La distribución desigual de las riquezas y la acumulación de ellas en una porción reducida de la sociedad, es un tema de gran interés para evaluar el “bienestar” de la sociedad. Esto último sobretodo para los gestores de estas riquezas, como lo es el Banco Mundial.

Natalia Sánchez Concejala Antofagasta por el Partido de trabajadores Revolucionarios, Médico del Hospital Regional de Antofagasta y parte de la Agrupación de Trabajadores de Salud "Abran Paso"
Martes 3 de julio de 2018
Para generar datos estadísticos y poder llegar a la conclusión de cuáles son los países más ricos del mundo, el indicador que se utiliza se basa en la capacidad de comprar bienes y servicios por parte de las personas en un país. La llamada “paridad del poder adquisitivo”, la que permite medir “el bienestar de los individuos” en palabras de Christoph Lakner, Espen Beer Prydz y Dean Jolliffe (economistas del Banco Mundial para BBC Mundo).
Bajo esta medida, los países que mayor bienestar tendrían según su riqueza son: Qatar, Macao y Luxemburgo. Sus economías se basan, en el primer caso, en la extracción y venta de combustibles fósiles (petróleo y gas natural), en el segundo en el turismo y el negocio de los casinos, y en la tercera corresponde a la gestión de fondos de inversión y el crecimiento de su banca privada, gracias a flexibles impuestos.
Otro medidor importante para la economía mundial es el índice de desigualdad, medido entre 0 y 1, siendo más equitativa la distribución de las riquezas en cuanto se acerca más a cero. Entre los 10 países más desiguales según cifras del Banco Mundial para el 2016, ocho del total son países de América Latina y el Caribe, con dos del continente africano.
Viéndolo en contraste, ambas cifras demuestran cómo se distribuye la economía mundial, con grandes beneficios y riquezas, por lo tanto, mejores condiciones de vida, para quienes se encuentran en Europa, mientras que los países de África y Latinoamérica, con economías más bien basadas en la extracción de materias primas y dependientes de los países centrales, viven en mayores condiciones de desigualdad.
Una vez más, y en cifras de sus gestores, vemos como la economía capitalista es injusta y se basa en la riqueza y bienestar de unos pocos a expensas del malestar de muchos.