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Red Internacional
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DEBATE SOBRE LA CUT. ¿Recurrir al Tribunal Electoral o terminar con la burocracia sindical?

El 1° de mayo encuentra a la CUT en una situación crítica. El conservadurismo burocrático con el cual sus dirigentes han encarado la crisis que se abrió en agosto de 2016, a raíz de los padrones adulterados en el proceso electoral y su absoluta subordinación al Gobierno de la Nueva Mayoría, que posibilitó la aprobación de la reforma laboral sin resistencia, agudizan la crisis de la Central que expresa en el terreno sindical la crisis de todo el “régimen de transición” al cual la CUT fue funcional.

Juan Valenzuela

Juan Valenzuela Profesor de filosofía. PTR.

Viernes 28 de abril de 2017

Aunque quieran plantear la consigna “unidad del pueblo” hacia su marcha de este 1° de mayo, la “unidad” que ha defendido hasta ahora la CUT es con la Nueva Mayoría y un método de lobby permanente en el parlamento y con los empresarios, lejos de las luchas de los trabajadores, las mujeres y la juventud.

Nunca había estado tan cuestionada: al fraude electoral en agosto de 2016, se sumaron una serie de hechos que evidencian el funcionamiento burocrático en la CUT, como la negativa a implementar el voto universal para las elecciones de 2017 en el anterior Congreso.

Aunque su presidenta Bárbara Figueroa y su vicepresidente Nolberto Díaz reconozcan en una reciente conferencia de prensa, que la alteración de los padrones en el proceso electoral sí ocurrió y que aquello constituye un hecho que hay que corregir, insisten en ver la causa de la actual situación en la “intención de distintos sectores interesados en desacreditar el rol de la central”. Según Figueroa, “algunos tienen un interés excesivo de que la Central caiga en ese juego (…) les interesa quitarle el rol protagónico al mundo sindical (…) Estamos frente a una arremetida fuerte”.

Con este tipo de afirmaciones, los dirigentes de la CUT no hacen más que desviar la atención. Porque ellos sí son responsables del “mal momento” que vive la Central. La decisión de mantener el sistema electoral ponderado en estas elecciones, que defendieron el PC y la DC en el Congreso de enero, es un factor importante en la crisis actual, que va de la mano de su subordinación al gobierno y lejanía con el movimiento de mujeres y el movimiento NO+AFP. Con esa decisión la CUT mantiene su lejanía con los trabajadores. Si los trabajadores de base ni siquiera pueden elegir a sus dirigentes ¿de qué manera van a sentir que la CUT es una herramienta propia? ¿Si su capacidad de convocatoria fue menor a la de movimientos como el NO+AFP? ¿Cómo pueden pretender estos dirigentes que la CUT gane en credibilidad si se niegan a algo tan básico como el derecho a voto de los trabajadores de base?

Pero además toda estas “intenciones de sectores” de las que habla Figueroa, en realidad están en la misma cúpula de la CUT.

¿Quién invocó al Tribunal Electoral?

En el minuto 22:55 de la grabación de la conferencia de prensa subida al sitio de la CUT, Nolberto Díaz dice: “Nosotros junto con José Manuel Díaz (…) varios dirigentes de los que estamos acá, fuimos de los que presentamos una demanda judicial ante los tribunales y pedimos a los tribunales de justicia en este caso el Tribunal Electoral Regional que reimponga el derecho al interior de la CUT. Por tanto, nosotros somos muy respetuosos, tanto el Colegio Electoral como la dirección de la CUT y todas las candidaturas, tanto de los fallos de los tribunales de justicia como de los órganos internos. Y aquí los tribunales nos han pedido suspender la elección del 20 y hacerla en nuevo aviso. Nosotros acatamos ese fallo y esperamos que el tribunal nos dé lo antes posible autorización para hacer la elección que tanto esperábamos hacer este jueves. Nosotros estamos muy orgullosos de lo que hemos hecho en estos seis meses. Nosotros en paralelo a lo que ha hecho el Tribunal Electoral hemos reconocido que el 25 de agosto hubo irregularidades”.

