Aunque fue aprobado su registro como partido político, las y los maestros de base sabemos que las Redes Sociales Progresistas, encabezadas por el yerno de Elba Esther Gordillo, no representan las aspiraciones de las y los trabajadores, las mujeres, la juventud y los demás oprimidos y explotados.
Miércoles 4 de noviembre de 2020
En su portal oficial, el nuevo partido se asume como “defensor de un proyecto de capitalismo progresista, plural y feminista”. Es decir, no cuestiona el sistema de explotación basado en la propiedad privada de los medios de producción, en manos de los grandes empresarios.
Sistema que hoy está sumido en una profunda crisis en todo el mundo, que los empresarios y gobiernos que les sirven quieren que paguemos los trabajadores y el pueblo pobre, con despidos masivos, precarización laboral, mayores recortes al gasto social, etc.
Es decir, las RSP se tratan de un partido más al servicio de los empresarios y del antidemocrático régimen político que impera en nuestro país.
Más aún, al ser un partido que ha reiterado en numerosas ocasiones su “adhesión al proyecto alternativo de nación de la 4T”, mantendrá la subordinación de sus bases al gobierno actual; es decir, su ubicación será parecida a la que tuvo el Partido Nueva Alianza, que fue un partido para la administración burocrática de prebendas electorales y puestos de gobierno para los charros sindicales, siendo funcional al PRI después de la “transición pactada” del 2000.
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En este diario hemos dado cuenta de la formación de este partido que engrosará las filas de la burocracia política. El cual será afín a su contraparte en el mundo sindical, con la Agrupación Maestros x México que funge ya como el operador político de Gordillo dentro del magisterio (un gremio que en México es muy activo políticamente, además de numeroso), con el objetivo de hacer de este partido una suerte de “agencia de maniobras electorales” y tráfico de influencias, dentro y fuera del SNTE, como fue Nueva Alianza.
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¿Qué clase de partido son las RSP?
Durante los más de 40 años que lleva Elba Esther en la política, ha demostrado en las formaciones políticas relacionadas con ella, desde el PRI al que perteneció por más de 36 años, hasta este nuevo partido formado por su yerno, que los intereses que defiende junto a sus allegados son los de la casta política y los grandes empresarios. Recordemos que como legisladora ella fue una de las principales promotoras de las reformas neoliberales, incluyendo la educativa, y que como líder sindical entregó cada que pudo los derechos del magisterio.
Política que además fue financiada con los recursos que obtuvo de las cuotas sindicales del mismo magisterio, como evidenciaron los escándalos que se le abrieron por las operaciones de lavado de dinero con recursos sindicales que se realizaron cuando Elba Esther fue dirigente del SNTE.
Estas castas burocráticas, dentro de los sindicatos pero también insertas en el aparato estatal, han demostrado a lo largo de la historia que sus intereses son ajenos a los que como trabajadores, mujeres y jóvenes tenemos, quienes ahora enfrentamos la crisis de la pandemia, la desocupación y la precarización de la vida.
La burocracia que encabeza Elba Esther no sólo se encuentra buscando recuperar el control del SNTE. Ahora avanza dentro de las esferas políticas nuevamente, con la idea de que, para asegurarle estabilidad al gobierno y al conjunto del régimen político, debe jugar su rol de control y contención dentro y fuera del magisterio.
Su forma de actuar, que ahora es más visible ante los ojos del pueblo trabajador, es detestable y nos ha hecho ver con hastío a “los partidos”; sin embargo, no podemos perder de vista que esos son “sus partidos”, están al servicio del régimen, legislan a favor de las grandes empresas y ahora dicen que están a favor del cambio... para que nada cambie.
¿Qué herramienta política necesitamos?
Por eso las y los trabajadores, las mujeres y la juventud necesitamos y merecemos tener nuestra propia representación política, independiente de los empresarios, de los partidos patronales, del gobierno y de las instituciones del régimen. Para no estar condenados eternamente a abstenernos o a votar por el “mal menor”, que siempre termina frustrando las expectativas populares.
Una fuerza propia que pueda disputar en las calles y aprovechar cualquier resquicio de esta democracia para ricos para fomentar la lucha por un programa que responda realmente a las necesidades e intereses del pueblo trabajador y que se apueste a conseguir nuestras demandas con la movilización.
En la perspectiva de conquistar un gobierno de las y los trabajadores que preparare las condiciones para poner fin a la explotación capitalista.
En esa perspectiva es que desde el Movimiento de los Trabajadores Socialistas (MTS) estamos discutiendo con otras organizaciones que se reivindican de la izquierda socialista y revolucionaria impulsar una candidatura obrera independiente en el próximo proceso electoral. Propuesta que queremos discutir ampliamente con las organizaciones combativas, los luchadores sociales y miles de trabajadoras, trabajadores y jóvenes concientes.
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