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Injerencia Imperialista. Rivera viaja a Venezuela para apoyar el plan destituyente de la derecha

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, llegó este lunes a Venezuela Invitado por la derecha para “colaborar con la democracia”, dijo, pero no escatimó su apoyo al proceso revocatorio contra Maduro.

Diego Lotito

Diego Lotito @diegolotito

Miércoles 25 de mayo de 2016

El líder Ciudadanos, Albert Rivera, posa con el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela Henry Ramos Allup en Caracas. Foto: EFE/MIGUEL GUTIÉRREZ

Aunque había dudas sobre si el gobierno de Nicolás Maduro iba a permitir su entrada, el representante de la derecha cool española llegó sin problemas al aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía. Allí lo esperaban el embajador de España en Venezuela, Antonio Pérez Hernández, y Lilian Tintori, esposa del dirigente opositor venezolano encarcelado, Leopoldo López.

Ante una verdadera turba de periodistas, Rivera aseguró que su visita a Venezuela era con voluntad de diálogo, pero “con el convencimiento de que la democracia no es negociable”. Un discurso idéntico al que sólo dos días antes expresó el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que también estuvo en Caracas como parte de una comisión de expresidentes que impulsan un diálogo.

Antes de reunirse con Comisión de Exteriores y la Asamblea Nacional –que le hizo la invitación formal-, Rivera adelantó algunas claves de su discurso político. Venezuela “es un país rico”, dijo, pero tiene “un pueblo sin alimentos, un pueblo sin medicinas y un pueblo sin libertad”.

El problema de los venezolanos, aseguró, está en “el modelo económico, en el modelo social, y en la falta de libertades”. Así preparaba lo que más tarde sería su apoyo explícito al plan destituyente de la derecha venezolana.

La Comisión de Exteriores de la Asamblea Nacional fue el escenario para el apoyo de Rivera a la revocación de Maduro. Con un ejemplar en la mano de la Constitución venezolana, señaló el artículo 72, el cual establece que “Todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables”, transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria.

“Apoyo que puedan defender esta Constitución y puedan defender el revocatorio como vía de escape para Venezuela”, y para ello “Cuenten con España”, dijo Rivera ante representantes de todos los partidos, entre una mayoría de aplausos y también algunas críticas.

Injerencia imperialista “made in Spain”

Rivera viajó a Venezuela en medio de un ambiente de profunda tensión política. La Mesa de Unidad Democrática (MUD, coalición política donde se aglutinan los más importantes partidos de la derecha), viene avanzando en su plan destituyente y desde fines de abril ha apurado para convocar a un referéndum revocatorio contra Maduro, que se niega a permitir su realización.

La MUD es una oposición empresarial y con vínculos directos con el imperialismo, que tiene tras de sí una larga tradición golpista que incluye el golpe de Carmona y los militares en 2002. En ella conviven varias líneas para avanzar contra el gobierno, pero ha encontrado en la vía del referéndum, impulsada inicialmente por Capriles, la forma de retomar la iniciativa política, adueñarse del argumento democrático y poner a Maduro en jaque, ante la perspectiva de enfrentar una compulsa en las urnas.

En ese marco, Maduro firmó el pasado 13 de mayo un decreto dictando un nuevo “estado de excepción y emergencia económica”, que prorrogaba el anterior, y le confiere a sí mismo extensas atribuciones, mientras anunciaba la realización de maniobras militares en los barrios pobres de Caracas para “combatir la inseguridad”.

Estos hechos marcan un nuevo pico de extrema tensión política en la pugna entre el gobierno y la oposición, en el marco de la extrema crisis económica, social y política que atraviesa el país, que dan cobertura “democrática” a la injerencia imperialista en Venezuela.

Desde que el presidente norteamericano, Barack Obama, dijera abiertamente a mediados de abril que era imprescindible un cambio de gobierno en el país, la ofensiva imperialista para forzar “la salida” de Maduro, la cual ha escalado sin cesar.

Rivera es el último que se suma a una larga lista de “representantes democráticos” del imperialismo para intervenir en Venezuela, de los cuales los españoles han sido especialmente diligentes en sus oficios.

Otro gran defensor de “la democracia y la libertad” que estuvo hace pocos meses en Venezuela fue el “socialista” Felipe González, que contó con el aval del gobierno español para representar la política imperialista de “cercar” al gobierno de Maduro y presionar para una salida conservadora y por derecha frente a su crisis. Una cruzada que comparte nada menos que con otro expresidente español, el conservador José María Aznar.

El currículum estos “adalides de la democracia” habla por sí solo. Aznar fue el responsable de la participación española en la guerra de Irak junto a Bush, y es líder del ala “neocon” del PP, un partido fundado por franquistas. González, fue el artífice de los “GAL”, grupos de paramilitares formados para reprimir a la izquierda vasca durante su gobierno.

Pocos días antes, también los ex presidentes Leonel Fernández (República Dominicana), Martín Torrijos (Panamá), y Rodríguez Zapatero (España) estuvieron en Caracas como parte de una comitiva de mediación junto con UNASUR y la OEA, un organismo que desde su fundación responde a una política de arbitraje del imperialismo sobre los países miembros de la región, sin disimular su orientación política, intervencionista e ideológica.

Rivera, un político joven y ambicioso, sigue la estela de sus predecesores intentando revestir con un discurso “derechohumanista” y democrático una política de injerencia imperialista abierta en defensa de los intereses imperialistas españoles en América Latina. Como González, Aznar, o Zapatero, su cinismo no tiene límites.

El pueblo de Venezuela, agobiado por una crisis económica que cada vez más se profundiza más, no tiene nada ningún interés común con estos personajes, lobistas de las políticas imperialistas en América Latina.

Contra el “estado de excepción” y contra la derecha opositora

Con el decreto del “estado de excepción”, el gobierno de Maduro busca fortalecer los aspectos más bonapartistas, es decir autoritarios, del gobierno, en un momento de extrema debilidad frente a la ofensiva de la oposición y una agobiante crisis económica que golpea con ferocidad al pueblo.

La derecha opositora, por su parte, con el respaldo del imperialismo y sus aliados en la región, buscar quitarlo del gobierno lo antes posible y, entre las distintas variantes “destituyentes”, ha encontrado en el referéndum revocatorio una vía para aprovechar, con su demagogia democrática, el descontento popular y encubrir su programa profundamente antiobrero, antipopular y reaccionario.

Pero ninguna de estas perspectivas puede beneficiar al pueblo trabajador. La lucha contra el cercenamiento de las libertades democráticas en Venezuela por parte del gobierno, contra la “militarización” de los barrios humildes y la criminalización de la protesta obrera y popular, y para que la crisis no se siga descargando sobre el pueblo pobre, solo puede ser encarada por los trabajadores y el pueblo venezolano de forma completamente independiente, tanto de la oposición derechista y proimperialista –con sus amigos como Albert Rivera-, como del gobierno de Maduro.


Diego Lotito

Nació en la provincia del Neuquén, Argentina, en 1978. Es periodista y editor de la sección política en Izquierda Diario. Coautor de Cien años de historia obrera en Argentina (1870-1969). Actualmente reside en Madrid y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.

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