La Corte Suprema confirmó el sobreseimiento decidido por el juez Julián Ercolini. Magnetto fue señalado por una testigo como responsable de lograr la compra de Papel Prensa a partir de crímenes de lesa humanidad, pero el testimonio fue desestimado.
Martes 26 de diciembre de 2017
“Firme o le costará la vida de su hija y la suya”. Estas palabras fueron pronunciadas por Héctor Magnetto en noviembre de 1976, momento en el cual los diarios Clarín, La Nación y La Razón se hacían con el control de Papel Prensa.
Las palabras del CEO de Clarín estaban dirigidas a Lidia Papaleo, sobreviviente del circuito Camps y viuda de David Graiver, que había sido dueño de Papel Prensa hasta el su muerte en un accidente aéreo, unos meses antes de que la Junta militar intimara a Papaleo y a la familia Gravier para vender Papel Prensa.
En la reunión en donde se firmó la venta, Papaleo afirma haberse quedado a solas con Magnetto y, entonces, él pronunció esas palabras. Sin embargo, el testimonio fue desestimado en la causa que llevaba adelante el Juez Ercolini y que investigaba la apropiación ilegal de Papel Prensa durante la última dictadura.
El Juez Ercolini, finalmente, sobreseyó a Magnetto, a Ernestina Herrera de Noble (fallecida en junio de este año) y también al dueño de La Nación, Bartolomé Mitre. Los tres estaban acusados por el “desapoderamiento extorsivo” de la empresa Papel Prensa a la familia Graiver bajo el gobierno de facto de Rafael Videla. Ahora, la Corte Suprema de Justicia confirmó la decisión de Ercolini, declarando "inadmisible" el recurso extaordinario presentado por Papaleo.
La Corte, en línea con la decisión de no apelar tomada por la Secretaría de Derechos Humanos al mando de Claudio Avruj, rechazó tratar el tema en profundidad y, con este fallo, garantiza la impunidad en uno de los casos más claros y contundentes de complicidad civil y empresarial con la dictadura genocida.