Enfermedades cutáneas, cáncer e insuficiencia renal diezman a la población que se encuentra entre las más pobres de la zona metropolitana en Guadalajara. El ecocidio de El Salto es evidenciado en este documental.
Viernes 30 de noviembre de 2018
Se estrena el último documental de Eugenio Polgovsky, Resurrección (México, 2016) el cual describe los problemas ambientales que la localidad de El Salto, Jalisco, provocados por las industrias que descargan sus aguas negras en el río Juanacatlán.
La cascada de Juanacatlán era conocida hace décadas como “El Niágara mexicano”, incluso era promovido turísticamente por el gobierno estatal, pero hoy día es un vertedero de desechos industriales que aniquila la vida silvestre y condena a enfermedades mortales a los lugareños.
Se muestran imágenes de viejas películas que mostraban un río de aguas cristalinas, que era visitado por familias incluso por parejas recién casadas como señal de buena fortuna, donde se podía navegar y nadar.
Los habitantes de El Salto recuerdan cómo era vivir en las márgenes de un río donde pescaban enormes sardinas entre otros peces, abundaban los árboles frutales y se pastoreaba el ganado. Ellos aseguran que en los años 70s y 80 del siglo pasado cuando se dio un proceso de industrialización regional el río perdió todo su vigor.
La industrialización proletarizó a los habitantes y los hundió en la miseria, sin agua limpia desde hace décadas son víctimas de enfermedades en la piel, renales y cáncer, lo que ha diezmado a la población tanto adulta como a los niños.
Eugenio Polgovsky recoge la visión de los habitantes sobre el problema, se adentra en cada familia para tomar los testimonios de primera mano, recorreremos las laterales de puentes, caminos y las vías del tren que transporta los productos fabricados en el lugar.
También se pasan los comerciales del Partido Verde donde este presume sus leyes aprobadas contra la contaminación mientras vemos como el drenaje industrial descarga sus contaminantes en la naturaleza. También se comenta que en las fábricas están acostumbrados a jornadas de 12 horas y que por eso les intentaron acercar viviendas las cuales ahora permanecen abandonadas.
Resurrección es un trabajo poético que conmueve, dejando el testimonio de Polgovsky como un cineasta comprometido con causas como la ecología. Sobre el tema destacó Natalia Polgovsky sonidista y hermana del desaparecido realizador, “Eugenio confiaba en la capacidad del cine para transformar”.
Por su parte Julio Chavezmontes productor del filme aseguró, “él (Polgovsky) estaba convencido que la película era un despertar de conciencia en el espectador en una lucha… además creía en la fuerza de una denuncia que hacía la propia gente del pueblo para articular una resistencia”.
Graciela González del colectivo Un Salto de Vida aseguró que la propaganda lanzada por parte del gobierno estatal en 2012 para rescatar el río de la contaminación “polarizó a la población, unos están a favor y otros en contra, el estado es cómplice de este ecocidio”.
Enrique Enciso, parte del mismo colectivo, destacó, “veo difícil que tengamos un acercamiento con las autoridades en este momento, porque hemos recibido incluso amenazas de muerte”.
Así el panorama para las cascadas y el río Juanacatlán parece desalentador, mientras la población sufra de pobreza y este condenada a un vivir en un ambiente contaminado, las organizaciones civiles y organizaciones no gubernamentales como Green Peace, son impotentes para enfrentar los intereses de las empresas.
Eugenio Polgovsky falleció el año pasado en Londres. Estudió cine en el Centro de Capacitación Cinematográfica, donde realizó su primer trabajo documental Trópico de cáncer que le hizo ganar el premio Ariel a mejor Ópera prima, su siguiente trabajo Los Herederos se presentó en el Festival de Cine de Venecia.