El ex vicegobernador y actual diputado nacional por el MPN anunció finalmente que será candidato a gobernador en el 2023 por fuera del partido provincial. Una jugada audaz y de resultado incierto que sacude el escenario electoral en Neuquén.
Martes 4 de octubre de 2022 17:00
Otros tiempos. Figueroa y Gutiérrez - Foto Florencia Salto
Hoy se terminó el misterio, o al menos uno de ellos. Rolando Figueroa no será parte de la interna del Movimiento Popular Neuquino, ese partido que lo llevó a ser, a los 29 años, intendente de Huinganco, a ocupar diversos cargos públicos, a ser diputado provincial, nuevamente intendente pero de Chos Malal en 2011, hasta llegar a la vicegobernación en 2015, de la mano de su ahora rival Omar Gutiérrez y bajo el padrinazgo de Jorge Sapag. Luego de eso, vinieron las tensiones internas, por lo que quedó relegado de las candidaturas en 2019, lo que lo llevó a desafiar a la oficialista lista Azul en las PASO del 2021, donde se impuso en la interna del MPN frente a un oficialismo que venía golpeado de la histórica lucha de las y los trabajadores autoconvocados de salud meses antes.
La decisión de jugar por fuera del histórico partido provincial es sin dudas una jugada audaz. ¿Apuesta a romper 60 años de hegemonía ininterrumpida del MPN? ¿Busca “acumular fuerzas” por fuera de un aparato que no controla para, aun perdiendo la elección, presentarse luego como la “renovación” dentro del partido provincial? ¿Hay un “pacto” (implícito o explícito) para dividir a la oposición? Tal vez un poco de cada cosa. Lo cierto es que, ya fuera por dentro o por fuera, Figueroa estaba obligado a materializar el desafío para no perder su caudal político, que, según dicen las desconfiables encuestas, se basa más en su imagen positiva que en la fuerza de un aparato que lo sostenga “por abajo”.
Por el lado de los Azules oficialistas, todavía no movieron sus piezas luego de la jugada de su adversario. El 13 de noviembre irán a unas internas con final anunciado, en alianza con los petroleros de la Azul y Blanca. Al revés que Figueroa, cuentan con un aparato aceitado, estructura y candidatos y candidatas en toda la provincia, pero con un candidato, el hoy vicegobernador Marcos Koopman, que “no mide” ni tiene carisma propio.
En una situación provincial que venía relativamente “controlada” por el Gobierno luego de un 2021 convulsionado entre la pandemia y la lucha de los “elefantes” de salud, con cifras récord de producción (y recaudación) en Vaca Muerta, y con acuerdos de paz social con la burocracia sindical, todos los cañones del MPN oficial apuntan, desde hoy, al 2023.
Si bien el río suena desde hace meses, hoy quedó también oficialmente inaugurada la temporada de traiciones. Sobre todo para quienes llegando al 13 de noviembre no vean impreso su nombre en la lista acorada por azules y petroleros. Eso incluye a quienes hoy ocupan algún cargo público pero tienen roces internos. Ya hay sectores, como los “históricos” del MAPO, que se pasaron al bando de Figueroa. No son los primeros, pero seguramente tampoco serán los últimos.
Ahora falta saber cómo va a jugar Figueroa en el 2023. Y si las expectativas que despierta hoy “aguantan” hasta marzo o abril próximos, cuando se estima sean las elecciones provinciales. Se especula que puede ir con un “sello” propio, en alianza con el Frente de Todos, o al menos un sector de ellos, o con Juntos por el Cambio, lo que habla de la capacidad “massista” de adaptación, pero también que no es ninguna alternativa. Por algo hizo toda su carrera dentro del MPN, más allá de este movimiento de ajedrecista.
Alejo Lasa
Dirigente nacional del PTS. Coordinó, junto con Raúl Godoy y Grace López Eguía, el libro ZANON: Fábrica militante sin patrones.