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Red Internacional
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Acusación Constitucional. Renuncia Pérez al ministerio del Interior tras acusación constitucional: otro golpe para la derecha y Piñera

Lo que hubo detrás fue una negociación entre la “oposición”, donde la DC dio los votos favorables a la acusación, a la espera de que la oposición baje de la mesa de Diputados a la derecha y la DC vuelva a encabezar la testera de la Cámara de Diputados. O sea, un negocio redondo para la vieja DC y que desde ahí pueda posar contra el gobierno.

Martes 3 de noviembre de 2020

Imagen: Agencia Uno

El día de hoy se votó la acusación constitucional contra el ministro del interior Víctor Pérez, tras la acusación por parte de la “oposición” frente a su intervención en el paro de los camioneros (un paro reaccionario que exigía “mano dura” contra el pueblo mapuche, más represión y criminalización, amparado por el gobierno) y frente a su criminal responsabilidad frente al intento de homicidio frustrado por un policía que tiró al río Mapocho a un joven de 16 años en una protesta en Santiago.

Tras una jornada de más de 5 horas en Diputados, la Cámara aprobó la acusación constitucional por 80 votos a favor, 74 en contra y una abstención. Esta pasaría a revisarla el Senado las próximas semanas para dar su voto como “juez”. Por mientras, Pérez se mantenía “suspendido” de su cargo, cosa que primera vez pasada en democracia en el caso de un ministro del Interior. Recordemos que Pérez es un duro de la UDI, ligado al pinochetismo históricamente y del ala represora de la derecha.

Sin embargo, finalizada la sesión, Víctor Pérez renunció a su cargo, y señaló que se presentaría al Senado solamente como “ciudadano”. Representa un golpe para el Gobierno y en particular para la UDI que hacía gala en el ministerio del Interior, pero también para toda la derecha cuyo gobierno sigue desgastándose y queda mucho más debilitado que antes para enfrentar la agenda represiva del gobierno que busca criminalizar la protesta social y reprimir a quienes se manifiestan.

Por parte de la oposición, desde la Concertación al FA y el PC, fue una jugada buscando legitimarse frente a la enorme crisis que arrastra el gobierno con la represión y la violencia policial, ampliamente cuestionada, más aún tras el triunfo aplastante del Apruebo que significó una derrota dura para el gobierno y la derecha, y que le dio aires a la “oposición” para posar como falsos amigos del pueblo y mostrarse cercano a las causas populares.

Sin embargo lo que hubo detrás fue una negociación entre la “oposición”, donde la DC dio los votos favorables a la acusación, a la espera de que la oposición baje de la mesa de Diputados a la derecha y la DC vuelva a encabezar la testera de la Cámara de Diputados. O sea, un negocio redondo para la vieja DC y que desde ahí pueda posar contra el gobierno. ¿O acaso no era la DC la clave de la definición, así como en todas las anteriores acusaciones en que dio su voto al gobierno para salvar a sus ministros? ¿No es acaso la misma DC que ha salvado una y otra vez al gobierno de cualquier acusación? ¿No es acaso la misma DC que le ha dado los votos a los proyectos centrales del gobierno contra el pueblo trabajador, incluido los votos a sus leyes represivas como la ley anti-capucha?

Por eso no podemos esperar nada de la vieja Concertación y de la “unidad de la oposición” que alientan el PC y el FA junto a los falsos amigos del pueblo.

No podemos esperar nada de ellos. El único camino para derrotar a Piñera, para terminar con su gobierno, para poner fin a la represión y la impunidad, para avanzar por el juicio y castigo a todos los responsables políticos y materiales de la represión partiendo del propio Presidente, es la movilización y la organización de la clase trabajadora y el pueblo, la juventud y las mujeres, en la perspectiva de la huelga general para echar a Piñera y conseguir todas nuestras demandas.

Las organizaciones de masas como la CUT o Unidad Social deberían terminar de alimentar las confianzas en la “oposición”, abandonar la tregua con el gobierno y convocar a un plan de lucha y movilización en la perspectiva de la huelga general.