Ante la negativa de Telmex por satisfacer las demandas del Sindicato de Telefonistas en su revisión contractual, la dirección sindical aconsejó no estallar la huelga y recorrió el emplazamiento del 25 de abril al 16 de mayo. ¿Es posible conquistar las principales demandas telefonistas?
Domingo 28 de abril de 2024
Tal como ha pasado en los últimos años, Telmex ha llevado al límite sus negociaciones con el STRM por demandas salariales y contractuales. Llegando a la fecha límite del emplazamiento a huelga (25 de abril) con su primera propuesta de aumento salarial, del 2.1% para trabajadores que perciben menos de $1,209.95 diarios y de $25 al día a quienes ganan por arriba de dicho tope; frente al 16.76% no "diferenciado" que solicita el sindicato. Además de no dar respuesta a las peticiones por un nuevo paquete de 5 mil vacantes y la renovación de cuatro mil vehículos.
La empresa argumenta que sigue en “crisis financiera” a causa de las sanciones impuestas por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y el gasto que hace para cubrir la nómina de su personal sindicalizado activo y jubilado. Cuando está demostrado que los problemas económicos de la empresa se deben más a sus decisiones corporativas, que han logrado separar de Telmex los ingresos de sus áreas más rentables hacia su consorcio América Móvil.
Como era de esperarse, la propuesta del patrón fue rechazada por la “comisión revisora” primero, y después por la Asamblea Nacional de Representantes, pero el estallamiento a huelga fue pospuesto hasta el 16 de mayo por recomendación del secretario general del sindicato. Quien pidió más tiempo para llegar a un acuerdo con el patrón, “posiblemente” con la intervención de la Secretaría del Trabajo (STPS).
Tres demandas cruciales
Este discurso de “crisis” permanente de la empresa, sobre todo desde que está sujeta a la nueva regulación en el sector (reforma de telecomunicaciones del 2013), ha implicado una verdadera ofensiva contra las conquistas del STRM. Pasando ya por dos reformas a su jubilación (“TER” y “QUATER”), el no pago de utilidades desde el 2017, grave falta de personal sindicalizado, aumento de la subcontratación, no cubrimiento del Fondo de Pensiones y Jubilaciones por parte del patrón, implementación de métodos y sistemas para aumentar los ritmos productivistas, separación de los activos más rentables de Telmex hacia otras razones sociales, pérdida de derechos y aumentos salariales “diferenciados” para el sector jubilado y un largo etcétera.
Actualmente, esta situación de “crisis” y austeridad de la empresa ha ocasionado un grave deterioro de su parque vehicular a nivel nacional manteniendo su negativa a pagar por renovarlo o mínimamente por darle mantenimiento. Generando descontento en la base trabajadora que es expuesta a realizar sus labores con vehículos en mal estado o hacinados en los pocos que funcionan mejor. De aquí que hace unas semanas la base trabajadora de los centros operativos de Telmex en el estado de Baja California Sur (BCS) impulsaran combativamente un paro de labores denunciando falta de vehículos de trabajo; mismo que no se extendió por la mediación de funcionarios del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del sindicato, quienes lograron contener la movilización con la promesa de “resolver” el problema en la presente revisión contractual.
Además de lo anterior la falta de personal sindicalizado también comienza a generar crisis en todas las especialidades de la empresa, manteniendo centros de trabajo al borde de la extinción por la gran disminución de personal directo y sindicalizado y recurriendo al traslado temporal de trabajadores hacia otras zonas o localidades para ayudar a abatir sus cargas de trabajo. Mientras la empresa argumenta contar con el personal sindicalizado “necesario” para llevar a cabo sus operaciones y por otro lado aumenta la subcontratación de personal tercerizado, llegando al descaro de anunciarlo en las diferentes bolsas de trabajo ignorando al STRM.
