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Red Internacional
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Carta Abierta. Rodolfo Walsh: “Dictada por el FMI, la política económica sólo beneficia a los monopolios”

En su legendaria Carta Abierta a la Junta Militar del 25 de marzo de 1977 (difundida por él mismo antes de ser secuestrado por un grupo de tareas de la ESMA), el escritor le dedicó varios párrafos a las consecuencias del plan económico de Martínez de Hoz aplicado “a culatazos” y “puntas de bayonetas”. Premonitoriamente, confirmaba que los acuerdos con el Fondo sólo traen más hambre y miseria para el pueblo.

Viernes 25 de marzo de 2022 08:38

Ilustración Fula Torrez

La tarde el 25 de marzo de 1977, hace hoy 45 años, Rodolfo Walsh fue acribillado a balazos en una esquina de Buenos Aires por miembros del Grupo de Tareas 3.3.2 de la Armada, patota que tenía su base operacional en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada, la tristemente célebre ESMA.

Hacía tiempo lo venían siguiendo. Su casa del Tigre había sido allanada meses atrás, en la misma época que un ataque del Ejército genocida acabó con la vida de su querida hija Victoria. Walsh sabía que los tiempos eran muy difíciles.

Pero sabía mucho más que estaba obligado a dar testimonio, a publicar toda la información que había acumulado en ese año de dictadura sangrienta. Y no temió.

Ese viernes Walsh ensobró varias copias de su documento titulado Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar. Junto a su compañera Lilia Ferreyra las repartieron entre periodistas, diarios y agencias noticiosas. Lo cierto es que, algunos por miedo y otros por posición política, ningún medio publicó siquiera fragmentos del texto. Ni ese día ni durante años.

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Con la certeza de ser perseguido, aquella tarde Walsh llevaba un portafolios con copias de la carta, un boleto de compraventa de su casa de San Vicente y una pistola calibre 22. Muchos dirían luego que el arma terminó cumpliendo la función que para muchos de sus compañeros había tenido la pastilla de cianuro.

Los verdugos de Walsh quisieron por todos los medios que ese texto no circulara. Años después, la Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar recorrió el mundo y Gabriel García Márquez llegó a calificarla como una “obra maestro del periodismo universal”.

Mirá también el Dossier completo #40AñosSinWalsh, publicado en 2017

El FMI en la Carta

La Carta Abierta de Walsh está dividida en cinco puntos. Los cuatro primeros detallan con documentación precisa los resultados de la maquinaria de terror, desaparición y muerte aplicada a destajo durante el primer año del gobierno cívico-militar-eclesiástico encabezado por Videla, Massera, Agosti, Martínez de Hoz y compañía. En el quinto punto se detallan las primeras consecuencias económicas del autodenominado “Proceso de reorganización nacional”.

Para Walsh los miles de secuestros, desapariciones, torturas y muertes, “que sacuden la conciencia del mundo civilizado”, no eran “sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos”, sino que “en la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”.

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En ese marco, Walsh comienza a detallar. “En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40 %, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30 %, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales”.

“Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9 % prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificado de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron”.

“Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40 %, el de ropa más del 50 %, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30 %, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan”.

“Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la ‘racionalización’. Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes”.

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“Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subterráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo, el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe”.

“Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar ‘el país’, han sido ustedes más afortunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3 %, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400 %, un aumento del circulante que en sólo una semana de diciembre llegó al 9 %, una baja del 13 % en la inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia”.

“Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120 %, prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar”.

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En ese escenario general que describe Walsh, aparece una referencia directa al cogobierno entre la Junta Militar y el FMI. “Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o a Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales”. En ese entonces mencionaba entre éstos a “la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete”.

Y sigue: “Un aumento del 722 % en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: ‘Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos’”.

“El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el ‘festín de los corruptos’”.

“Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina”.

“Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideología que amenaza al ser nacional”.

“Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas”.

La Carta termina con una reflexión que se convertiría en un testamento político: “Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles”.

¡Rodolfo Walsh Presente!