Este cambio de gobierno que entraba gritando democracia a balas, ha incrementado la xenofobia, ha cambiado las formas de obtención de puestos públicos y otros.
Jueves 5 de diciembre de 2019
Este gobierno ha cambiado el llunkerio [1] por la logia, un tipo más avanzado que este, que posee estructuras heredadas. En estos días de “democracia plena” hemos podido ser testigos de cómo cada una de las instancias de poder son cooptadas día a día por afines a los bien “intencionados” “líderes” cívicos.
Esto no es nada más que la consecuencia del apoyo indiscriminado de los sectores de la sociedad, que con el objetivo unificado de sacar al gobierno del MAS se aliaron con las estructuras más reaccionarias, históricamente conocidas en Bolivia, las logias de los comités cívicos. Algunos bajo la excusa de guiarse por las coyunturas y de no desunir a parte de la "ciudadanía" movilizada tejieron alianzas implícitas con sectores reaccionarios de nuestra sociedad, en esta línea cabe la pregunta ¿hasta cuándo se seguirá con esta alianza “estratégica”?, que incluso se mantiene luego de dos masacres bajo el amparo de lo “transitorio”. Algunos partidos incluso de tradición marxista y hasta trotskista, como el POR, se sumaron al carro de la movilización de las pititas [2], muchos de estos luego de las atrocidades cometidas aún mantienen silencio sepulcral.
Atónitos vemos como cada día el exlider del Comité Cívico de Santa Cruz manifiesta su único objetivo de tener la silla presidencial, generando rencillas entre las mismas logias e incluso con su lugarteniente Marco Pumari (líder cívico de Potosí), quienes a estas instancias que han cerrado alianzas al estilo de las otras mega coaliciones que se daban en Bolivia, en épocas de la democracia pactada.
Por otro lado, no hubo tanta intolerancia de expresión desde 2008 [3], uno de los hechos recientes que demuestran esta situación es lo ocurrido hace una semana, con la llegada del activista argentino Juan Grabois [4] , con una comitiva para realizar un informe en relación a las masacres de sectores como El Alto y Cochabamba. Estos fueron recibidos en el Aeropuerto de Viru Viru con grupos de personas que los atacaban con insultos racistas y xenófobos, violando de forma flagrante la supuesta democracia recuperada. Más tarde, medios locales transmitieron la noticia de que todo era un show armado por el mismo (Grabois) para evidenciar la intolerancia vivida en Bolivia.
Mientras tanto, la sed de sangre de Arturo Murillo (Ministro de Gobierno) se ponía nuevamente en evidencia, textualmente manifiesta “estos extranjeros que están llegando al país que anden con cuidado, que los estamos siguiendo, los estamos siguiendo”, anunciando operativos exclusivos para seguir los pasos a esta comitiva. La pregunta aquí sería si esta especie de Gestapo que está operando ahora a la cabeza de Arturo Murillo ¿no tiene la logística para afirmar o desmentir el auto atentado de Grabois? o es que ¿realmente se están violentando los derechos humanos en Bolivia?, son situaciones que de alguna manera dejan en evidencia la actual persecución a las ideologías divergentes.
Uno de los argumentos populares que se usó para el repudio de la comitiva son las denuncias vertidas por el cuestionable periodista Lanata, pero también que extranjeros vengan a meterse para opinar sobre la política boliviana. Una situación paradójica, pues uno de los héroes de la burguesía boliviana Fernando del Rincón es aplaudido cuando de forma claramente parcializada interviene en el quehacer político de Bolivia de tal forma que incluso empresas financian este intervencionismo en una conferencia a realizarse en Santa Cruz de la Sierra. Pero, no se condena que lo haga porque en democracia plena todos pueden expresar su parecer, pero en este experimento de resurrección de la democracia en clave logiera, esta llega hasta que dices algo que salga de los márgenes aprobados por el gobierno y sus medios de comunicación masiva, mencionas la palabra izquierda o haces referencia a política social. En este sentido, las conclusiones que se están visualizando a corto plazo son:
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- La toma nuevamente del poder por buena parte de las logias existentes en la ciudad de Santa Cruz.
- Creciente resentimiento tanto en las autoridades en ejercicio del poder y buena parte de la ciudadanía no contra él MAS ni con lo que representaba, sino con todo intento de política propuesta desde el pensamiento crítico.
- Existe también ya en esta transición una suerte de vuelque neoliberal (más acelerado) en las políticas de gobierno recientemente promovidas.
- Fuerte censura hacia la libre expresión, de tal forma que hasta los de su propio círculo que se atreven a observar irregularidades son censurados, tal es el caso de Carlos Valverde, quien denunció inicialmente los cuoteos de los ministerios por parte de Camacho, y seguidamente sufrió un sospechoso cierre de su fanpage.
- Invisibilización oficial de las masacres realizadas por el gobierno y su política de militarización y de una serie de faltas a los derechos humanos como las detenciones ilegales, fallos en casos pendientes a favor de los apadrinados del nuevo gobierno, denotan una vez más la tan criticada injerencia de influencias en las instancias judiciales.
[1] El llunku en la cultura quechua se referirse a la persona que alaba o ensalza las acciones y palabras de otro para conseguir algún rédito difícil de conseguir por mérito propio.
[2] Pitita vocablo de la jerga boliviana para referirse a cuerdas que atravesaron las calles para obstruir el paso en los días de paro, el bloqueo de las pititas se popularizo cuando el expresidente Evo Morales, en forma sarcástica se refería a las manifestaciones de la ciudad de Santa Cruz. Esto por otro lado, no fue lo que obligó su renuncia, sino la alianza policial y militar inicialmente que tejieron desde los comités cívicos.
[3] Época en que el racismo alcanzó su máximo apogeo con el advenimiento de la llamada media luna a la cabeza otra vez de las logias cruceñas.
[4] A quien en definitiva se le pueden cuestionar muchas cosas en relación a su militancia y las opiniones de diferentes temas, pero por ningún motivo atentar contra los derechos que tienen él y su comitiva.