Jueves 28 de agosto de 2014
Un informe revela que los menores fueron violados y algunos traficados. Las autoridades municipales, la policía y las agencias de protección de la infancia tenían conocimiento de los abusos pero lo ignoraron reiteradamente.
La cadena de televisión británica BBC ha revelado que cerca de 1.400 menores han sido explotados sexualmente durante al menos 16 años, desde 1997 hasta 2013, en Rotherham, localidad del condado de South Yorkshire. Menores de hasta 11 años, sobretodo niñas, han sufrido repetidas violaciones en grupo tras ser secuestrados, golpeados e intimidados y algunos han sido traficados a otras ciudades de Inglaterra. Las víctimas declararon que fueron amenazados con ser quemados vivos con petróleo, los apuntaban con pistolas y eran forzados a presenciar violaciones en grupo, para advertirles que serían los siguientes si contaban lo que estaban viviendo. Algunas de las víctimas narran que “la violación en cuadrilla” era una “forma habitual de crecer” en el barrio de una ciudad con apenas 250.000 habitantes y caracterizada por un alto nivel de desocupación y problemas sociales consecuencia del cierre de las minas de carbón y la desindustrialización sufrida bajo el gobierno de Margaret Thatcher.
Alexis Jay, autora del informe y ex Jefa de Trabajo Social, habla de “flagrantes errores colectivos” por parte del ayuntamiento local, cuestiona a los responsables municipales por “minimizar la magnitud del problema” y a la policía por no dar “prioridad” al asunto. El informe también revela que ya se habían presentado tres informes sobres el caso (redactados entre 2002 y 2006) en los que se advertía de la situación de explotación y trata de menores a las autoridades municipales a la policía de South Yorkshire y a las agencias de protección de la infancia. Al menos un tercio de los 1.400 niños que sufrieron los abusos eran conocidos por las agencias ya que sus nombres estaban en la lista de menores en situación de riesgo y vulnerabilidad. Sin embargo, las autoridades hicieron caso omiso, eliminando el primer documento por considerarlo falaz e ignorando los otros dos.
Tras el escándalo, rodó la cabeza de Roger Stone, líder del ayuntamiento local desde 2003, quien ha dimitido inmediatamente. El jefe de policía del distrito de Rotherham, Jason Harwin, se apresuró a pedir la redención a las víctimas “por no recibir el nivel de atención que esperaban” y recordó los “éxitos” en la “captura” de algunos proxenetas... agregando que eso “no sanará el daño que estas víctimas han sufrido”, sin hacer ninguna referencia al hecho de que el periódico The Times sacó a la luz al menos 200 casos de abusos de los que la policía sí tenía conocimiento. Además, tras conocerse en 2010 la situación de explotación sexual de menores en Rochdale, Oxford y Derby cinco hombres fueron a prisión por abuso infantil, hecho conocido por las agencias de protección infantil de la ciudad. Por otra parte, el año pasado, tras el inicio de una serie de investigaciones, el mismo comisario de Asuntos de Delincuencia de Yorkshire, Shaun Wright, reconocía el “fracaso de gestión” en la policía. Tras publicarse el informe, el Partido Laborista y la Ministra del Interior del Reino Unido han solicitado la renuncia de Wright.
Así mismo, Martin Kimber, presidente del consejo de Rotherham, se ha “solidarizado” con el dolor de las víctimas y afirmó que debieran “haber hecho más para proteger a los jóvenes”, pero a la vez se congratula porque “esto confirma que nuestros servicios han mejorado considerablemente durante los cinco años pasados”. Kimber ha declarado que no habrá ningún tipo de sanción disciplinaria para los funcionarios y empleados del ayuntamiento alrededor de este caso pues, a pesar de tal avance en la investigación, alega que no tiene pruebas para culpar al personal y excusa a los responsables de los servicios de infancia de aquellos años, que ya no se encuentran en actividad.
Sin embargo, el informe explica que parte del personal municipal se declaró inquieto sobre la identificación del origen étnico de los responsables de las violaciones por temor a ser tildados de racistas, debido a que la mayoría de los proxenetas son de origen asiático, mientras que otros empleados del ayuntamiento afirmaron que había indicaciones directas de sus superiores de no investigar las acusaciones.
Después de tantos años de silencio no hay forma de encubrir la complicidad institucional de la policía, la justicia y el ejecutivo con el tercer negocio más rentable del mundo: la trata de personas.