Mientras siguen las vacaciones, el Gobierno y los partidos del régimen buscan reforzar sus posiciones: señales de represión, de impunidad ante la corrupción, negociaciones electorales. Del otro lado, estudiantes y trabajadores se preparan para un año que será de definiciones y fuertes tensiones.
Lunes 15 de febrero de 2016
Los refuerzos
El Gobierno, a través de su ministro del Interior DC Jorge Burgos reforzó las señales represivas. Viajó al Sur, a realizar un comité policial declarando que no le temblaría la mano para invocar la Ley Anti-terrorista. Peor aún, buscó generar un ambiente criminalizador mezclando los delitos comunes con las demandas históricas del pueblo mapuche en su lucha, para meter todo en el mismo saco apuntando a esta última. Anunció que instalarán fiscales exclusivos para la persecución de “los hechos” en el Sur. Pero, nada dijo de la denuncia de un alcalde mapuche evidenciando amenazas de muerte recibidas por parte de un grupo llamado “Dios, Patria y Familia”. Al contrario, se hizo eco de los empresarios que exigen se deje de hablar de delito y se hable de terrorismo. En el mismo sentido avanzan con su represiva ley corta de seguridad, que es peor incluso que la ley Hinzpeter en el Gobierno de Piñera, que el rechazo generalizado y las movilizaciones estudiantiles lograron frenar.
En las investigaciones de los casos de corrupción, al juicio abreviado del UDI Jovino Novoa, eximiéndolo de una verdadera condena, se agregan nuevos hechos. El Subsecretario de minería, por favorecer a la minera de Luksic, solo recibió una sanción administrativa; en la misma tónica, los empresarios se auto-exculpan con la Cámara Nacional de Comercio dejando sin sanción la colusión de supermercados en el caso de la colusión de la carne de pollo fresca. El fiscal de SQM adelanta que no habrá penas de cárcel en este caso.
El UDI Pablo Longueira en el ojo de la tormenta por el caso SQM, es defendido por su propio partido, por la DC, por el PS. Aunque con tensiones. Pero, electorales. RN critica que no hayan medidas sobre Longueira, temiendo los afecte electoralmente. También las tensiones electorales asoman en la Nueva Mayoría, con el PPD lanzando una crítica al PC, para después anunciar que saldrá a disputarle su alcaldía de Pedro Aguirre Cerda.
Se avanza en un acuerdo, secreto, pro-empresarial, en la reforma laboral para su aprobación en marzo, que incluiría mantener las restricciones al derecho a huelga y al funcionamiento de los sindicatos.
Todos golpes contra el pueblo trabajador
A la vez, el Gobierno suma sus primeros pasos en gratuidad, que es lo único que le estaría dando un apoyo mayor, pero que será fuente de tensiones nuevamente, y por eso, es que buscan reforzar sus posiciones, asegurarse impunidad –mientras votan leyes para la galería en su Parlamento- amenazan con mayor represión. Todo en defensa de sus intereses y sus privilegios.
Los preparativos
Los primeros pasos en gratuidad tuvieron un efecto doble. De un lado, aumentó la aprobación del Gobierno en las encuestas, reavivó expectativas. De otro lado, generó frustraciones, con el más de un millón de estudiantes que quedan fuera, los potenciales “beneficiarios” que no accedieron, y alimentó las críticas de las dirigencias estudiantiles por tratarse de una beca generalizada y no un derecho. El mismo término “beneficiados” lo atestigua. El movimiento estudiantil anuncia un “año de movilizaciones”.
También los trabajadores se preparan. El año pasado fue de los despidos masivos por sectores. En el retail (casi 20.000), en la minería (más de 20.000), estos primeros meses en la industria del salmón (más de 2000), y siguen en la minería. El año pasado las organizaciones sindicales mineras no respondieron a los despidos, a pesar de haberse dado la combativa movilización por el Acuerdo Marco de los trabajadores subcontratistas de Codelco. Pero, la ofensiva empresarial continúa, y obliga a una respuesta. Desmovilizada el año pasado, al igual que con la discusión de la reforma laboral por la estrategia de “lobby parlamentario” de la dirigencia de la CUT, las bases permanecen así. Pero, comienzan a darse movimiento en los sindicatos: en el norte, se formó un frente de trabajadores de la minería privada para enfrentar estos ataques empresariales, y que pretendería extenderse a otros sectores; de movilizar a la base y no mantenerse por arriba, puede ser un factor de aglutinación. De no hacerlo, los trabajadores de base con sus dirigentes de base continuarán sus procesos de movilización y organización, aunque enlenteciendo la respuesta que los ataques exigen.
La más amplia unidad entre trabajadores y estudiantes está planteada, para una gratuidad y reforma educacional en los términos del movimiento estudiantil, para parar los ataques empresariales y fortalecer las organizaciones sindicales efectivamente, para impedir que impongan la impunidad de la casta de funcionarios y parlamentarios en compra-venta a los empresarios.