitimar la autoridad presidencial y el Estado, el kirchnerismo anuló las leyes de impunidad, tomando las banderas de los derechos humanos que nunca había tomado el peronismo en su conjunto ni Néstor Kirchner y Cristina Fernández, en sus largos años de gobierno en Santa Cruz.

Foto: María Victoria Prigione Greco - Escrache al destacamento 101

Si bien desde el inicio había al interior de cada organización y en todas las regionales diferentes posiciones políticas, fue a partir del primer gobierno kirchnerista y profundizándose en los sucesivos, que las diferencias se hicieron más notables y una gran parte de las regionales abandonó varias banderas que nos habían caracterizado.

Entre ellas la independencia política que llevó inevitablemente al silencio frente a brutales violaciones a los derechos humanos como la desaparición de Jorge Julio López, la represión a los hermanos qom, a los docentes en varias ciudades del país, a los petroleros de Las Heras entre otros varios sectores de trabajadores, a la falta de celeridad en los juicios de lesa humanidad, al nulo interés y trabajo para avanzar con las complicidades empresariales de la dictadura como es el caso emblemático de Blaquier en Ledesma, y con las complicidades de la burocracia sindical.

Silencio cómplice frente al asesinato del militante Mariano Ferreyra, de las responsabilidades políticas de la masacre de Avellaneda y del nombramiento de Milani al frente del Ejército, partícipe del genocidio. Hoy se callan frente al accionar de las fuerzas represivas del Estado que en plena crisis de la pandemia amedrentan, reprimen y violentan de diversas formas y a lo ancho y a lo largo del país a sectores vulnerables, de trabajadores y pobres. Son felicitados por el Presidente que al mismo tiempo en este aniversario felicita a HIJOS y afirma estar orgulloso de que cuatro integrantes sean parte de su gabinete.

En los últimos lustros la integración al Estado de una gran cantidad de militantes de HIJOS terminó de imprimir en sus filas la adaptación al régimen y con él, el silencio ante las violaciones a los derechos humanos que comete el Estado contra el pueblo pobre y trabajador, como las víctimas de gatillo fácil y las represiones actuales a trabajadores en lucha por despidos en medio de la crisis profundizada por la pandemia como es el caso del frigorífico Penta en Quilmes. Tampoco reclaman por la apertura de los archivos – o hacen algo desde sus puestos de funcionarios estatales – que permitirían conocer el destino de los casi 400 hijas e hijos apropiados que aún no conocen su identidad.

Hay regionales que aún se mantienen del lado de la lucha, como la de La Plata donde existen las dos vertientes, y con quienes nos encontramos en el espacio Justicia Ya, en las calles y en diversas actividades.

Quien escribe, junto a otra cantidad de hijas, hijos y familiares de detenidas-desaparecidas y detenidos-desaparecidos nos integramos hace muchos años al CeProDH y al Partido de Trabajadores Socialistas porque entendemos que el cambio es de raíz y la mejor forma de honrar la memoria de les 30.000 es peleando codo a codo con los trabajadores, las mujeres y la juventud por cambiar este sistema de hambre, explotación y opresión para las amplias mayorías.