Además de obtener un resultado alentador en la ida en el Monumental, el equipo de Gallardo volvió a mostrar un buen nivel de juego. Triunfó por 3 a 1 con dos goles del uruguayo Sánchez y un bonito tiro libre de Pisculichi. Maranhâo descontó para los visitantes.
Jueves 22 de octubre de 2015
Foto: Fotobaires
Dejo una buena imagen River en este partido de ida ante un equipo que era una incógnita: Chapecoense, uno de los representantes del fútbol brasilero en esta copa, aunque sin ninguna tradición en competencias internacionales. Y lo más esperanzador es que River –de a ráfagas, no todo el partido- volvió a ser el River del primer semestre, aquel que por momentos deslumbraba con su juego asociado y vistoso. En los últimos meses había estado muy por debajo de aquel momento, sobre todo en el campeonato local.
El 3 a 1 lo coloca en clara ventaja, aunque el gol de visitante conquistado por el club brasilero le mete algo de presión para la revancha.
La clave de River y su buen regreso futbolístico estuvo en el medio con la dupla Carlos Sánchez (de gran despliegue, además de los goles) junto a Kranevitter, Pisculichi como enganche y una amplia tenencia del balón.
Abrió el marcador Carlos Sánchez a los 20 minutos del primer tiempo, tras una gran recuperación de Casco, una jugada colectiva que le devolvió la pelota al marcador de punta para que envíe el centro atrás y conecte el uruguayo para una brillante definición. Así la ventaja 1 a 0 era para los de Núñez.
Resumen del partido, del canal YouTube tv10cordoba
Pero no todo es color de rosas para River, como quedó demostrado en el gol de Chapecoense en el que qeudaron al desnudo algunos problemas en el retroceso defensivo. No pudo ser más simple para los brasileros: sacó desde su arco Danilo, dos jugadores que peinan hacia delante y la pelota le queda a un veloz Maranhâo que se aprovecha de la siesta de Maidana y define entre las piernas de un sorprendido Barovero. Ese 1 a 1 le complicaba muchísimo el panorama al equipo del Muñeco. Era un resultado inmerecido pero útil para detectar los problemas que debe corregir Gallardo.
River quedó golpeado con el empate y en el segundo tiempo arrancó confundido, algo errático. Entonces fue el pie de Pisculichi, ese que parece que tuviera un guante, para colocar un tiro libre al ángulo y decretar un poco de justicia con el 2-1.
Volviendo a tener ventaja, River logró tranquilidad y volvió a ordenar su esquema. Así llegó al tercero, con una pelota peleada por Driussi que ganó un centro rasante para que defina a la carrera el uruguayo Sánchez. Era el 3-1 definitivo.
El próximo Miércoles River viajará a visitar al Chapecoense con algo de tranquilidad y habiendo recuperado un poco de su fútbol. River pareciera que crece futbolísticamente aunque hay que tener en cuenta el aspecto físico, ya que viene de una seguidilla agotadora de partidos en lo que va del año (sumando campeonato local, Libertadores y Copa Argentina, es el plantel argentino con más partidos jugados). Pero sus ganas de revalidar su título de campeón sudamericano le inyectan el ánimo suficiente como para batallar la llegada a las semifinales.