La ANUIES anuncio el regreso a clases presenciales para el mes de agosto. A los estudiantes, docentes y trabajadores nos toca decidir si ese regreso a clases va a ser una imposición de la normalidad.
Lunes 27 de abril de 2020
La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), acordó que el regreso a clases presenciales a los planteles será hasta el mes de agosto. Este acuerdo se da en el marco de la ampliación de la cuarentena hasta el 30 de mayo.
La ANUIES, que está conformada por 196 instituciones de educación superior, -públicas y privadas- entre las que se encuentran la UNAM, el IPN y la UAM, tomo esta decisión para proteger a la comunidad estudiantil.
De esta reunión participaron el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, y el subsecretario de Educación Superior, Luciano Concheiro Bórquez. Ambos, los cuales aprobaron las medidas del regreso a clases presenciales.’
Por su parte, el acuerdo también agrega la evaluación de los alumnos desde casa, bajo el pretexto de que queda poco tiempo para evaluar el ciclo escolar.
¿Pero qué podemos esperar de este acuerdo?
La pandemia del Covid-19, que se ha extendido por todo el mundo, ha marcado un antes y un después, dejando consecuencias económicas, políticas y sociales bastante profundas. Consecuencias que van desde los casi 1 millones de contagios y decesos a nivel mundial, hasta el aumento del desempleo con millones de personas sin trabajo.
Lo cierto, es que las medidas, como las clases en línea que impulsan las universidades a nivel nacional, en el marco de la pandemia de Covid-19, no solo son antipedagógicas, sino que van orientadas a instalar la normalidad para los sectores de la juventud que tenemos acceso a la educación media superior y superior.
¿Por qué? Porque para el gobierno y las autoridades universitarias es importante disciplinar a la juventud que desde antes del inicio de sexenio actual y desde hace años ha sido la piedra en el zapato y que hoy puede jugar un rol decisivo para frente a la demagogia con el coronavirus.
Para que no existan dudas sobre esto, basta recordar que es la misma ANUIES la encargada de promover la persecución hacia los estudiantes y de quienes se organizan políticamente, con la implementación de rejas, credencialización, la instalación de torniquetes y cámaras, entre muchas otras cosas.
Por eso, es importante empezar a cuestionar que tipo de regreso a clases queremos, pues lo que se implanta tras cada crisis social dentro y fuera de las universidades como pasa ahora, es más carga académica para los estudiantes, lo cual ya es ilógico para los jóvenes que tienen que salir a trabajar en plena crisis sanitaria y económica, en busca de aportar en los gastos del hogar con alimento, servicios y alquiler.
Y es que la cuarentena como medida para preservar a la población del contagio pierde seriedad cuando la producción esencial o no esencial sigue estando a cargo de muchos trabajadores de los cuales gran parte de ellos son jóvenes
Para los estudiantes de la universidad esta situación no puede ser ajena pues habla de un futuro con condiciones de vida precarias, a las cuales desde hace tiempo como jóvenes nos venimos enfrentando. Por eso tenemos que negarnos a que en plena crisis sanitaria y social lo único que ofrezca el conocimiento de las universidades sean las clases en línea.
Hay que discutir entre estudiantes, docentes y trabajadores, con las medidas adecuadas, como organizar la apertura de nuestras instituciones universitarias para ponerlas al servicio de contener la pandemia del Covid-19. Esta organización también tiene que avanzar en cuestionar el regreso a clases y la imposición de la normalidad.
Por eso, es importante exigir un alto a la carga académica y horarios accesibles para que, en plena crisis económica, la juventud pueda estudiar y trabajar al mismo tiempo. A demás se vuelve preciso el aumento del presupuesto a la educación para que haya mejores salarios para docentes y trabajadores, así como becas para todos los estudiantes.
Esto solo se puede conseguir dejando de financiar a la guardia nacional y sobre la base de cobrar impuestos extraordinarios a las grandes fortunas, como los Slim o lo salinas.
Para todo esto es importante avanzar en la organización independiente de estudiantes, docentes y trabajadores, que cuestiones la antidemocracia dentro de las universidades y la demagogia gubernamental para enfrentar el Covid-19.