Este 1 de mayo el SNTE detalló a todos los agremiados que se había terminado la negociación colectiva del aumento al salario.
Jueves 3 de mayo de 2018
De acuerdo con el comunicado, emitido por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) negoció un aumento de "3.4 por ciento directo al salario, uno por ciento más por el rubro fortalecimiento, y 1.7 por ciento a prestaciones." Sin embargo cabe preguntarse, ¿este aumento se encuentra a la altura de las necesidades de los maestros? ¿Por qué llega en este momento?
A la baja el salario
El sindicato negoció dicho aumento desde enero de 2018. "Debió ser una discusión acalorada" irónicamente detalló un profesor en un grupo de WhatsApp.
La reforma educativa, además de implicar un paso previo para la privatización de la educación, también es una reforma laboral que destruye la estabilidad en el empleo y se pretende despedir a miles de docentes.
Peor aún será que este año, los maestros no verán un aumento real en su salario, ya que la inflación estará por encima del acuerdo obtenido. 4.69% anual hasta la primera quincena de abril, lo que anula por completo dicho aumento, haciendo que sea una burla para quienes esperaban algo mejor dados los tiempos electorales.
Los ganones de siempre
Para ilustrar la situación, hay que contrastar con algunos datos del pasado. En 2017 tan sólo el anterior secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer -hoy dirigente del alicaído equipo de campaña de José Antonio Meade- ganaba 205 mil pesos al mes, es decir 25.62 veces al sueldo promedio de un profesor de educación básica, de sólo 8 mil pesos mensuales.
Al día de hoy la historia no es muy diferente. Porque mientras que los altos funcionarios mantienen sus onerosos sueldos, los profesores ven mermadas sus condiciones de vida.
Según el Diario Oficial de la Federación, para este periodo se estableció que el sueldo máximo en concepto de percepción ordinaria de los secretarios de Estado es 201,288 por mes. Por lo que el titular de la SEP, Otto Granados Roldán, gana esa cantidad frente al grueso de los maestros, que tuvieron un mínimo aumento de ingreso.
Por otro lado, el dirigente del SNTE, percibe un sueldo de 56,845 pesos mensuales según cifras de 2014. Muy por encima del promedio de los educadores y por cierto, quebrantando la normatividad de la Reforma Educativa que tanto defiende, ya que con base a lo que establece la Ley General del Servicio Profesional Docente, producto de la RE de 2013, “ningún docente comisionado a funciones sindicales debe cobrar su sueldo”.
Este dirigente cobra sin problemas esas cantidades incluso hoy, sin estar sometido a la reglamentación que él aplica a sangre y fuego a las bases magisteriales, y ahora, con un ridículo aumento, pretende lavarle la cara a la burocracia sindical de cara a las elecciones.
En un país donde las escuelas se caen a pedazos, producto del abandono y los severos daños del terremoto del 19S de 2017, los altos funcionarios ligados al Estado cobran sueldos millonarios y tratan de engañar a los maestros, determinando aumentos salariales que para nada están a la altura de cubrir las necesidades de sus familias.