El Frente de Todos celebró con euforia un comunicado del FMI. Antes de eso, el Gobierno preparó el acercamiento tomando medidas que son música para los oídos del organismo internacional. El reconocimiento de una deuda ilegal que condena a la persistencia de la pobreza, el atraso y la dependencia.
Fernando Scolnik @FernandoScolnik
Jueves 20 de febrero de 2020 21:58
“Patria o buitres”. Hace no tanto tiempo, ésa era la consigna con la que el kirchnerismo buscaba darle mística a sus actos políticos, más allá de que sus palabras no se condecían con sus hechos.
Pero muy lejos parece haber quedado esa época. En estos días, la imagen no puede ser más distinta.
Paradojas de la vida, esta semana el Frente de Todos festejó un comunicado del Fondo Monetario Internacional (FMI) como si fuera un gol de media cancha.
“El FMI nos dio la razón”, planteó exultante el propio presidente Alberto Fernández este jueves, desde un acto realizado en Escobar.
Según la interpretación oficial y el nuevo relato gubernamental, al reconocer el Fondo que la deuda argentina “no es sostenible” y exigirle una quita a los acreedores privados, el plan económico habría recibido un fuerte aval para encarar el crecimiento y terminar con las políticas de ajuste.
De este modo, estaría sucediendo un milagro. El mismo FMI que fue responsable de catástrofes como la crisis de 2001 y endeudamientos fenomenales como el que se dio bajo el macrismo, ahora sería amigo de nuestro país y nos haría la segunda para ir a negociar duro con los acreedores privados.
¿Pero es realmente así? Veamos.
El Gobierno sabe bien cómo cultivar ciertas amistades
Las recetas del FMI para renegociar deudas impagables son más o menos conocidas. Ajuste fiscal, reformas jubilatorias y laborales, por ejemplo, son ingredientes fundamentales del repetido menú del organismo.
Para satisfacción del FMI, la sintonía con el Gobierno argentino es muy buena, al punto que el propio Frente de Todos se fue anticipando a hacer varios deberes antes de que se los exijan oficialmente.
El primer gesto de enorme importancia en este sentido fue abandonar el viejo discurso que tenían importantes referentes del Frente de Todos respecto de que la deuda con el FMI era ilegal, para pasar a aprobar una “Ley de emergencia” en diciembre que estableció como prioridad el pago de la deuda pública.
Sin embargo, eso fue solo el comienzo, después de lo cual continuaron los anuncios de medidas que son bien vistas por el FMI:
Para el FMI de lo que se trata es de estar primero en la fila para cobrar
El FMI sabe que la deuda es impagable. Por eso, al aprobar este camino elegido por el Gobierno de Alberto Fernández y exigir que los acreedores privados acepten una quita, el Fondo no hace más que plantear que el plan económico de ajuste sea todo organizado para que se les pague a ellos mismos y que los acreedores privados esperen, ya que no hay para todos.
Los que en cualquier caso salen perdiendo son las grandes mayorías argentinas, ya que continúa el mecanismo de saqueo del país por medio de la deuda, en detrimento del trabajo, la salud, la vivienda o la educación.
También si a pesar del optimismo oficialista la negociación del Gobierno finalmente termina fracasando y se va a un default caótico y desordenado, estaremos hablando de políticas que hipotecan el futuro de las grandes mayorías populares.
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Como plantea la izquierda, la única salida realista para salir del atraso, la dependencia y la pobreza es una política de desconocimiento soberano, dejando de pagar una deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta, pero de forma muy distinta a lo que sería un default hecho por un Gobierno capitalista, ya que debe ser como parte de un plan de conjunto que incluya otras medidas elementales como la nacionalización de la banca y el monopolio estatal del comercio, entre otras indispensables para poner estas palancas y todos los recursos estratégicos en función de reorganizar el país para las necesidades de las mayorías y no para la ganancia capitalista.
Fernando Scolnik
Nacido en Buenos Aires allá por agosto de 1981. Sociólogo - UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001.