La medida fue dictada por la justicia laboral. Solo se refiere un capitulo del decreto presidencial, que reforma varias leyes laborales a favor de las empresas y criminaliza el derecho de huelga. El fallo confirma la ilegalidad del DNU, aunque será apelado por el Gobierno. La disputa judicial recién empieza, pero la derrota de la reforma y todo el paquete antipopular será en las calles.
Miércoles 3 de enero de 2024 21:02
La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo de Argentina suspendió este miércoles temporalmente la reforma laboral que aplica el decreto de necesidad y urgencia (DNU), firmado por el presidente argentino, Javier Milei, el pasado día 20 con el objetivo de aplicar una una amplia desregulación de la economía.
Los jueces José Alejandro Sudera y Andrea García Vior resolvieron frenar el capítulo “laboral” del DNU, la jueza Dora González solicitó pasarlo a otro sector del Poder Judicial, la Cámara Contencioso Administrativo.
La resolución aunque podrá ser apelada por el Ejecutivo, lo que llevará a que su resolución definitiva dependa de otras instancias judiciales, es el primer revés judicial para el DNU, pero llega después de un intenso malestar que se empezaba a vivir en los gremios y lugares de trabajo, que habían llevado a la mayor central sindical, la CGT (Confederación General del Trabajo), primero a una concentración que desbordó sus previsiones y luego al anuncio de un paro de 12 horas con movilización, convocado para el 24 de enero.
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En sus considerandos los jueces destacan que no ven la “necesidad y urgencia” de las medidas. Además plantean que “las formas republicanas no son mera retórica, sino que hacen a la esencia misma del sistema”. Y cuestionan que el Poder Ejecutivo se pronuncie sobre determinados temas, confirmando la aberración jurídica el DNU: un paquete ilegal e inconstitucional para atacar cientos de derechos obreros y populares.
El capítulo IV del DNU, que fue suspendido por la medida judicial, se refiere a “Trabajo” e incluye una serie de reformas y ataques a muchas conquistas de los trabajadores: facilita y abarata los despidos, flexibiliza la jornada laboral al antojo de la empresa (incluye un banco de horas para no pagar horas extras), triplica el “período de prueba” laboral para las personas que ingresan a una empresa, avala el fraude laboral (saca multas, fomenta la tercerización) y ataca el derecho de huelga y de asamblea.
Pero el decreto incluye otras medidas antipopulares, como la derogación de la ley de alquileres y la ley de tierras, la liberación de precios que se siente brutalmente en los comercios y estaciones de servicio, el ataque a derechos democráticos, que se suman al “Caputazo”, como se llama a las medidas económicas dispuestas por el ministro de Economía, Luis Caputo, y la "Ley Omnibus" (un paquetes de leyes enviado al Congreso por el presidente Milei), como parte de un paquete que incluye el despido de empleados del Estado nacional.
Los paquetes de medidas económicas del Gobierno argentino comenzó a despertar la oposición en las calles, donde ya se han producido movilizaciones, cacerolazos en varias de las principales ciudades del país y comenzó a organizarse la resistencia contra los despidos en varios reparticiones estatales.
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En ese contexto el 24 de enero puede transformarse en una jornada donde miles salgan a las calles parando en todos los lugares de trabajo y movilizándonos a Congreso a partir del mediodía en todo el país en lugares públicos y plazas.
Como explica Raúl Godoy, Obrero de Zanon y referente del PTS en el Frente de Izquierda, el plan de Milei "es para que se sigan beneficiando los mismos de siempre: el poder económico, que está detrás de cada gobierno que ha pasado, incluso de dictaduras militares. En este caso son perjudicados no sólo los trabajadores sino a muchos sectores populares incluso a la pequeña y mediana industria".
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Godoy agregó que "No nos representan los dirigentes de la CGT, ya que ellos están dispuestos a sentarse a negociar apenas le den una migajas. Tenemos que tomar el paro y la movilización en nuestras manos. Organizando desde ahora asambleas en los lugares de trabajo y en los barrios, como empezaron los cacerolazos, asambleas populares en varios lados o los jubilados marchando". Por ese motivo afirma que es necesario "Hay que unir desde las bases a trabajadoras y trabajadores formales e informales, a los movimientos sociales, a los pequeños comerciantes y a todo el pueblo hasta derrotar el Plan Motosierra. Nuestra lucha es de conjunto y nuestro plan al servicio de las grandes mayorías".