Como sabemos, el hecho de que una institución de justicia se entrometiera en la vida interna de la Central, puso de nuevo los ojos de los medios de prensa sobre la CUT: aprovecharon de lanzar ataques en realidad con el fin de debilitar a organización de los trabajadores. Pero Nolberto Díaz reconoce haber sido impulsor de esta acción y se muestra respetuoso. Pero intentando "no quedar mal con nadie" encubren su complicidad con esta intromisión del Estado, en el aval que le da el Colegio Electoral.

También presentaron una medida cautelar Pedro Sepúlveda, la dirigente de la ANEF Jimena Aguirre y Andrés Giordano, presidente del sindicato de Starbucks, aunque no son del núcleo dirigente de la CUT. Andrés Giordano por ejemplo fue parte de una lista crítica en las elecciones de agosto de 2015. Aun así este sector comete el error de depositar más confianza en la resolución de un organismo estatal que en la lucha contra la burocracia formando una corriente arraigada en la base.

El efecto de la intromisión del Tribunal Electoral

El hecho de que sea una institución de justicia del Estado burgués quien se pronuncie acerca de cómo llevar adelante el proceso electoral en la CUT, no sólo debilita a la Central, sino que produce la ilusión de que se puede superar el problema de su burocratismo y falta de democracia interna recurriendo al Estado burgués y no peleando contra la burocracia desde los lugares de trabajo y en los sindicatos, con agrupaciones de trabajadores y militancia que luchen por reorganizar los sindicatos con asambleas de base resolutivas y delegados revocables.

Por su parte el Partido Comunista -como es típico-, intenta insinuar la imagen de que en estos cuestionamientos estaría “la mano de la derecha” o sectores reaccionarios. “Vamos a responder con toda la fuerza del sindicalismo organizado”, planteó Bárbara Figueroa, deslizando la idea de que los sectores que critican a la CUT serían enemigos de la organización sindical. Pero no fue capaz de reconocer siquiera que la resolución del Tribunal Electoral Regional que luego acató el Colegio Electoral de la CUT, de posponer las elecciones fijadas para el 20 de abril hasta que se falle respecto al proceso electoral anterior -resolución que volvió a poner en la mira de todos a la CUT por su falta de “transparencia”-; es producto de una denuncia en la que participó el mismísimo Nolberto Díaz. Sí, Nolberto Díaz -su mano derecha- es una de los actuales dirigentes que buscó activamente que el Estado capitalista se entrometa en la vida interna de la central. El efecto es alimentar la crisis de la CUT.

El estado de salud de la CUT

La CUT se hace cada vez más anacrónica en relación a la situación nacional. Las pifias que recibió Bárbara Figueroaen la reciente huelga de Escondida son expresión de esta lejanía. No haber ejercitado una resistencia mínima ante los ataques de Bachelet y los empresarios, es la explicación de este proceso.

De todos modos, la muerte aun no asalta a la Central, pues en su interior permanecen importantes asociaciones como la ANEF o Confederaciones como la CONSTRAMET que organiza a unos 13.798 trabajadores industriales según este padrón de enero.

Pero los síntomas de su crisis y el nulo entusiasmo son visibles en sus instancias orgánicas como el Consejo Directivo Nacional Ampliado.

El caso de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) es bastante ilustrativo. Esta organización, creada el 2006, le dio preponderancia al Partido Comunista en el mundo de los subcontratados del cobre. Hoy, el vaciamiento de la CTC se acelera como se ve en la separación de lo que es ahora la CONTRACOMS de Calama y procesos similares en otros puntos. Esa organización de subcontratados del cobre de Calama, que organiza a unos 12.000 trabajadores y que antaño fuese parte de la CTC, rompió con ésta, después de la experiencia con la dirección del PC en la huelga del 2015.

