OPINIÓN. Reflexiones de un domingo revolucionario

Hicimos una gran campaña, nosotros, los locos del PTS, que "siempre estamos hablando de los trabajadores", que "hacemos corte por todo", que nos subimos a la Panamericana y decimos "la Pana es nuestra", que tenemos el apoyo de miles de familias trabajadoras que saben que nuestros candidatos no viven como los candidatos burgueses, que tenemos el apoyo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, las que no claudican y no se casan con el poder del oficialismo.

Hicimos una gran campaña los locos del PTS que cuando nos despiden de nuestros lugares de trabajo no nos rendimos y peleamos por volver, contra viento y marea, a pesar de los escépticos y tira bombas que nos dan por derrotados.

El domingo, me encontraba descansando un ratito entre una recorrida y otra por las aulas de la escuela donde estaba fiscalizando, mirando la lluvia caer sobre el tinglado del patio, la lluvia que amenazaba no parar, el cielo encapotado. Hacía un rato habíamos recibido, el compañero del PO y yo, la noticia de la muerte de la compañera Micaela, militante del PO, en un accidente esa mañana, mientras viajaba en un auto, yendo a fiscalizar. Pensé en el sacrificio de cada uno ese día, por defender nuestros votos, el sacrificio de días anteriores, parándonos con el frío en las puertas de las fábricas, en las bocas de los subtes, en los parques, en las estaciones de tren. Pensé en mis propios compañeros de Felfort que aceptaron gustosos nuestros volantes y nos dijeron que nos iban a votar.

Mientras, miraba la lluvia, cuántos de ellos deben estar ahora inundados en sus barrios, pensé, cuántos llegarán a las escuelas donde les toca votar. Un día así, en el que el clima te castiga, también el abandono de los políticos burgueses, te saca la alegría de la jornada electoral, la debilita.

Pensaba en todo eso cuando me llegó por whatssap el mensaje de un compañero de Felfort, despedido y luchando por su reincorporación, preguntándome cómo iba todo y que él ya había ido a votar. La foto que ven acá es la que me mandó junto con el mensaje. Cómo no iba a sonreir, cómo no iba a ponerme contenta. Un trabajador que está luchando por su puesto de trabajo entendió que esta es la salida, que los políticos del régimen burgués no van a preocuparse por nuestros destinos. Y así como él, tantos otros. La alegría de la militancia y del domingo electoral, volvió.

Nosotros, los locos del PTS, tenemos el cansancio en el cuerpo hoy, pero la gran alegría de haber hecho todo lo que teníamos que hacer, de haber discutido todo lo que teníamos que discutir para imponer nuestra política, para que todos sepan que esta es, orgullosamente, la izquierda dura, la que intentan hacer callar en la tele, la que intentan correr con gases y balas de goma. Es la izquierda de las mujeres luchadoras, que nos plantamos ante las patronales mas rancias y les decimos: "vamos a volver", las mujeres que decimos "ni una menos" pero no sólo el 3 de Junio, sino todos los días en nuestra vida y nuestra militancia.

Estos locos del PTS vimos a nuestro candidato, Nico del Caño pelearse con el gobierno, poniendo a Capitanich contra las cuerdas en el recinto del Congreso y todo el mundo lo vio. Por eso nos apoyaron los jóvenes precarizados también, los que están hartos de las maniobras de los empresarios para dejarlos fuera del sistema.

Estos somos nosotros, que en lugar de abrazarnos con la burocracia más repodrida y mostrarnos como una izquierda que transa, le mostramos a todos que esta izquierda no se vende y si hay que abrazar, nos abrazamos entre nosotros, los de nuestra clase. Abrazamos cada uno, desde el lugar que nos toca, las ideas revolucionarias.

¡VAMOS CON NICO Y EL FRENTE DE IZQUIERDA EN OCTUBRE!