En esta conferencia mañanera de Andrés Manuel López Obrador uno de los temas que más destacó fue el de la Guardia Nacional.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Martes 25 de junio de 2024
Creada en mayo de 2019 mediante un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación en el que se dice que la Guardia Nacional “…es una institución de seguridad pública, de carácter civil, disciplinada y profesional, adscrita como órgano administrativo desconcentrado”, cuyo objeto “…es realizar la función de seguridad pública a cargo de la Federación y, en su caso, conforme a los convenios que para tal efecto se celebren, colaborar temporalmente en las tareas de seguridad pública que corresponden a las entidades federativas o municipios.”
Desde el inicio se pensó para asumir funciones policiales a nivel federal, pero operando bajo el mando del Ejército. De hecho, al inicio la Cámara de Diputados había establecido un límite de cinco años para el uso de los militares en tareas de seguridad pública.
A pesar de ser presentada como una corporación de carácter civil, para 2020 esta institución reportaba tener 76,773 elementos desplegados a lo largo y ancho del país y de ellos el 76% eran militares (50,553 de la policía militar o naval y 5,980 soldados).
Ese porcentaje de entrada ya planteaba un serio cuestionamiento al carácter supuestamente civil de la corporación. A eso se le sumó que su 1° comandante hasta 2023, Luis Rodríguez Bucio, era un militar retirado. Quien lo sustituyó, David Córdova Campos, es un militar en activo, General de División.
La mención de la Guardia Nacional en la mañanera se da en el marco del paquete de 20 reformas que AMLO presentó al Congreso de la Unión desde febrero pasado pero que no serán discutidas sino hasta septiembre. Una de ellas tiene que ver con esta institución policíaca y busca consolidar su incorporación a la Secretaría de la Defensa Nacional. Será la formalización del reconocimiento del carácter militarizado que desde su nacimiento tiene la Guardia Nacional.
Los intelectuales pro 4T aseguran que esto no es una militarización de la corporación. Llegan a afirmar que, de hecho, en este sexenio no ha habido continuidad de la militarización como en las administraciones peñanietista y calderonista. Ellos plantean que no se militariza al país, sino que se socializa a las fuerzas armadas.
Este punto de vista pregona que la socialización de los cuerpos castrenses consiste en la asignación de tareas civiles a los militares para “hacerlos parte de la sociedad”. Como cuerpo represor ya son parte de la sociedad, y su función es, principalmente, reprimir en aras de proteger la propiedad privada de los medios de producción y garantizar la preservación y el avance de los intereses de la burguesía en detrimento de la clase trabajadora, sectores populares y comunidades indígenas. Esto es algo que omiten mencionar de manera persistente y deliverada estos intelectuales.
La militarización implica un conjunto de prácticas, instituciones, organizaciones, decisiones, leyes y normativas que han expandido la presencia, actividades, funciones, atribuciones y gestiones del ejército, la fuerza área y la marina en la seguridad pública, en la operación, administración y usufructo de negocios, aduanas, fronteras, ferrocarriles, aeropuertos, puertos, así como la posibilidad de continuar expandiendo dichas facultades en el ámbito civil para garantizar los intereses capitalistas nacionales y transnacionales ─imperialistas-, dotando a la milicia, aún en mayor medida, de impunidad para actuar violando derechos humanos.
Si tomamos eso en cuenta, lo que está ocurriendo en este sexenio no solo es la continuación de la militarización en el país ─impulsada por las administraciones panista y priista- sino su intensificación. No hay “socialización del ejército” como dicen los intelectuales e ideólogos del Morena, hay militarización a secas. La reforma que incorpora a la Guardia Nacional a la Sedena solo viene a terminar de formalizar el carácter castrense que, como hemos visto, dicha institución tiene desde su nacimiento.