Jaime Tohá (PPD), director nacional de JUNAEB; Adriana Delpiano (PS), ministra de educación; y Guido Girardi (PPD), senador, anunciaron restricción de la beca de alimentación JUNAEB, como forma de “avanzar hacia una alimentación más saludable”, tras que se revelara que más de 21 mil millones de pesos fueron pagados por parte del Estado a empresas de “comida chatarra”, a través de la BAES, el año 2016.

Valentina González Estudiante Castellano. Pedagógico.
Domingo 14 de mayo de 2017
¿En qué consiste la BAES?
La Beca de Alimentación para la Educación Superior es un subsidio que entrega JUNAEB a los estudiantes que se encuentren en una situación de “vulnerabilidad económica” para “apoyar la permanencia y egreso de la educación superior” de aquellos estudiantes. Actualmente, más de 507.100 jóvenes son los que se encuentran beneficiadas, y diversas marcas, tanto de empresas de comida, locales pequeños y supermercados, son los asociados a Sodexo, que es quien “opera las compras” a través de una tarjeta.
¿Cómo funcionará este nuevo programa?
Guido Girardi, militante de PPD, junto a Adriana Delpiano, ministra de la educación del Gobierno de la Nueva Mayoría y militante del mismo partido, anunciaron, el día 12 de mayo, un nuevo proyecto de alimentación, el cual restringiría el uso de la tarjeta BAES solo a “restaurantes aprobados nutricionalmente por JUNAEB”. Sobre la venta de alimentos en locales pequeños plantearon que únicamente se podrán vender productos con hasta dos sellos “Altos en…”. En esta misma línea, es que para las empresas de comida rápida, tales como Mc Donalds, que ganaron alrededor de cinco mil millones de pesos por parte del Estado gracias a esta beca, tendrán que implementar menús saludables, pues, de lo contrario, estos no podrán seguir asociados al programa JUNAEB.
Sumado a esto, se quieren implementar planes pilotos en escuelas para integrar, por un lado, “huertos escolares” que potencien la educación alimenticia; y por otro, propuestas como el de antes de entrar a clases, correr 3 kilómetros (15 minutos de trote, apróximadamente).
Hoy en día, se maneja que alrededor del 50% de los niños y niñas tiene sobrepeso u obesidad, cifras que se condicen con el alto porcentaje de personas que sufren de ataques cardiovasculares en la adultez y la ascendencia de los casos de diabetes, tanto infantil como juvenil.
Está claro que debemos avanzar a una mejor alimentación, pero ¿es esta la solución?
Imposición de la mala alimentación
Con este plan piloto nos quieren hacer creer que la mala alimentación es un tema meramente opcional, pero no, no es así: por ejemplo, en el ámbito laboral tenemos extenuantes jornadas de trabajo que no tienen suficiente tiempo para comer, a su vez, una ausencia de recursos entregados por las empresas, que incluyen la carencia de lugares establecidos para poder alimentarse, a esto, hay que sumarle la falta de dinero de los trabajadores a causa de los sueldos de hambre y los altos precios que tienen los alimentos saludables, tales como las frutas, verduras, lácteos, pescado, leguminosas. Situación que, a menor escala, se repite en las casas de estudio universitarias.
Es fácil hablar de la necesidad de tener una “sana alimentación”, más aún cuando quienes lo plantean son parte de los pocos que pueden tener acceso a ella. Hoy, cuando la “comida chatarra” es un imposición y no una opción para la mayoría de la población y, en particular, de las y los trabajadores, se hace necesario que, en conjunto a estos, mujeres y jóvenes nos organicemos por un derecho fundamental como lo es la alimentación saludable, a la cual todas y todos debiesen tener acceso.