Fin de año movido. Renuncias y acusaciones cruzadas en un Gobierno en crisis por aplicar el ajuste del FMI

El fin de año llegó con renuncias y acusaciones cruzadas para el Gobierno del Frente de Todos. Faltando pocas horas para que arranque 2023, varios funcionarios y funcionarias dejaron sus cargos.

El caso más resonante es, sin lugar a dudas, el de Victoria Donda, titular del Inadi hasta este jueves. La ahora exfuncionaria anunció su salida mediante un comunicado que difundió en las redes sociales. En el texto se desgajan una serie de críticas hacia la política oficial y hacia las decisiones que hacen a la vida interna del Frente de Todos.

Entre otras cosas, se señala “venimos insistiendo en la necesidad de establecer instancias para llegar a una síntesis necesaria en medio de una gestión nacional que cada vez nos fue dejando con más sabor amargo”. Se agrega, además, que “nuestra gestión nacional poco a poco, pero crecientemente, nos fue desilusionando al alejarse de la que creí era su esencia más íntima -mejorar las condiciones materiales y simbólicas de los millones que nos votaron llenos de esperanzas en 2019-, precipitaron mi decisión indeclinable”.

Hay que señalar que la “decepción” llega un poco tarde. En estos tres años de gestión el Frente de Todos avanzó progresivamente en el ajuste, en función de garantizar los pagos de la deuda pública y el acuerdo con el FMI.

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Las declaraciones de la exfuncionaria recibieron respuesta desde el mismo Poder Ejecutivo. Fue Juan Manuel Olmos, Secretario de Gabinete y estrecho colaborador de Alberto Fernández, el que respondió que Donda no se iba sino el presidente la había echado.

Esa decisión -según afirma Olmos- le había sido transmitida en una conversación previa donde se habría informado de “pérdida de confianza del titular del Poder Ejecutivo en la capacidad de la Dra. Victoria Donda de seguir al frente de la gestión de dicho organismo”.

Oficina Anticorrupción

La otra salida que marcó la agenda fue la de Félix Crous, titular de la Oficina Anticorrupción (OA). En este caso, la renuncia siguió carriles mucho más tranquilos, con la información siendo publicada en el Boletín Oficial. El ahora exfuncionario recibió un agradecimiento del Jefe Gabinete, el derechista Juan Manzur, que había llegado al Gobierno nacional luego de la derrota electoral de 2021 para aportar “volumen político”, algo que no ocurrió.

En el caso de Crous, una versión indica que el funcionario deberá volver a sus labores como fiscal en el Ministerio Público Fiscal, dado que no se le renovó la licencia que le permitía ejercer en la OA. Sin embargo, desde la cúpula de esa institución le indicaron a La Nación que esa información no era correcta. Más allá de estas versiones cruzadas, Crous tiene algunos problemas de salud que le habían impedido ejercer el cargo plenamente.

Durante su gestión, la OA fue la encargada de impulsar una investigación sobre la deuda contraída con Macri con el FMI. Esto tenía por finalidad demostrar el carácter completamente fraudulento de la deuda que se impuso al país. Aunque eso quedó en evidencia en múltiples denuncias y análisis, el Gobierno del Frente de Todos terminó garantizando los pagos de esta, con un nuevo acuerdo votado en marzo pasado por el oficialismo y Juntos por el Cambio. Un acuerdo que subordina al país en todos los terrenos.

Casa de la Moneda

Quien también se quedó afuera del Gobierno fue Rodolfo Gabrielli, ahora extitular de la Casa de la Moneda. El funcionario salió del Gobierno a pedido de Sergio Massa. En este caso parece clara que la decisión vino desde arriba, en función de resultados que no se consideraron satisfactorios. Según fuentes cercanas al mismo Ministerio de Economía, Gabrielli no habría cumplido con una serie de decisiones que el titular de Economía la había planteado al arribar al cargo.

Un Gobierno en crisis

Más allá de las particularidades de cada renuncia, la gestión del Frente de Todos atraviesa una fuerte crisis que está ligada a las políticas que implementó en estos tres años. Políticas destinadas, esencialmente, a garantizar un ajuste que permita afrontar el endeudamiento con los especuladores privados y con el FMI.

La crisis social y económica que golpea la vida de millones de familias trabajadoras es resultado, en gran parte, de esa orientación económica. Esta situación es lo que está en la base de una creciente desilusión con el conjunto del Frente de Todos. Una desilusión que ya se vio en el terreno electoral, en 2021, con la pérdida de más de 4 millones de sufragios en relación a las elecciones de 2019.

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Esas políticas de ajuste se han incrementado en los últimos meses. La llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía fue la vía para avanzar en un recorte de gastos cada vez más potente. Eso es lo que ha recibido reiteradas felicitaciones del FMI y de otros organismos internacionales.

Esas políticas de ajuste tienen el aval de todas las alas del Frente de Todos. Cristina Kirchner y el kirchnerismo avalan abiertamente la agenda que lleva adelante Massa. Precisamente por eso no pueden ofrecer ninguna promesa de futuro a las grandes mayorías. La falta de épica del último discurso de la vicepresidenta, pronunciado esta semana en Avellaneda, tiene mucho que ver con esta situación de fondo.

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