×
×
Red Internacional
lid bot

Juegos Olímpicos. Rio 2016: un gran negocio para las constructoras amigas del poder

La historia de la favela Vila Autódromo y sus habitantes, amenazados por el negocio inmobiliario montado alrededor de los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Viernes 29 de julio de 2016

Vila Autódromo se encuentra ubicada en el centro del acomodado barrio de Barra de Tijuca, una de las sedes de los Juegos Olímpicos. Este barrio humilde que se conformara a mediados de los años sesenta en lo que era el viejo autódromo de Río de Janeiro, en los años ochentas logrará que el municipio de Río de Janeiro le reconozca a los cerca de 3.000 habitantes que vivían en la Vila el derecho de habitabilidad (convirtiéndose en residencia legal).

En una entrevista recientemente realizada por Friedel Taube publicada en el portal http://www.dw.com, se puede observar como la apetencia del negocio inmobiliario dio lugar a meses de una intensa batalla entre, por un lado, los habitantes de la favela Vila Autódromo y por otro, el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes junto al lobby de las constructoras, siendo el triste resultado de la contienda el desplazamiento bajo amenaza de ser desalojados por la fuerza de mas de 561 familias de las 583 que habitan la Vila, muchas de ellas contra su voluntad.

Maria de Penha vive en el lateral de una iglesia. “De alguna forma, se puede vivir”, explica. Para cocinar tiene que ir a casa de los vecinos, pero su jardín sigue ahí. Por lo menos, lo que queda de él en lo que fue su casa durante 23 años, antes de que los buldózer la destrozasen sin previo aviso. Ella rechazó la indemnización y tiene claro que nadie le echará de esta zona al lado del Parque Olímpico, aunque todo esté lleno de escombros y ruinas, y a pesar de las amenazas.

Aunque desde el municipio de Río de Janeiro se pensó que con unas buenas indemnizaciones los habitantes de Vila Autódromo se retirarían voluntariamente, varias familias eligieron quedarse, esgrimiendo el derecho de residencia que habían conquistado en los años ochentas. Ante esta respuesta desde la alcaldía se dio vía libre a que se demoliera gran parte del barrio, cuestión que el alcalde defendió ante los medios como correcta, “Era una medida logística y necesitamos los caminos de acceso”, explica al tiempo que cree que la presión de las habitantes de Vila Autódromo no es justa porque muchos se marcharon libremente. “Los que se fueron, recibieron su indemnización y nadie fue desalojado”, le explicó al portal DW.

Sin embargo uno de los vecinos entrevistados por el portal, Antunes Guimarães, pondrá en duda las palabras del alcalde. Se mudó de Vila Autódromo y recibió una generosa indemnización de cerca de 300.000 euros. “Un buen dinero”, dice. Pero el desalojo fue de todo menos pacífico. “Cuando vinieron estaba lejos y mi nieto me llamó para decirme que iban a derruir la casa. Cuando llegué, ya había desaparecido”, explica. Ahora vive de alquiler y cuando vuelve a Vila Autódromo sigue sin superar la pérdida de su derecho de residencia: “Me entristece. Pero los juristas están más obligados con el alcalde que con el ciudadano”.

Para él, la culpa es del alcalde y del constructor Carlos Carvalho. A él le pertenece el 75 por ciento del terreno de los edificios olímpicos. Y además de eso, muchos critican la amistad entre ambos y el hecho de que la constructora co-financiase la campaña electoral.”

Otra habitante entrevistada por el portal El Español señalo “el ayuntamiento nunca dio la posibilidad de permanecer en la Vila. Los vecinos, como es lógico, optaban por salir, era mucha presión, acabaron cediendo y negociando. Algunos se arrepintieron y otros no. Entendemos a los que salieron: no era fácil quedarse entre escombros, polvo, con las máquinas derribando casas y expuestos a enfermedades”.

Ante la presión de la prensa, el alcalde Paes ofreció un compromiso para que 22 familias pudieran quedarse. Entre ellas, la de María de Penha: “Por una parte siento que he ganado porque puedo quedarme. Por otra, aquí había 583 familias”, explica. Ella sabe que la buena vida ya no volverá. Ahora, se despierta por las noches con molestias respiratorias provocadas por el polvo de la construcción. Nadie le ofrece ayuda médica. Pero pase lo que pase, Maria de Penha se quedará en Vila Autódromo.

Las olimpiadas pasan, la justicia queda, sucia

Al día de hoy, dentro de los habitantes que lograron el permiso para permanecer en Vila Autódromo se respira satisfacción por haber logrado quedarse en la tierra donde muchos de ellos nacieron. Una favela por la que nunca nadie antes se había preocupado desde la administración pública, ahora solo paso a ser preocupación de la misma, cuando interfirió con el avance del emprendimiento inmobiliario de los Juegos Olímpicos.