Por último, ante la histórica pérdida del poder adquisitivo de los salarios contractuales en el país y a los importantes aumentos a los salarios mínimos que el gobierno ha concedido, al igual que en otras empresas existe la necesidad por conquistar incrementos que superen no solo los aumentos al precio de la canasta básica (inflación), sino que ayuden significativamente a revertir décadas de reducción del valor de los salarios. Tal como lo demostraron hace unos meses los trabajadores de Audi, en Puebla, conquistando el 20% mediante una destacada huelga; los trabajadores del Monte de Piedad que también lucharon mediante la huelga y arrancaron un aumento del 20%, después de 3 años sin lograr incremento alguno; o como comienza a hacerlo el magisterio de la CNTE, movilizándose por el aumento salarial y otras promesas incumplidas del gobierno de AMLO.
Sin lucha no hay conquistas
Es de esperarse esta actitud cerrada del patrón ni siquiera hablar de las exigencias más urgentes de la base, toda vez que en los hechos no hay una expresión generalizada del descontento ni acciones de la base que apunten a una preparación real de la huelga. La negociación es llevada a cabo bajo un clima de cooperación productivista en los centros de trabajo y de aceptación a nuevos sistemas con inteligencia artificial, que pretenden vigilar y exprimir más a la base trabajadora para simular la gran falta de personal.
El paro de labores llevado a cabo por los compañeros de BCS tiene que servir de ejemplo de lucha y desarrollarse a nivel nacional, dando pie a que el descontento se exprese en los centros de trabajo de forma democrática desde la base y bajo el respaldo del CEN. Como de igual forma el STRM necesita usar su fuerza política para denunciar las maniobras de la familia Slim en Telmex, buscando tanto el apoyo de sindicatos combativos solidarios y de las centrales obreras que se reivindican democráticas e independientes empezando por la Unión Nacional de Trabajadores.
Sin una apuesta más combativa la negociación contractual-salarial será trasladada a la STPS, bajo el argumento de que se trata del “árbitro laboral” en el país y no es posible ignorarlo. Tal como ha pasado en negociaciones anteriores que han llegado a periodos de “prórroga” de huelga, en dichas reuniones a puerta cerrada en la Secretaría entre el director de Telmex, Hernández Juárez y el funcionario de gobierno titular, acuerdan una propuesta que es presentada por la dirección sindical como la “mejor posible” ante la base y acalla las voces más críticas que apuestan por la lucha combativa.
Tal como lo demostraron los funcionarios del CEN al contener la bronca en el estado de BCS y desviar el descontento hacia una confianza pasiva en la negociación pura, e incluso como lo demuestran en la ANR al limitar al extremo la participación y discusión de los delegados de base, para impedir cualquier expresión de lucha que pueda incidir en la asamblea y en los centros de trabajo. Su objetivo no es luchar por obligar al patrón a satisfacer cabalmente el pliego petitorio de los telefonistas, sino ayudarlo a contener el enojo y a seguir imponiendo sus políticas austeras y productivistas.
Por esa razón la base telefonista y sus delegados tienen la tarea acuciante de recuperar el control democrático de sus asambleas, para garantizar que su voz sea escuchada y que su voluntad mayoritaria sea acatada. Logrando así que su organización sindical sirva como verdadera herramienta para la conquista de sus genuinos intereses y no los de la casta burocrática aliada del patrón, que continuamente apuesta al derrotismo y a la desmovilización para mantener su cooperación productiva.
Quienes impulsamos la agrupación “Desde las bases telefonistas” estamos convencidos de que no solo es posible sino necesario conquistar la totalidad de nuestro pliego petitorio en esta revisión contractual, para revertir años de retroceso laboral y de ofensiva patronal. Pero como la historia del conjunto de la clase trabajadora y sus fenómenos de lucha más recientes lo demuestran, solo es posible obligar a los patrones a hacer concesiones significativas luchando efectivamente contra ellos, sin ninguna confianza en las instituciones y partidos que velan por los intereses de los grandes capitalistas y apostando a la unidad combativa con otros sectores en lucha.