Publicamos la carta que nos llegó de una joven desocupada del municipio de La Matanza. Un relato en primera persona sobre la naturalización de la miseria por parte del Estado.
Jueves 23 de abril de 2020
Desde La Izquierda Diario reproducimos a continuación sus palabras:
"El municipio de La Matanza, con la Secretaría de Desarrollo Social como mediadora, me informó anoche que tenía a mi disposición y de mi familia, un bolsón de alimentos que debía retirar hoy por la mañana.
Esta es hoy nuestra historia. Somos cuatro personas: un laburante monotributista, que debió volver a trabajar ya que las opciones eran perder el laburo o arriesgarse y salir a ganarse el mango. Una estudiante secundaria, una beba de año y medio y yo, estudiante terciaria que tenía un trabajo precario hasta diciembre del año pasado y que fue una de las que se anotó para poder cobrar los $10.000 del IFE. Ni respuesta tuve, ya que quedé como "asociada" a un trabajo que no tengo y por esto no puedo recibir ningún tipo de ayuda como la AUH o tarjeta alimentaria. Por supuesto, no tengo en dónde reclamar.
Nuestra situación es calcada a la de muches: este mes no hemos podido pagar ni un solo servicio, ni la cuota de nuestra casa y tuvimos que decidir que nuestra beba por este año no volverá al jardín maternal en el que empezó poco antes de que se dictara la cuarentena obligatoria. No podemos sostener la cuota si nuestros ingresos son menores, si nos reducen el sueldo (lo que viene pasando en las últimas dos quincenas) y, aún peor, si no sabremos qué pasará después de esta etapa.
Fui a buscar el bolsón. Hubo una mezcla de emociones en el corto tiempo que estuve. Me atravesó una gran angustia en primer lugar ver la cantidad de personas que estábamos en la misma, muches incluso, peor que nosotres. Un odio profundo me dominó una vez que pude ver de qué iba ese bolsón. ¡¡¡Miseria!!! Ninguna familia puede vivir 20 días (me citaron para dentro de ese tiempo) con un paquete de fideos, una polenta, un paquete de arroz chico, una salsa, un azúcar, una harina, una lata de arvejas, una de choclo, una de merluza y un flan. Evidentemente, quiénes planearon este bolsón no manejan personalmente la economía de su familia y mucho menos cargan con la responsabilidad de las compras, debe haber alguien que hace las cuentas mejor.
La pregunta sería si en el municipio hay dinero para que no sea una limosna lo que nos den. Y la respuesta es que sí. Hace solo unos días Alberto Fernández vino a La Matanza anunciando que triplicaron la cantidad de gendarmes en los barrios.
¿Cuánto sale eso? A les que vivimos en los barrios, lejos de darnos seguridad nos provoca odio ver a las Fuerzas, esas mismas que se llevan la vida de nuestres pibes. No se puede seguir aumentando presupuesto en fortalecer a las Fuerzas en las calles cuando hay gente que pasa hambre. No se puede seguir pagando la deuda externa fraudulenta, ilegal, si hay niñes que no tienen para comer. Algunes dirán que es preferible que nos entreguen esa bolsa a la nada misma. Pero no. Yo no me resigno a la miseria de lo posible, no quiero, no puedo y no debo.
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Además, ¿quiénes son les que tenemos que conformarnos con poco, con nada? Porque los dueños de las empresas que la levantaron en pala toda la vida lo siguen haciendo hoy. Incluso aún en la pandemia obtienen salvatajes por parte del gobierno. ¡¡¡Nos quieren hacer creer que están perdiendo!!! Para ellos todo, para nosotres sólo las migajas y palos.
Hay que darlo vuelta todo. Por nosotres, nuestres hijes y les que vendrán"