Ante la falta de consideración de los empresarios y las medidas del Gobierno nacional y provincial que tardaban en llegar, gran parte de los trabajadores metalúrgicos de Río Grande definieron en asamblea dejar sus puestos de trabajo para preservar su salud.
Martes 17 de marzo de 2020 21:13
La preocupación por la pandemia del coronavirus puso en alerta a los trabajadores fueguinos tanto del ámbito estatal como privado. Durante todo el fin de semana circularon mensajes, gacetillas y reclamos para que se tomaran medidas y evitar el contagio en los lugares de trabajo.
Los estatales, incluidos los docentes, pudieron descansar tranquilos cuando el gobernador Gustavo Melella anunció la suspensión de todas las actividades de la administración pública y la suspensión de las clases y los municipios fueguinos no tardaron en adherir.
Sin embargo los trabajadores del ámbito privado, pese a las recomendaciones de evitar salir y estar cerca de otras personas, no tuvieron más opción que acudir a su lugar de trabajo. Miles de metalúrgicos se congregaron en las fábricas durante toda la mañana del lunes esperando las respuestas a los reclamos hechos a la cámara empresarial AFARTE por mayor seguridad, con medidas que garanticen la salud de los operarios..
Si bien en pocas plantas se había realizado algún tipo de capacitación en relación a la prevención del coronavirus, desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) seccional Río Grande estaban reclamando desde la semana pasada que se ajusten al protocolo a nivel nacional; que se tomen los recaudos necesarios ya que es un trabajo que se hace en condiciones de encierro y en la que los trabajadores se encuentran realizando sus tareas muy cerca uno de otro. Pidieron jornadas de capacitación y concientización en todas las fábricas; provisión de alcohol en gel; que distancien los puestos de trabajo y todo lo que se pueda para evitar el contagio dentro de las fábricas.
AFARTE y las empresas en particular se negaban a dar respuestas y en horas de la mañana se retiraron aquellos operarios que son considerados población de riesgo, a quienes no se les podía garantizar la seguridad dentro de las plantas fabriles.
A las 13.00 (del día lunes 16 de marzo) se realizaron asambleas en todas las fábricas y la mayoría decidió dejar los puestos de trabajo para priorizar su salud y la de su familia y no retomar las tareas hasta el 31 de marzo. También hubo trabajadores que decidieron seguir en la planta por miedo a despidos o descuentos.
Teniendo en cuenta que los operarios de las empresas electrónicas y autopartistas en Río Grande son casi 4000, permitir que se siguiera trabajando en esas condiciones era lisa y llanamente una irresponsabilidad.
Por eso desde la UOM además se pidió que se convoque al gremio desde el Gobierno tanto a nivel nacional como provincial para ver qué medidas tomar y “que no quede en manos de los empresarios la decisión de seguir produciendo a costa de la salud de los trabajadores y además con la amenaza de despidos o descuentos si no se concurre al trabajo”.
Finalmente en la noche del lunes el Gobierno fueguino dio a conocer un nuevo decreto suspendiendo todas las actividades incluyendo las industriales y comerciales y se paró la producción en las fábricas. En este marco, y fiel a su estilo, los empresarios informaron al gremio que van a presentar un reclamo al Gobierno para que se haga cargo de pagar los sueldos porque ellos van a descontar todo; no quieren pagar ni siquiera el 50 por ciento que establece la ley de contrato de trabajo en caso de fuerza mayor. Los trabajadores decidieron parar por su salud. Ahora van por el salario.
