A propósito del debate abierto sobre el aumento en el precio del cobre y las urgencias populares en tiempos de pandemia, resulta importante ir al fondo del asunto y peguntarse ¿Qué hay detrás del royalty que se debate en el Congreso?¿Quiénes son los que se enriquecen y quiénes son los que colocan las reglas?
Miércoles 24 de marzo de 2021
Por estos días se desarrolla nuevamente, así como en todos los aspectos de la economía chilena, la discusión en la Cámara de Diputados y Diputadas acerca del royalty minero. Discusión que quedó en suspenso luego que, después de 2 horas de debate sobre establecer un royalty de un 3% como tributo al estado por la extracción del cobre y el litio por parte de los grandes conglomerados y grupos económicos que concesionan los minerales, la cámara baja suspendió la votación hasta el miércoles 24 de marzo por motivos de que el tiempo transcurrido cumplió el plazo de discusión establecido para la sesión en cuestión.
No obstante 38 fueron los parlamentarios que quedaron inscritos para su intervención en la cámara.
No solo fue un problema de tiempo en el plazo designado para la discusión, sino que también hubo “problemas técnicos” con algún tipo de actualización de los teléfonos celulares de una reconocida marca, que mermó la conexión de 20 legisladores no pudiendo intervenir en la discusión.
A ver, a ver, a ver… pero ¿qué es eso del famoso royalty minero?
A grandes rasgos el Impuesto Específico a la Actividad Minera (IEAM) es una regalía que debe pagar quien explota un recurso, generalmente no renovable, en un país. En si no es un impuesto, sino que un derecho, que se paga para extraer, en este caso, los minerales.
Un caso clarísimo de cómo funciona el IEAM es la ley reservada de las FFAA, en donde CODELCO destina de manera automática un 10% de sus ganancias a un fondo para el equipamiento, sueldos, pensiones y salud de las Fuerzas Armadas del país.
Por dar un ejemplo, las empresas que tienen ventas desde 12.000 y hasta 15.000 TMCF (Toneladas Métricas de Cobre Fino) pagarían un IAEM de 0,5% y las empresas que tienen ventas que exceden el valor de 40.000 TMCF el impuesto tiene un valor de 4,5%, pasando por una tasa porcentual de 1% (15.000 a 20.000 TMCF), 1,5% (20.000 a 25.000 TMCF), 2% (25.000 a 30.000 TMCF), 2,5% (30.000 a 35.000 TMCF), 3% (35.000 a 40.000 TMCF).
Quizás ya a este punto de la nota podríamos caracterizarla con un “meme” de confusión; pero es importantísimo saber las cifras que se manejas en las altas esferas de la política económica de Chile y la importancia que tienen las relaciones de las cifras con las grandes mineras, quienes las manejan y por qué históricamente, desde el inicio del boom de la inversión privada en minería en el 2006, ha existido portazos desde la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI) hasta las discusiones trabadas en el parlamento chileno.
No está de más decir que el actual Presidente de la SONAMI, Diego Hernández, fue considerado un rockstar en lo que se refiere a las negociaciones del royalty ya que en 2010, luego de renunciar a la minera del cobre más grande del mundo (CODELCO) por diferencias con el directorio, fue fichado como CEO (chief executive officer) nada más ni nada menos que por Antofagasta Minerals, empresa perteneciente al grupo Luksic quienes, según cifras oficiales obtuvieron en el año recién pasado, en contexto de crisis sanitaria y económica, la no despreciable suma de USD350 millones casi duplicando su fortuna; pasando de los USD10.800 millones a USD19.800 millones.
Es así como se van entretejiendo las negociaciones entre el empresariado y la política parlamentaria en Chile. País que en medio de una tasa altísima de enfermos con COVID-19 y de una cesantía que arroja un 11,6% a nivel nacional (considerando que las cifras son un promedio y no un reflejo real de lo que pasa realmente) las y los trabajadores han sido quienes hemos tenido que pagar con nuestros ahorros previsionales y del seguro de cesantía una crisis que deben pagar el empresariado y las grandes fortunas. Luego del confinamiento casi total de las comunas de a región metropolitana, casi total ya que las comunas del sector oriente no están bajo el régimen de encierro, seguimos siendo las y los trabajadores quienes seguimos y seguiremos poniendo los enfermos y muertos.
¡Basta de los grandes negociados de los capitalistas! La minería y los recursos estratégicos deben estar al servicio de las mayorías y en manos de los trabajadores y no en el bolsillo de los explotadores.