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Red Internacional
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Magisterio. Represión contra maestra organizada: “estoy dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias”

Entrevistamos a una maestra de educación pública quien, tras 30 años de dedicar su vida a la docencia, fue notificada de que sería cesada si no justifica su supuesta falta a las labores escolares por 7 días seguidos, tiempo en que los padres organizados del pueblo de San Bernabé tomaron la escuela como protesta en contra de la reforma educativa.

Lunes 26 de septiembre de 2016

Entrevistamos a una maestra de educación pública quien, tras 30 años de dedicar su vida a la docencia, fue notificada de que sería cesada si no justifica su supuesta falta a las labores escolares por 7 días seguidos, tiempo en que los padres organizados del pueblo de San Bernabé tomaron la escuela como protesta en contra de la reforma educativa.

Estamos con una maestra quien nos va a contar un caso más de represión en las escuelas de la Ciudad de México.
NC: ¿Podría contarnos qué fue lo que sucedió?

Maestra: A partir de que los padres de familia deciden cerrar las escuelas en las dos primeras semanas de julio en contra de la mal llamada Reforma Educativa, que implica el hecho de que el gobierno se quiere desligar de las escuelas y ponerlas en venta a los empresarios. Engañan a los padres, les dicen que la educación es gratis, que va a haber libros.

Así comienzan a contrapuntearnos, de padres a padres, de maestros a maestros, pero solamente algunas autoridades directivas o supervisores no apoyan esta mala reforma. Al contrario, están con ella y están comentando que no hay ningún problema y entonces deciden iniciar el proceso de reportes, pero sin informar a los maestros.

Los reportes se hacen por debajo del agua, no hay información para el maestro. La llamada de atención para entrar a la escuela, no podemos cumplirla porque están cerradas y nos llevan a lugares particulares, restaurantes, campos de fútbol, explanadas, a que nos reunamos ahí. Eso es un peligro para el maestro puesto que está a la intemperie y puede ser agredido por alguna persona o por las mismas personas que apoyan esta mala reforma.

Entonces, los maestros decidimos quedarnos fuera de las escuelas y el director, como el caso de la maestra Irma Sánchez y María Eugenia Bedolla, no me llaman a que entre, sino que estoy afuera. Algunos maestros entran y otros no, no hay trabajo. Otros días los mandan a su casa, [diciéndoles] que no deben estar ahí.

Sin embargo, los padres son agredidos por la gente que pasa (gente pagada) y decido apoyarlos a informar para que no sean agredidos. Me quedo las dos semanas afuera con ellos, llegando antes de mi hora, inclusive antes de las ocho. Después del regreso del día 22, me llega una notificación en [donde dicen] que debo presentar mis pruebas por haber faltado siete días a laborar por lo cual se me va a aplicar ya el cese. Sin ninguna notificación anterior, ninguna información por parte de la directora Irma Sánchez, ninguna llamada de atención, ningún reporte que ella me haya hecho personal.
Llega la notificación directa y al ir a indagar cuál era [el motivo de esa] notificación me dicen que se me reportó y que están ahí los reportes presentes, los cuales dicen que yo llegaba después de las 08:30 horas y, conforme marca el reglamento, ya es falta. Eso es totalmente falso. Yo estaba todos los días antes de mi hora todos los días y me iba después de las 12:30, testigos de lo cual son los padres de familia, los mismos maestros de la escuela que me veían, la comunidad entera de Contreras que pasaba diariamente a dar el apoyo a las mamás que estaban ahí.

Así fue como se dio esa situación. Hice mi trabajo de llenar boletas, entregar documentos como la directora me lo pidió el día 14. El día 15 se hizo la clausura, entregué mis calificaciones, padre por padre me fue firmando de recibido. Ellos son mis testigos de que estuve trabajando en lo que se me sugirió. No pude entrar a la escuela porque estaba cerrada por los padres además de que había trabajadores construyendo baños y demás.

Al llegarme la notificación, he decidido contestarla. Los padres de familia son mis testigos, los maestros. El hecho de informar a los padres y al público no es ningún delito. Es libertad de expresión, informarles de la realidad que está sucediendo, para que al final no nos digan que nosotros que sabíamos nunca les informamos.

Creo que es un derecho y una obligación del maestro informarles a los padres de familia sobre las situaciones. Hasta el día de hoy no ha habido ningún apoyo económico por parte del gobierno, de la SEP a las escuelas.
Las escuelas se mantienen con los recursos de los padres, de la cooperativa. Las escuelas están todas rayadas, sucias, no hay material por falta de ese presupuesto que supuestamente es “grande” para la educación, pero no para las escuelas. Entonces, los padres de familia están conscientes de que tienen que apoyar en mantener a la escuela, pero no están obligados a hacerlo. Por esa razón es que los padres deciden apoyar a sus escuelas y continuar la lucha hasta el día de hoy, expresándose en las calles, poniendo mantas.

Espero que la siguiente semana me den respuesta sobre mi proceso, de acuerdo a las evidencias que llevé, a mis testigos y que la directora Irma Sánchez y María Bedolla se retracten y [que vean] que el apoyo a los padres era también para ellas. Nunca hubo agresión de los padres hacia ellas, sin embargo, de ellas hacia los padres sí, verbalmente las hubo.

NC: ¿Hay alguna otra acción que estén pensando implementar en torno a su caso?

Maestra: Lo siguiente es dar a conocer a todos los compañeros, a la ciudadanía de conjunto el cómo se realizan estas malas acciones y lo que yo he expresado tanto a la sección IX, a mis compañeros, a los padres de familia: no voy a permitir que después de 30 años se me cese. Faltan tres meses para jubilarme y tal vez no lo pueda hacer.

He decidido llegar hasta la huelga de hambre si es posible, para demostrarle al gobierno que yo estoy en lo justo y que la represión a eso me va a llevar. Estoy dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias.