En un partido muy complicado, el equipo de Gallardo clasificó a las semifinales de la Copa Sudamericana en busca de retener su título. Chapecoense le ganó 2 a 1 pero el triunfo de River en el Monumental le aseguró el pasaje.
Jueves 29 de octubre de 2015
Foto: AFP
Tomando el global de los 180 minutos, River es un merecido semifinalista en relación al humilde Chapecoense. Pero en el partido de anoche debió defender ese derecho a ubicarse entre los cuatro primeros con mucho trabajo y con algo de suerte de su lado.
En el primer tiempo fue un partido parejo, River tuvo algunas posibilidades de abrir el marcador (como en un tiro libre de Pisculichi) pero mostraba flaquezas defensivas: algunas distracciones y muy descompensado por la banda izquierda, donde el local aprovechó para ganar terreno.
Aunque Chapecoense consiguió la ventaja parcial por la otra punta con el gol de Rangel (que enloqueció a la línea de fondo), tras centro que encontró a Balanta como espectador atónito del cabezazo del delantero. Iban 21 minuto.
Para el último tramo del partido River buscó y logró un valioso gol de visitante para derrumbar la ilusión del equipo anfitrión: una combinación entre Pisculichi y Sánchez (la sociedad responsable de esta clasificación) que culminó con exquisito centro de Piscu para el cabezazo matador del uruguayo, un jugador clave en este equipo de Gallardo. Gol cuando se cerraba el telón de esa primera etapa.
En el segundo tiempo Chapecoense salió a empujar y en menos de 10 minutos logró otro gol, obra de Rangel que capitalizó de cabeza otro centro alto que la defensa de River no detectó.
Con el 2-1 en contra, Gallardo decidió sacar a Ponzio y desarmar el “doble cinco” que componía junto a Kranevitter para la recuperación, para hacer ingresar a Viudez con la intención de tener la pelota para que corran los minutos.
Pero la defensa riverplatense estuvo en un nivel llamativamente bajo otra vez sobre todo en los últimos 15 minutos del partido (ya había salido Balanta que está desconocido); una defensa con muchas dudas en el juego aéreo, lenta para cubrir a los delanteros que se les filtraban por todos lados, imprecisa para achicar espacios. Pero por obra de la fortuna (un travesaño, un rebote de carambola que salió desviado) y de la gran actuación de Barovero pudo aguantar increíblemente el resultado.
El propio Gallardo reconoció que hicieron un partido en el que peligró la clasificación pero fue la fortuna la que bendijo a River y lo depositó en semis. Tendrá mucho por corregir el Muñeco, sobre todo en cuanto a concentración de sus jugadores en posición defensiva.
Ahora River debe esperar el resultado de Independiente que esta noche visita al Independiente Santa Fe de Colombia. Si clasifica el equipo de Avellaneda, el rival de River será Sportivo Luqueño; si el rojo queda afuera, los equipos argentinos que quedan (River y Huracán) deberán enfrentarse entre sí, antes de llegar a la gran final. Por lo pronto, con la suerte de su lado, gran parte del objetivo de la banda roja ya está cumplido; sólo faltan dos escalones.