El intento de sus dirigentes de reubicarse ante al movimiento NO+AFP después de una completa pasividad, marchando el pasado 26 de marzo, es la muestra de que pueden defender la presencia de la CUT en las movilizaciones sociales, pues no perder completamente su “pie en la calle” es condición de su rol como interlocutora con el Gobierno y los empresarios. No se descarta que si pasan a la oposición -de triunfar Piñera- puedan ganar una sobrevida si buscan actuar como oposición. Pero nada de eso niega que su crisis es profunda. La actitud altanera de los dirigentes oficiales de la CUT es tanta, que al ser consultada sobre el congelamiento del Colegio de Profesores y otras asociaciones y federaciones, Figueroa respondió en conferencia de prensa, que “eso hay que preguntárselo a las organizaciones que decidieron congelar. Serán las organizaciones las que tendrán que dar cuenta de su voluntad de construir o no un sindicalismo fuerte y avanzar por la unidad. Chile necesita al movimiento sindical unido para dar las luchas que hay que dar”. Pero la actitud de ningunear todo lo que no se les subordina es pretender tapar el sol con un dedo.

Por una nueva Central Única de Trabajadores

Es necesario dar la pelea en los lugares de trabajo, en los sindicatos, federaciones, confederaciones y asociaciones -estén dentro o estén fuera de la CUT-, para terminar de una vez con los métodos burocráticos y otorgarle poder de decisión a las asambleas. Es necesario formar cuerpos de delegados por sección y organizarse más allá de los límites que busca imponer el Código Laboral. La superación de la CUT debe ir de la mano de la implementación de nuevos métodos que posibiliten que amplios sectores de la clase trabajadora se hagan sujetos de su organización sindical y no meros espectadores, abandonando la práctica de que un pequeño grupo de dirigentes decida todo por arriba y abandonando la confianza que dirigentes como Nolberto Díaz pretenden sembrar de que el Tribunal Electoral Regional puede permitir que vuelva a imperar el derecho en la CUT. Formar organismos como las comisiones de mujeres para que las compañeras -las más oprimidas entre los oprimidos- instalen sus propias demandascomo hacen en la fábrica de explosivos de Orica en Antofagasta y todo tipo de instancias para que se desarrolle la más amplia democracia de base en los sindicatos, es una necesidad para combatir a la burocracia.

Pero una política como la que defienden Figueroa o Díaz, o también Martínez, es incompatible con esta perspectiva: son de la Nueva Mayoría y quieren la subordinación de los trabajadores a este conglomerado empresarial. Pugnan por defender una política de lobby estéril y eso va de la mano con los métodos burocráticos. Y así pasó la reforma laboral.

Otras corrientes que critican por izquierda a los dirigentes oficiales pero que replican los métodos burocráticos como el CIUS tampoco son una alternativa real.

Nuestra organización que combate por poner en pie un verdadero Partido de Trabajadores Revolucionarios, que plantea una política anticapitalista de la clase obrera y pelea por un gobierno de trabajadores de ruptura con el capitalismo, también pelea en los lugares de trabajo y en los sindicatos por recuperarlos de las manos de la burocracia sindical y poner en pie métodos de democracia directa de los trabajadores y agrupaciones que militen por esta pelea como parte de la construcción de una gran fuerza política de la clase trabajadora.

El 1º de mayo queremos invitar a todas y todos quienes marchen con el Partido de Trabajadores Revolucionarios a debatir -entre otras importantes cuestiones-cómo dar la pelea contra las burocracias sindicales, para que los sindicatos sean verdaderas herramientas de los trabajadores de base por sus intereses: para pelear contra los salarios de hambre, contra las AFP y por la rebaja de la edad de jubilación y por la expropiación de los recursos naturales bajo gestión obrera.


Juan Valenzuela

Santiago de Chile

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